El Juguete de los hermanos Kim || Pausada Indefinidamente

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(En este capítulo habrá tortura, de una vez les aviso que así habrá varios ¿vale? por si no les gusta ese tipo de contenido les recomiendo parar aquí, les suplico discreción)

SeokJin miraba a su pequeño hermano con una sonrisa, hasta que su mirada se dirigió al interior de la habitación y logró ver a JiMin. El castaño hizo una mueca de desagrado pues no le gustaba la idea de compartir; sin embargo ese había sido el trato.

—Te traje nuevos juguetes.— dijo por fin y volvió la mirada al rubio.

—¡Gracias Jin! ¿Cómo lo conseguiste?

—Le ofrecí dinero a sus padres y los vendieron muy fácilmente.

El menor aplaudió con entusiasmo y sonrió malévolamente.

—¿Puedo jugar ahora?— preguntó haciendo un puchero mientras juntaba sus manos en forma de súplica.

—Si, si, pero no te pases, no necesitamos más muertes ahora, la policía ya está empezando a negarse a los sobornos.

—¡No, lo prometo!

El castaño removió los rubios cabellos de su hermano con su mano y luego llamó a YoonGi para que trajera a los tres jóvenes que había conseguido para él, los mismos que lo molestaban.

—Divierte Tae y por favor no le hagas daño a JiMin que él no es sólo tuyo.— aclaró recibiendo una afirmación por el menor y luego se alejó.

Los tres chicos miraban a Taehyung con odio y fastidio, pensaban que sería como en la escuela, pues SeokJin les había mentido diciendo que quería invitarlos para que su hermanito no estuviera solo. Los jovencitos no tenían idea de que sus padres los habían vendido y mucho menos tenían idea de que jamás volverían a salir de ese lugar.

—Pasen.— dijo Taehyung haciéndose a un lado para dejarlos entrar.— Zico, Luka, Jake—Los nombró.

El líder de los brabucones, Zico, caminó y al pasar junto a Taehyung lo empujó contra la puerta y luego todos se echaron a reír.

Taehyung sonrió y cerró la puerta con seguro.

Los chicos miraron a JiMin desconcertados pues éste estaba sentado en el piso con lágrimas escurriendo.

El peli gris miró detrás de los jóvenes y éstos voltearon por instinto.

Un tubo de metal se estampó​ en la cabeza de Zico tirándolo al piso desmayado.

Los otros dos tragaron en seco y miraron con terror a Taehyung, pues éste traía su cubrebocas negro y el tubo en las manos, su mirada era penetrante y llena de odio.

—Ahora ¿Quieren seguirse riendo?— el rubio se acercó lentamente logrando que una temblorina se apoderara de sus cuerpos.

—T-Tae... Perdonanos... ¡Fue Zico, él nos obligó! — chillaron los jóvenes tratando de justificar sus actos.

—Ah... ¿Enserio?— el menor se detuvo y los miró ladeando la cabeza.— ¿Entonces ustedes no querían molestarme?

—¡No! Nosotros no... Fue él.— gritaron señalando al jóven que aún seguía tirado en el piso.

—Ya entiendo.— Taehyung bajó el tubo y agachó la cabeza, los chicos suspiraron pensando que ya todo estaba solucionado hasta que los miró de nuevo.— Aún así lo hicieron.

Sin pensarlo, Taehyung golpeó la rodilla de Luka con tanta fuerza que hizo que el hueso saliera roto por su piel, el jóven soltó un grito desgarrador y se tiró al piso revolcándose por el dolor.