♥10 Capítulo♥ Traición

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Gracias a la sultana Halime, luego de 3 meses, aprendí muchísimas cosas, ahora hablo muy bien el idioma, también me enseñaron a potenciar el talento que tenia para cantar, y hasta a tocar el arpa, me enseñaron modales, técnicas sexuales (que hubiese preferido no tenerlas porque cada clase era un tanto incomoda) y muchas cosas más. La sultana creía que ya estaba lista para ir a los aposentos del sultán.

-Muchas gracias sultana por todo lo que ha hecho por mi- Le dije agradecidamente. -Aun no me agradezcas, Me lo agradecerás cuando des a luz a un niño, Créeme que ese será el mejor día de tu vida, Por el momento sigues siendo una concubina. - Duele un poco el tono de sus palabras, pero es la realidad y tiene la razón.

-Esta noche iras a los aposentos del sultán- Dijo feliz la sultana, y yo también estaba feliz, pero mas que nada porque la sultana era como una madre para mí, me hacía recordar mucho a mi madre verdadera.

Acá el tiempo pasa muy lento, los días parecen semanas, las semanas parecen meses, y las horas no pasan. La impaciencia se hace cada vez mas grande.

Llego la hora de prepararme, y estaba muy contenta porque realmente quería estar bella al menos un día. Fui corriendo hacia los aposentos de Hatice, para decirle que me ayude y para que este conmigo como lo estuve yo con ella.

Al llegar a sus aposentos Hatice me abrió muy sorprendida y alegre, Hacia mucho que no nos veíamos. -Hola Naomi, ven siéntate. - Dijo felizmente, me senté junto a ella a tomar café turco, el cual sabía mejor que cualquier café que haya probado en mi vida.

-Que has estado haciendo? – Dijo Hatice – La sultana Halime se ha puesto muy contenta conmigo y me tuvo en sus aposentos - ¿Ah sí? Eso es bueno, Eres la sirvienta de la sultana madre, eso te dará mucho oro y gloria- Dijo tomando su café – No realmente, Me estuvo educando mucho, Aprendí muchas cosas – Dije también, compartiendo mi alegría -Oh, Yo también tengo buenas noticias, Hace una semana fui de nuevo a los aposentos del sultán, creo que el me ama tanto como yo a él- En parte escuchar estas palabras me hicieron doler el corazón, Yo no estoy enamorada de él pero creo que si me gusta, y tal vez me pone un poco celosa, Pero es normal que el se acueste con otras concubinas, es la regla.

Hatice me noto distraída - ¿En qué andas pensando? – Dijo confundida – En nada, Estoy contenta por ti enserio- Le dije sonriendo. – Te contare algo más, pero es un secreto, Creo que estoy embarazada- Dijo muy emocionada.

-¿Qué?...- Dije exaltada y sorprendida – Si, Pronto seré una sultana – susurro mientras se tocaba su vientre. De repente olvide que hora era y me apresure en decirle – Ah cierto, Me olvidaba, Quería decirte si querías acompañarme a maquillarme y vestirme- Ella me miro con desconcierto - ¿Para qué? – Te lo dije Hatice, la sultana estuvo educándome, para ir a los aposentos del sultán. – Hatice se puso muy seria – Creí que dijiste que no te gustaba el sultán, ¿estabas mintiéndome? – No Hatice, No es que me guste...- Me interrumpe. – ¿Entonces porque vas a ir a sus aposentos? Traidora – Dijo muy enojada -Espera Hatice no entiendes –

Se levanto y comenzó a empujarme para que me fuera de sus aposentos. Me saco a la fuerza y simplemente me fui llorando a bañarme. ¿Por qué hatice se había comportado de esa forma? Yo realmente creí que éramos amigas, además las veces que ella fue a los aposentos del sultán, yo me había alegrado por ella. Creo que solo está un poco celosa porque ella está enamorada de él. Aun así, el sultán no va a hacerme nada, y debería explicárselo a Hatice. Que el sultán solo me ve como una buena amiga.

Aun así, con los ojos hinchados de llorar y mis mejillas rojas, me prepare para verlo, me maquillaron, peinaron, perfumaron y vistieron, estaba bellísima, Sin embargo, seguía triste por lo que había pasado, porque realmente quería a Hatice como una hermana, Estuvo a mi lado durante todo este tiempo y ahora ella estaba enojada conmigo, y lo entendía, pero yo me lo hubiese tomado de otra forma.

Olía a flores y mi piel estaba suave. Y Como estaba maquillada no quería llorar más porque lo arruinaría todo.

Ya estaba lista y me llevaron a los aposentos, para ir tenia que pasar por el patio de las concubinas, en el cual justo estaba Hatice mirándome con odio. Realmente me dieron muchísimas ganas de llorar, pero me las aguante para no arruinar el trabajo del estilista de la sultana safiye. Pase por aquel hermoso pasillo dorado, y mientras tanto el jefe de los eunucos me decía lo que debía hacer "No lo mires a los ojos, no hables mucho..." y seguía diciendo como debía comportarme. Yo no prestaba mucha atención ya que estaba nerviosa.

Tocaron la puerta de sus aposentos y allí estaba yo, parada, emocionada, detrás de la puerta de unos aposentos de un hombre al cual hace unos meses atrás odiaba por haberme secuestrado.

Las puertas se abrieron y una hermosa luz cubrió todo, los hermosos aposentos del sultán, eran bellísimos, llenos de joyas y oro, con un balcón que daba justo a un paisaje pleno y precioso, y el olor era como de jazmines en el aire.

Llegue y me arrodille a sus pies algo torpemente, bese su ropa y seguí mirando al suelo arrodillada en el suelo. El me levanto el rostro como en las novelas, cuando el chico esta por besar a la chica.

Me levanté y miré el suelo – Realmente estás bellísima- Dijo, lo mire a los ojos y sonreí y el me devolvió la sonrisa. Me invitó a sentarme en una mesa de piso que estaba lleno de comida y nos sentamos a comer.

Diario de un palacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora