El sultán está a punto de irse, y a las favoritas nos hacen formarnos una al lado de la otra, por ende estoy al lado de Hatice y Handan, justamente en el medio, a nuestros lados están la madre sultana y la hermana de él, quien intenta recuperarse aún de su enfermedad.
Hatice mira con odio hacia donde estoy yo, y Handan simplemente mira hacia la nada, en indiferencia pura, como si realmente no le importara ser parte de las favoritas. Yo miro al suelo esperando a que llegue el amor de mi vida, quien se irá y me dejara por un tiempo.
Estoy preparada para soportar cualquier cosa, ahora lo se, el amor que obtuve es mi escudo, nadie va a poder lastimarme porque debo vivir, para amarlo y que nos amemos. Es un amor puro y no puedo entender como lo negué tanto tiempo. Si, sabia que existia, sabía que lo amaba pero me negaba a la idea, quería pensar con el cerebro pero terminé pensando con mi corazon y aqui estoy, le entregue mi corazón, alma y cuerpo a aquel sultán, que se convirtió en un amigo y luego en un amor.
Mientras espero el tiempo se hace lento, los nervios me hacen temblar, siempre estoy asustada, pero debo ser fuerte.
La puerta se abre y los eunucos anuncian la llegada del sultán. Todas reverenciamos a nuestro amado sultán y el una a una nos va saludando. La madre sultana le pide con ojos llorosos que se cuide, que vuelva a salvo, La hermana simplemente le dice que le desea suerte y que cuando llegue probablemente haya un nuevo príncipe, mientras mira a Hatice y esta le sonríe.
Al llegar a Hatice, simplemente le dice "Proteje al bebe" y esta asiente, y sigue de largo. La cara de Hatice luego de eso fue imperdible, probablemente esperaba algo más.
Al llegar a mi, El se detiene y me da un beso en la frente, me pide que me cuide y que espera que le mande cartas, a lo cual asiento y le pido que regrese a salvo, acaricia mi rostro e ignora completamente a Handan, la cual solamente hizo una reverencia.
Al irse, cada una volvió a sus aposentos. Al llegar a mis aposentos comencé a llorar, tenía miedo, no sabria que pasaria si algo saliera mal, que seria de mi si él no volviese, podría morir porque sentía que ya nada en la vida tendría sentido alguno. En mi antigua vida, jamas crei que yo sentiria algo asi por alguien, creía que un amor obsesivo como este, era enfermizo, pero ahora solo pienso que es lo único que me empuja a seguir viva.
Mientras lloraba en mis aposentos, aparece Hatice y entra sin pedir permiso. Se acerca hacia donde estoy sentada -¿Quien eres tu para llorar? Hace meses odiabas a nuestro sultán, odiabas estar acá, y ahora lloras, Maldita- Ignore completamente sus gritos y amenazas - Ya veras, ahora que no está y no hay nadie quien te proteja, tendrás que tener cuidado- al decir esas palabras se fue sin mirar hacia atrás. No le temía a Hatice, solo le temía a que algo le pasara a nuestro sultán.
Hatice se hizo amiga de muchas concubinas, y por mi parte, comencé a hablar más con Handan, quien me explicó su odio hacia a Hatice, al parecer no era Handan quien comenzaba con las peleas. Al parecer ellas dos antes eran amigas, pero Hatice le hizo muchas maldades, hasta que ella terminó por cansarse y comenzó a vengarse, así es como terminaron enemistadas.
El problema conmigo era que era amiga de Hatice, y creía que yo era igual a ella, por esa razón era cruel conmigo también. Ahora que se la verdad, me da pena pensar en las cosas por las que maldije a Handan, cuando siempre fue Hatice. Comencé a comprenderla y nos convertimos en amigas.
Handan por su lado, realmente no estaba interesada en el sultán, pero si que quería un puesto alto para poder vivir con más lujos. Aun así quiso intentar motivarme a que tenga hijos con nuestro sultán, y convertirme en sultana madre, para que algun dia pueda ponerla de tesorera. Claro que estábamos soñando y fantaseando nada más, porque ni siquiera sabíamos si aquel hermoso sultán volvería con vida, solo quedaba la esperanza.
Ella también me advirtió que en estas épocas tenga cuidado con Hatice, porque ahora el Harem estaba más desprotegido que nunca, y ella podría cobrar venganza de cualquier manera.
Luego de un mes, la hermana del sultán, quien estaba gravemente enferma, logró recuperarse de milagro, de aquella enfermedad de la cual supuestamente estaba destinada a la muerte. Entonces la madre sultana realizó una fiesta de celebración.
Nos reunimos todas en el salón principal a comer y a bailar, las favoritas en una mesa aparte, y claro tenía que sentarme con hatice, quien parecía más tranquila de lo habitual. Tenía una sonrisa malévola y mientras me veía sonreía y tocaba su vientre que ya se notaba bastante.
Ignore su mirada pero cuando la fiesta estaba en su mejor momento, se acerca y me susurra al oído -Ten cuidado con lo que comes... podría estar envenenado...- La mire con los ojos grandes y deje de comer, simplemente lo tomé como una amenaza sin sentido, y con ánimos de molestar.
Me levanté de la mesa, y le pedí a handan si podría venir a los baños conmigo un momento, que no me sentía bien. Mientras caminábamos lento por mi leve mareo a los baños, le conté lo que hatice me había dicho. Handan se preocupo mucho y me dijo que debíamos avisar a la señorita safiye, pero le dije que no, ya que no teníamos pruebas y no queria mas golpes en los pies. Al llegar a los baños, simplemente vomite y todo se volvió oscuro, escuche de fondo el grito de Handan "NAOMI" Y se apago todo.
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Diario de un palacio
AcakMi diario de una pequeña fantasía personal hacia el harem otomano (No se nada de historia, Solo se lo básico y algunas cosas que lei, Es solo una historia que contare, que siento haberla vivido aunque se que no es así)