|06|

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Jimin obedeció de inmediato y caminó hacia el auto mientras Yoongi mantenía abierta una de las puertas.

El peli gris entró al vehículo temblando, tenía miedo por lo que le fuera a pasar.

Yoongi volvió a su asiento, frente al volante y encendió el auto.

—¿Porqué te escapaste?— preguntó Namjoon sin mirar a Jimin.

—P-Porque... Tengo miedo.

—Lo que tienes es suerte de que Yoongi fuera conmigo y no con SeokJin, si hubiera sido así, probablemente estarías muerto ahora.

Las palabras del jóven de cabello blanco eran poco tranquilizantes, pues ahora Jimin estaba más seguro que antes, de que no saldría vivo de esa mansión.

—Escucha Park, yo no te haré daño ni te castigare.— dijo el mayor por fin dirigiendo su mirada al menor.

Éste asintió temeroso y bajó la cabeza aún aterrado.

—G-Gracias...

—No me agradezcas nada Park, no lo haré, no por ahora, no hice ésto por que me agradas, recuerda que aún no ha pasado mi turno y no quiero que mueras antes de eso.

Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas y apretó los labios con fuerza al escuchar esas últimas palabras de Namjoon, ¿Osea que si iba a hacerle daño? ¿Lo castigaría? ¿Cuál sería el castigo? ¿Cuándo? ¿En dónde? Jimin no lo sabía y por el momento se mantendría con la incertidumbre.

Cuándo volvieron a la mansión, Yoongi​ bajó para abrirles la puerta. Namjoon bajó primero y caballerosamente, le tendió su mano a Jimin ayudándolo a bajar.

Caminaron hacia el interior y se aproximaron con rapidez a la habitación del menor.

Cuando abrieron la puerta, se llevaron una gran sorpresa al ver a SeokJin sentado en la cama, con el ceño fruncido, de piernas y brazos cruzados.

—¿Dónde estaban?— preguntó con frialdad, mirándolos con esos ojos obscuros y penetrantes que causaban tanto temor.

—Y-Yo— Jimin iba a decirle lo que había pasado, pero se vió interrumpido por Namjoon.

—Yo lo lleve conmigo, necesitaba algo para mis experimentos y le ordené que me acompañará.

SeokJin levantó una ceja y luego se paró de la cama. Caminó en dirección a su hermano para luego darle un puñetazo en el estómago, uno que le sacó el aire y le hizo escupir saliva.

—Sabes lo que pienso acerca de las salidas nocturnas Namjoon.

El menor se sujetaba con fuerza el abdomen pues le dolía mucho pero aún así miró a su hermano con fijeza.

—L-Lo sé.— jadeó.— P-Pero estoy en mi derecho de tomarlo si quiero... Él no es tuyo.

Y como si esas fueran las palabras más ofensivas del mundo, SeokJin agarró a Namjoon del cabello y lo jaloneo con fuerza hasta que éste cayó al piso.

Jimin sólo observaba aterrado. Quería detener todo, pero las palabras no salían de su boca y su cuerpo no se movía, estaba confundido, ¿Porqué Namjoon lo había protegido?.

SeokJin dirigió la mirada al menor y en ese momento su mirada fría se transformó en una de dulzura.

—Ve a dormir muñequito.— le dijo con cariño y lo guió hasta la cama donde lo arropó de nuevo y besó su frente mientras ponía al señor conejo a su lado.— Descansa mi amor.

Jimin dejó salir algunas lágrimas al ver a SeokJin caminar hacia su hermano quien tenía una cara de miedo.

El castaño lo tomó nuevamente del cabello y lo arrastró fuera de la habitación, pero antes de cerrar la puerta, miró a Jimin para decirle un tierno "Dulces sueños bebé" seguido de eso, apagó la luz y cerró la puerta, dejando así todo en completa obscuridad.


|MARTES|

La mañana siguiente, Jimin se despertó al escuchar el sonido de un motor.

Se sentó en la cama y frotó sus ojos seguido por un bostezo.

Se levantó y caminó hacia la ventana. Notó que había dos autos, en uno acababan de cerrar la puerta, al parecer alguien ya había abordado, en el segundo recibían al jóven Taehyung, con su uniforme y mochila en hombros.

Cuando estuvo dentro, ambos autos arrancaron y avanzaron en la misma dirección, Jimin se quedó pensando quién iría en el segundo auto.

Quizá los dos hermanos restantes o tal vez el señor Kim.

Todos sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de la puerta.

—Buenos días muñequito.— habló SeokJin acercándose a él con una sonrisa.

—B-Buenos días...

—¿Tienes hambre?

—P-Poca.

—Anda, vamos a desayunar.

El mayor lo tomó de la mano y lo jaló para salir de la habitación.

Al llegar al comedor, se encontraron a Namjoon quien ya estaba en su respectivo asiento con la cabeza baja.

Cuando rodearon la mesa para sentarse, Jimin quedó frente al chico de cabello blanco y se asustó en demasía al ver el rostro del mismo.

Tenía un ojo hinchado y completamente cerrado, los labios rotos, moretones y pequeñas cortadas.

Por la mente del peli gris pasó el pensamiento de que si eso fue capaz de hacerle a su propio hermano que sería capaz de hacerle a él.

Namjoon se levantó y caminó a paso lento, parecía que su cuerpo también había sido lastimado.

—Sientate Namjoon.— le ordenó el castaño pero éste lo ignoró — ¡Que te sientes!— gritó SeokJin azotando su puño contra la mesa, haciendo que ambos menores brincaran del susto.

El de cabello blanco se dió vuelta para ver a su hermano quien no parecía arrepentirse por lo que había hecho​.

—No tengo hambre, sólo quiero dormir.

SeokJin se levantó y se acercó a él, lo tomó de las mejillas y lo observó por unos segundos.

—Tú te lo buscaste, sabes que no me gusta lastimarlos, pero tampoco me gusta que desobedezcan y me parece que claramente dije... Nadie sale después de las ocho.

—Lo sé.— respondió Namjoon antes de comenzar a llorar— Necesitaba algo para mi experimento.

—Pues me hubieras dicho tontito.— SeokJin abrazó a su hermano y luego lo acompañó hasta su habitación.

Jimin se quedó callado, en esos momentos ya no sabía que hacer, los hermanos Kim realmente eran extraños parecía que estaban realmente locos.

El Juguete de los hermanos Kim || Pausada IndefinidamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora