La niña gris

La escuela

Cuando Beth cumplió seis años debía de entrar a la primaria, sus padres consideraron que ayudaría mucho en la educación de su hija el estudiar en una escuela religiosa, el único requisito que pedían era que todos los estudiantes de su escuela tenían que estar bautizados. Los padres de Beth no habían pensado en el bautizo como algo tan esencial para su hija, nunca habían sido una familia muy religiosa.
Cuando informaron a la niña sobre sus planes de bautizarla Beth hizo una gran rabieta.

— ¿Por qué haces pataletas Beth?, Si entras a esa escuela aprenderás mucho acerca de Dios. — le dijo su madre, tratando de levantarla del piso.

— ¡NO! ¿quién te dijo que yo quiero aprender de ése Dios?, no quiero ir a esa escuela, no me obligues, mami por favor.

A la hora de dormir los señores Fletcher comentaban sobre la extraña negatividad de la niña a ser bautizada, el señor Fletcher creía que todo se debía a que nunca habían familiarizado a su hija con la religión, es más nunca la habían hecho pisar una iglesia, decidieron desistir sobre el tema, al final terminaron matriculandola en una escuela primaria que quedaba no muy lejos de su casa.

El primer día de clase todos los niños estaban sentados en sus respectivas carpetas, entre ellos destacada una pequeña niña pálida, quien observaba a cada uno de sus compañeros como buscando algo entre ellos, su mirada reparó en una niña más menuda que ella, estaba jugueteando con sus manos de manera nerviosa y parecía a punto de llorar, Beth sonrío y siguió mirando a sus compañeros, volvió a detener su mirada en una niña rubia, llevaba dos coletas altas y conversaba alegremente con el niño sentado detrás de ella, Beth agrandó su sonrisa, volvió a mirar a la niña que estaba a punto de llorar y luego a la niña rubia sonriente; finalmente había encontrado lo que tanto buscaba.