El grito del diablo

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Para Beth, navidad era su época favorita del año, desde noviembre ella y su madre pasaban horas decorando la casa, también acompañaba a su padre a comprar el árbol para navidad, se divertía preparando galletas y chocolate con su madre. Aquella navidad sería diferente, Beth lo sentía así.

Cuando despertó temprano en la mañana, Linda estaba preparando el desayuno, John se había ido al aeropuerto a recoger a su hermana que llegaba a pasar las navidades con ellos.
Patricia no era del agrado de Beth, tampoco lo era de Linda, ambas mujeres apenas se podían ver, hubo una época en la que eran casi como hermanas, todo cambió cuando apareció Beth. Patricia no apoyaba la idea de su hermano de querer adoptar, según ella, había otros métodos con los cuales podrían tener hijos propios, pero Linda ya había descartado esas opciones, ella quería darle amor a un niño, amor que quizá había sido negado por sus progenitores, fue así que cuando se enteró sobre el acontecimiento del hospital insistió a Jhon para postularse como los posibles padres,
Cuando vio a la bebé sintió una conexión inmediata con ella, Linda hizo lo necesario para ser la madre de  la bebé, cosas que no cualquier persona se atrevería a hacer.

Jhon volvió pasadas las once de la mañana, no sólo volvió acompañado de su hermana y sobrinas, sino también de su padre, Abraham.
Cuando los sintió llegar, Linda envío a Beth a su habitación, no quería que su cuñada arruinara la mañana perfecta de su hija.
Con una falsa sonrisa les dio la bienvenida.

— ¡Tía Linda!— Aniam, la hija de Patricia corrió hacía ella, Linda se agachó para abrazar a la pequeña.

—Hola mi vida, ¡haz crecido tanto!
Linda miró a la niña con dulzura.

— ¿Dónde está mi nieta?— preguntó Abraham— no la veo desde que tenía cuatro años,  ya debe estar hecha toda una mujercita.

— sólo tiene siete años, Abraham—respondió Linda con una pizca de indignación en su voz. 

—Traje esto para Beth—Patricia  puso en las manos de Linda una almohada — sé que le encantan las almohadas.

—Gracias, a alguna persona de la calle le caerá bien esto.

—Jhon, encárgate de tus invitados— dijo Linda  y enrumbo a su habitación.
                              ***

— ¿Entonces vendrás? 

— Me quedaré hasta las siete, han llegado los amigos de mamá y ella quiere que esté aquí para la cena.

— Está bien, en mi casa también hay visita.
Te veo más tarde, Olit 

— Adiós.

Linda arregló a Beth para que esperara a sus amigas, mientras la peinaba recordaba la primera vez que la vio, Beth estaba llorando, la niña no había parado de llorar desde que la habían llevado al orfanato, Linda pidió cargarla, cuando la tuvo en sus brazos la bebé se tranquilizó, en ese momento sintió que la bebé sería su hija, no se arrepentía de lo que había hecho, habían pasado siete años desde aquel día.

—No le prestes atención a lo que diga Patricia, no dejes que esa bruja te afecte.

—No lo hará, mamá. 

Beth bajó a esperar a sus amigas, la primera en llegar fue Lizzie, con un efusivo abrazo felicitó a Beth.

—Te ves muy bien, la última vez que te vi estabas inconsciente, perdón por no venir a verte, mamá no quería que me apartara de su vista. ¿Por cierto, qué fue lo que te pasó?

—Para usar los poderes tenemos que saber cómo distribuir nuestra energía, si no tenemos experiencia en usarlos gastará toda nuestra energía vital. El cuerpo se siente como si te hubieran pasado mil tractores encima, y luego pierdes el control de el.

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⏰ Última actualización: Sep 15, 2019 ⏰

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