Sunset (JJK) #3

E s p e c i a l: Burn It Down

Hubo un tiempo donde Busan era grande, próspero y agradable; tenía pequeños pueblos que podían ser mantenidos y que nunca habían sufrido plagas o enfermedades. Esa gran ciudad... Había sido el principal objetivo de temibles seres sobrenaturales. Principalmente... De seres necrófagos.

De Vampiros y sus Aquelarres.

La noche se había vuelto una tortura, la peor parte del día para todos sus habitantes. Seres extraños y sanguinarios salían de todas partes, de cada rincón oscuro y tétrico que pudieran imaginar. Los temibles monstruos en el armario o bajo la cama de habían vuelto realidad. Nadie estaba a salvo ni en sus propias casas.

Niños y ancianos desaparecían todos los días, a todas horas y en todos lados. Nunca volvían a ser vistos, y si se mantenía la esperanza y ese familiar regresaba a sus brazos... La familia entera desaparecía sin dejar rastro.

Eso ocurrió con la Familia Jeon.

— Mami... Veo algo moverse en el tejado.

— ¡Adentro kookie, ya es tarde!

Aquella prestigiosa familia se había llevado lo peor de todo.

Los Jeon habían adquirido gran prestigio sobre la ciudad de Busan por medio de su arduo trabajo y noble corazón, repartiendo víveres a todos aquellos sin hogar y exportando grandes cantidades de cafeína al extranjero, siendo dueños de grandes empresas y múltiples trabajadores.

Desde el inicio de las desapariciones habían estado apoyando económicamente al pueblo, además de dar trabajo a personas capacitadas y un techo donde dormir... Siendo otro blanco perfecto para los necrófagos.

— Mami... ¿Cuándo volverá papá?

— Pronto mi vida... Pronto...

Noche tras noche, muchos de sus trabajadores fueron desapareciendo dentro de la misma fabrica o zonas a su alrededor, variando en su mayoría los encargados del turno nocturno. Otros aparecían muertos en raras situaciones escalofriantes y ni qué decir de los familiares de estos.

La familia Jeon comenzó a ser tachada de ayudar a los vampiros y que toda su bondad era una farsa, clasificando a todos sus miembros como "malditos" y alejándose de ellos como si tuvieran la peste.

— ¡Mami! ¡Mami, mami!

— ¿¡Qué ocurre!? —la mujer entró en la habitación del pequeño con un rifle en mano, encontrando al niño abrazando su lámpara encendida y mirando con pánico a su armario abierto. — ¿Qué viste, cariño? —intentó parecer tranquila, apuntando hacia dicho lugar y subiendo a la cama para abrazar a su único hijo.

— Había... una araña... ¡Con cara! ¡Y se parecía a papá!

— Kookie... No hay nada ahí amor. —había revisado toda la habitación por precaución, sin encontrar nada que pudiera hacerle daño a su bebé. Era la quinta noche que eso sucedía. — Ven... Durmamos en el cuarto de mamá, ¿Esta bien? —el menor asintió, siendo cargado al instante pero sin dejar de ver hacia al armario.

Después de que los Jeon fueron excluidos de la sociedad, transcurrió un infernal año antes de que la cabeza de la familia, Jeon Joonhyu, desaparecía en plena mañana.