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JIN

Salí de inmediato en busca de aquel gritó hasta que al fin me encontré con el idiota de Taehyung a punto de subir las escaleras al último piso.

—¡¿Qué haces?!.— le grité y corrí hacia él, jalandolo de la muñeca.

—¡No está!— me respondió con el rostro rojo del coraje y alzando la voz.

—¿De qué hablas?

—¡Mi juguete ya no está! Y estoy seguro de que se encuentra allá arriba.— chilló.

—Sabes bien que no podemos subir Taehyung.

—Pero... Pero... ¡Es mío!— lloriqueo igual que un bebé.

—¡Cállate! No podemos subir.

—Déjalo.— habló una tercera voz, la cual era de mi hermano Namjoon— Así mi padre quizá lo asesine a golpes.— sonrió con malicia.

—Cállate Namjoon y lárgate de aquí.

—¡Lo quiero!¡Lo quiero!¡Lo quiero!— gritó Taehyung haciendo todo un berrinche.

—¿Para qué? Tú mismo dijiste que ya te habías aburrido de él.

—Pero es mío.— chilló de nuevo— Quiero el collar que le di y ahora no podré quitárselo.

—Me importa poco, no subirás.

Lo jalé de vuelta hasta su habitación donde lo arroje y cerré la puerta con llave para evitar que volviera a intentar subir.

—Debiste dejarlo.— me dijo Namjoon recargado en la pared de brazos cruzados.

—Sabes que no podemos subir, papá lo dejó muy claro... ¿Ya olvidaste la última vez?

Mi hermano cerró los ojos con el ceño fruncido y luego llevó su mano izquierda a una cicatriz que tenía en su brazo contrario.

—No, lo recuerdo bien...¿Porqué lo hizo? ¿Qué tiene de especial?

—No lo sé.

Ambos suspiramos con pesadez y caminamos a nuestras respectivas habitaciones.

Cuando entré, me sorprendí al ver a Jimin vestido con la ropa que le había dejado.

—Uhm...¿Porqué debo usar ésto?

Le había dejado un mameluco sobre la cama. Adoro a los muñecos y Jimin sin duda parecía uno, un hermoso muñeco de porcelana.

Tan pequeño, tan inocente, tan puro. Se veía totalmente adorable.

—¡Jimin te ves precioso!— exclamé aproximandome a él.

—Uhm.

Se miró y frunció el ceño...¿No le había gustado? ¡¿A CASO NO LE HABÍA GUSTADO?!.

—Lo escogí especialmente para ti.— le dije molesto, pues a mí me encantó y no entendía por qué había hecho esa cara.

Su rostro se palideció y negó rápidamente mientras retrocedía.

—Me... Me encantó.

El enojo se esfumó en segundos después de eso... ¡Que feliz me sentí!




JIMIN

La mirada de éste chico me causó mucho temor, parecía una persona dulce y en segundos me miraba como un psicópata, después volvió la mirada dulce y yo siento que me volveré loco en éste lugar.

El Juguete de los hermanos Kim || Pausada IndefinidamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora