Las voces se oían por todas partes, sentía escalofríos cada vez que alguien lo tocaba y su garganta quemaba al oler deliciosos aromas mezclarse para él. Se sentía enfermo, pero más vivo que nunca. Era odioso, pero a la vez despertaba gran parte de su curiosidad infantil. Algo le hablaba al oído, tan escalofriante y malévolo como hacía años no aparecía.
— Cumple tu parte del trato.
Le decía aquella voz.
Y era curioso, porque ya no sentía miedo alguno.
Ver a esa rara araña colgando del techo, balanceando su peso entre sus gruesas y largas patas, moviendo de lado a lado esa cabeza en forma de huevo sin rostro, con tanta naturalidad... Le parecía un juego de niños. Uno macabro, de esos donde sacaba sus diferentes frases y modos de ataque contra aquellos que debía matar. El miedo era cosa del pasado, esa cosa era del pasado.
Ya no identificaba si dormía, o si estaba despierto. Verlo a todas horas era molesto, no le daba pistas para averiguar si estaba vivo, o si esa cosa lo había matado. Tal vez el presenciar tantos terrores nocturnos como parálisis del sueño habían acabado por fin con su cordura.
Desde que el pequeño Hansol mordió su muñeca para salvarle la vida había dejado de dormir, o sentir sueño en realidad. No se cansaba, no se agobiaba, no se molestaba. Realmente... No sentía nada.
— Jeon Jungkook.
— La suprema se dará cuenta de que ha entrado en el convento otra vez. —respondió casi sin aliento, mirando hacia la nada, con su espalda apenas recargada en la pared y las sábanas cubriendo su desnudez. — Y hyung no se contendrá en herirlo...
— Debes pagar.
— Mi vida se la debo al próximo rey de los vampiros... No ha un dios débil que busca un nuevo contenedor dónde vivir.
Manteniendo su expresión neutra, vio con aburrimiento la clara cólera del ente oscuro, despidiéndose con un poco de burla cuando la cosa desapareció entre humos tóxicos, pudriendo la parte del techo donde estaba antes colgado.
Sabía que se había ido para siempre, ya no tendría que soportar la presencia de Abraxas ni su peso en sus hombros, y eso... Ni siquiera lo hacía feliz.
Contando los segundos para que apareciera su hermano en la habitación, miró con interés la ventana oscura que le protegía de los rayos matutinos, creado especial mente por el esposo de la suprema para él. Desde ahí veía a las brujas jugar en la fuente, tejiendo o hasta recitando hechizos antes de que iniciarán las clases.
Le gustaba verlas sin tener que matarlas, eran inocentes y más de una vez habían intentado hablar con él a través de la ventana. Como novicio, era muy peligroso para cualquier ser vivo. Su hambre era intensa, su fuerza apenas controlada, su cordura... demasiado débil.
Alaska había confiado en su amiga y le había dejado a su cuidado mientras ponía en orden el aquelarre y sus contactos en todo Miami. También estaba Hansol, pero el niño apenas y se separaba de la gran bruja, como quien se enamora por primera vez. Y el esposo, aquel accecante tan frío y tosco, apenas y le veía.
Ese hombre de cabello rubio era muy diferente a su hermano. Sus ojos eran de diferente color, su carácter era diferente y su modo de hablar era diferente. Más de una vez lo había comparado con un cascarón vacío. Y no podía imaginarlo siendo amoroso con la suprema.
De hecho, él mismo no podía imaginarse sonriendo otra vez. No se imaginaba siendo feliz.
Estaba tan solo...
Ya ni la presencia de su hermano lo animaba.
ESTÁS LEYENDO
Sunset (JJK) #3
FanfictionJeon Jungkook, Blue Rose, Blue the perfect. Había tantas maneras de llamarlo... Y solo había una que de verdad le importaba. "Jungkookie". Cualquiera podía llamarlo así para intentar hacerlo sentir bien, pero si no venía de la boca de su hermano...