T r e c e

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Él lo había dicho una vez, que su organización no descansaría hasta darle caza.

Pues habían cumplido.

Estaban atacando a diestra y siniestra la pequeña casa donde ellos habían estado viviendo en paz, sin causar problemas a nadie, siendo solo ellos una familia feliz a pesar de las diferencias.

Lo peor de todo es que no querían matarlo a él por conocer información prometedora, no, querían eliminar al pequeño Hansol por ser el último vampiro de sangre pura en toda América. Así de codiciosos eran.

Los disparos se detuvieron y él aprovechó para ver que el pequeño estuviera bien. Lo había protegido con su cuerpo de cualquier daño de bala o explosión causada por sus atacantes, y afortunadamente no tenía ningún rasguño. Estaba intacto.

— K-kookie...

— T-tranquilo... e-estas bien.

— No... t-tu...

— A-ah... —el sí tenía uno que otro disparo en las piernas y brazos donde lo protegió con su cuerpo, sintiendo el dolor cada vez más intenso mientras disminuía la adrenalina. — Y-yo no importo... d-debo sacarte de aquí.

— ¡N-no!

Tuvo que callarlo al escucharles derribar la puerta principal, desplegando sus armas ante el mínimo indicio de amenaza en la propiedad. Era una suerte que ellos estuvieran en la habitación del centro, logrando hacer una barricada con la cama del menor y protegerse de la mayoría de las balas.

Con sigilo se acercó al acaparador, cogiendo su rifle de asalto y cargando todas las balas aún si el dolor perduraba en sus movimientos. Le había prometido a Alaska protegerlo mientras ella visitaba el aquelarre, no podía defraudarla.

No podía permitirse que le tocaran un solo cabello.

— ¡Revisen todas las habitaciones!

Los pasos se hicieron presentes frente a su puerta, poniendo sus nervios a mil.

Honey... juguemos a policías y ladrones. —el pequeño asintió, entendiendo el plan de su mayor al instante. — Cuando entre el ladrón... yo voy a disparar, si ellos nos ven... perdemos.

La sangre que estaba perdiendo era evidente, su rostro pálido y leve temblor de su cuerpo asustaban al niño.

Y cuando la puerta se abrió la primera persona cayó. Jungkook había dado justo en su frente, soltando el aire retenido por mera costumbre antes de prepararse para el siguiente tiro.

— ¿Qué fue eso?

— Ve a averiguarlo.

Dos hombres entraron, el primero cayó por el disparo del castaño, asustando al acompañante y matándolo algo tarde. El sujeto los había delatado con un grito. Ciertamente no los había visto, pero ellos tenían experiencia combatiendo con necrófagos.

Era obvio que ellos estaban ahí.

— Kookie...

— E-estoy bien... vamos...

Con cuidado se levantó de su lugar, manteniendo en alto su rifle en todo momento. Tenían que salir de esa habitación sin que se dieran cuenta de su presencia.

Hurgó en la cajonera, sacando su pistola de bolsillo y demás cuchillos. No quería ni pensarlo, pero de ser necesario iba a tener que abandonar sus preciosos recuerdos en esos cadáveres para poder sacar de ahí al pequeño.

— E-escucha honey... a menos que te lo pida... no uses tus poderes. L-los ladrones... son tramposos y... t-trajeron detectores.

— P-pero...

— Promételo.

El pequeño asintió y se dejó proteger, llorando en silencio al verlo combatir contra aquellas personas. Teniendo tan poca fuerza seguía manteniéndose en pie, por él. Quería ayudarlo, usar su escaso entendimiento en sus poderes y lograr escapar.

Pero él tenía razón, había un hombre con un detector de energía en la mano y lo estaba buscando mientras los demás peleaban.

— ¡Lo tenemos!

Dos hombres más grandes y heridos atraparon a Jungkook, quien tenía sangre por todos lados y apenas podía mantener sus ojos abiertos del bajón de sangre que estaba presentando.

— Oh, que sorpresa... Pero si es Blue the perfect. Un traidor más.

— T-tú... ¿¡C-cómo pudiste!?

— Cállate.

Una patada a su vientre hizo gritar al infante, trayendo la atención de todas las miradas al pasillo. Y mientras ellos no podían verle, Hansol se quedó mirando al cigarrillo en los labios de aquel sujeto que golpeó a su papá, siendo solo un instante donde deseó que su cara se prendiera en llamas.

Y pasó. Todo el sujeto ardió en llamas.

— ¡Hansol, Jungkook!

Había sido Alaska.

Había llegado por ellos.

🌹♥️🌹

Sunset (JJK) #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora