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JiMin retrocedió unos pasos sin quitar la mirada de aquella ventanilla. ¿Quién era esa persona? No recordaba haber escuchado antes esa voz.

—¡JiMin lo siento!— gritó Namjoon entrando en el laboratorio bruscamente y exaltando al menor — ¿Qué haces ahí parado?

—N-Nada...

—Mmmm.— entrecerró los ojos, sin embargo segundos después recordó a qué había vuelto.— JiMin... Siento haber hecho lo que hice.— El peli gris sólo agachó la cabeza y sus mejillas volvieron a tomar un rojo intenso.— Esque... Eres jodidamente lindo.

El mayor se acercó y acarició el rostro ajeno con delicadeza, JiMin retrocedió lentamente hasta chocar con la pared y Namjoon se puso frente a él, tomó con sus manos las mejillas de JiMin y las acarició después con sus pulgares, inmediatamente se inclinó un poco para poder llegar a sus labios y besarlos con dulzura.

—¡Vamos a comer dulces!— exclamó el mayor como si eso borrara todo lo sucedido, como si aquello calmara el dolor que le había provocado.

JiMin apretó la sábana que lo cubría y sintió como era jalado por Namjoon hasta su habitación. Ni siquiera pudo decir nada, pero, ¿Qué podría decir? De cualquier manera si se oponía probablemente volvería a lastimarlo.

Al llegar, el mayor tratando de disculparse le dejó a JiMin escojer la película que verían y luego ambos se sentaron en el piso.

El peli gris quedó entre las piernas del peli blanco quien se la pasó haciéndole mimos durante toda la película mientas le daba alguna que otra golosina.

La incomodidad que tenía JiMin no podía evitarla, hacía un rato acababa de ser tocado por aquel hombre sin su consentimiento y ahora él parecía tan tranquilo como si nada hubiera pasado.

—¿Quieres ver otra?

—Bueno... Yo... Yo quisiera dormir.— habló el menor con voz baja pero con el volumen suficiente para ser escuchado.

—Claro que si bebé, durmamos juntos.

Namjoon preparó su cama y luego de una ducha junto a JiMin, los dos se fueron a dormir ya con sus pijamas.

Pero dieron las cinco de la mañana y el peli blanco roncaba perdidamente en sus sueños, sin embargo el peli gris estaba totalmente despierto.

«¿Debería ir?»

Se preguntó repetidas veces, tal vez ahí estaría seguro, pero... ¿Y si era una trampa? ¿Y si algo en verdad malo le pasaba?

JiMin dudaba demasiado en la decisión que tomaría, pensaba también que quizá a esa hora ya no encontraría a nadie en las escaleras pero al final se destapó y quitó suavemente el brazo de Namjoon que rodeaba su cintura.

Se arrastró por el colchón hasta llegar al borde intentando hacer el menor ruido y movimiento posible, lo que menos quería era despertarlo.

Caminó a hurtadillas por la habitación hasta la puerta y abrió lentamente sacando un rechinido. Se detuvo inmediatamente y volteó a ver a Namjoon quien aún se mantenía en su posición dormido.

El menor resopló aliviado y siguió hasta que pudo salir hacia el pasillo el cual aún estaba obscuro.

Caminó torpemente hacia las escaleras y logró ver una luz, parecía ser una linterna pequeña.

—¿Hola?— susurró esperando una respuesta pero ésta no llegaba — Ya estoy aquí... ¿Quién...

—Eso no importa.— al fin respondió aquella persona que permanecía oculta en la obscuridad.— Ahora debes venir conmigo.

El Juguete de los hermanos Kim || Pausada IndefinidamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora