S e i s

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— Ser despreciable...

— Blanca nieves...

Nunca lo diría, pero Jungkook se estaba divirtiendo al molestar a la vampiresa atada contra la pared. Lo estaba disfrutando, no de una manera cínica, más bien... De manera infantil.

De una manera que solo pudo disfrutar con su hermano, e irónicamente este ya no estaba.

La leve sonrisa en sus labios desapareció, cambiando su expresión a una más seria y dura, tirando de la cadena que aprisionaba a la pelinegra para ejercer más dolor en sus extremidades atadas, haciendo que gruña del dolor y las heridas volvieran a abrirse.

Llevaban cerca de una hora en esa posición, él ejerciendo de torturador y ella negándose a decir ni una sola palabra que no incluyera maldiciones de por medio.

— ¡Habla! ¿¡Dónde está April!?

— ¡Sucio mundano! ¡No eres merecedor de decir su nombre!

Las cosas se estaban alargando mucho y era agonizante por diferentes razones. Jungkook siempre odio la tortura, él era quien atrapaba la presa y su hermano era quien los hacía hablar. Esa era su estrategia. Y esa vampiresa era demasiado terca, tal vez hasta más que él.

Se estaba metiendo en un problema muy grande.

— Responde... ¿Dónde está April?

— Lejos de ti y de tu maldita gentuza. —dijo entre dientes y sin mirarlo realmente. Justo ahí el castaño se dio cuenta de que prestaba más atención a la altura de la luna que a su persona, y eso era extraño porque la mayoría de los vampiros que anterior mente había capturado todos le habían mirado como si fuera un bocadillo, provocando a su hermano y muriendo dolorosamente. Pero ella... Estaba más al pendiente del movimiento de aquel astro.

Ahí lo entendió. Su mente trabajó en un parpadeo y las imágenes fueron claras. — Eras humana... —no había otra explicación más lógica que esa, lo peor de todo es que ella ni siquiera intentaba desmentir ese hecho. Conocía muy bien a los vampiros, eran narcisista, odiaban ser comparados con humanos, o mundanos como ellos solían llamarlos, y ella no lo había siquiera intentado. — ¿Por qué?...

— ¿Porque qué? —aflojó un poco el agarre de las cadenas, mirando con lástima a la chica pálida e intentando aparentar que nada estaba pasando, que su corazón no estaba dolido por lo que sus ojos veían y que no quería llorar por su causa.

Sería estúpido admitir que sentía pena por ella.

« ¡No, mamá! ¡No le hagas daño a papá! Estamos jugando a las mordidas, ¡No! »

Sus ojos se aguaron y su labio no tardó en temblar.

« ¿Vas a matarme por ser un vampiro? Responde cacciatore... ¡Te dije que respondas! »

Su respiración se descontroló un poco, soltando por completo las cadenas y llevando ambas manos a su rostro, intentando cubrir sus sollozos y detener sus lágrimas.

« Mamá... Ya no se mueve... Papá... ¿Por qué mamá... ya no se mueve? »

— No... No lo hagas...

La vampiresa estaba desconcertada, mirando con rareza al cazador encogido en su lugar en forma de bolita, llorando y balbuceando para sí mismo pero siendo escuchado por ella por su increíble oído.

¿No iba a matarme?, pensó extrañada. Quitó cada clavo en sus extremidades, alejando de una patada las cadenas contaminadas y mirando desde lo alto cómo seguía llorando sin prestarle atención.

« ¿Papá? ... ¡No, papá, no! »

Sus llantos eran tan lastimeros que, después de tantos años, volvió a sentir pena por alguien más. Se puso a su altura, dudando si consolar a su posible asesino era lo correcto, pero cediendo al verlo realmente mal.

¿Cómo habían pasado al consuelo del asesinato?

Tal vez no es malo, pensó con una sonrisa, cargando entre sus brazos al castaño dormido en modo nupcial.

Era la noche más loca de su inmortal vida.

🌹♥️🌹

Sunset (JJK) #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora