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SÁBADO

Eran las siete de la mañana y YoonGi terminaba de colocarse un abrigo negro. Tomó las llaves del auto y se dirigió al último piso. Al llegar ahí caminó por el largo pasillo hasta llegar a la tercera puerta del lado izquierdo, tocó un par de veces y al fin recibió una respuesta.

—Adelante

El mayordomo entró y se encontró con el señor Kim sentado de nuevo en esa silla.

—Señor, ya debo ir.

El hombre lo miró y asintió, soltó un suspiro, se levantó de la silla y caminó hacia un buró junto a aquella cama, sacó su billetera y le dió una buena cantidad de dinero.

—Taehyung se a comportado más agresivo, tal vez la dosis ya no es suficiente.— comentó el señor Kim preocupado.

—Señor, con todo respeto eso es culpa suya, jamás debió abandonarlo.

—Lo sé YoonGi, me arrepiento por eso.

El peli negro negó con la cabeza y se retiró sin decir nada más.

Caminó hacia la salida y subió al auto. Una vez dentro comenzó a recordar cosas del pasado y aún se preguntaba cómo era que un chico de diecinueve años podía asesinar con tanta facilidad a una persona, él había estado con ellos desde que SeokJin tenía siete años y ahora que tenía veintitrés sabía que su trastorno se volvía cada vez peor.

A escondidas él iba a un hospital psiquiátrico donde el señor Kim los llevó de pequeños, ahí le daban medicamentos para calmar al menos un poco lo que los chicos padecían, pero aún así sufrían de episodios repentinos y fuertes gracias a no tener un tratamiento correcto. Podría decir que Namjoon era quien se controlaba mejor pero aún así su trastorno se presentaba en algunas cosas, el chico de veintiun años podría ganar fácilmente un premio científico pero su cabeza le dificultaba muchas cosas.

«El pequeño Kim SeokJin era llevado a un hospital psiquiátrico, el niño presentaba episodios de agresión y violencia repentina demasiadas veces al día y eso preocupó a sus padres así que lo llevaron a tratamiento.

—Buenas tardes señores Kim.— los recibió el médico mirando al pequeño.

Después de varias sesiones y observaciones, el hombre al fin les informó del trastorno que sufría su hijo.

—Bueno, a ésto se le llama trastorno explosivo intermitentese caracteriza por expresarse a través de estallidos de violencia repentinos y relativamente breves, desencadenados por situaciones mínimamente frustrantes o estresantes. Las personas con TEI tienen un umbral de frustración muy bajo y cualquier contrariedad, por insignificante que pueda parecer, hace que se enfaden repentinamente, incluso aunque segundos antes estuviesen de muy buen humor y riendo. A lo largo de éstos cortos episodios de ira, que no acostumbran a durar más de una hora, la persona pierde parcial o totalmente el control sobre su conducta y en muchas ocasiones puede llegar a agredir física o verbalmente a personas que se encuentren cerca y una vez pasado el estallido de furia, las personas que presentan trastorno explosivo intermitente acostumbran a darse cuenta por sí mismas de que lo que han hecho ha resultado perjudicial para los demás, y frecuentemente se sentirá culpable... Pero en el caso de su hijo, no parece que se arrepienta de lo que hace y por lo que hemos visto, su nivel de agresividad es mucho más alto que el de otros pacientes... Si sigue así, cuando crezca presentará demasiados problemas y puede que sean problemas muy graves.

El Juguete de los hermanos Kim || Pausada IndefinidamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora