5. Queso llanero

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—¿Qué haces aquí?

—¡Mierda, mano, me asustaste! ¿Eres marico o te pica el culo?—le grité al que casi me mata de un infarto a los dieciséis años.

—Vale, chico, pero te me calmas, a mí tú no me hablas así—respondió Seokjin con cara de culo.

—Nada vale, venía a respirar, sentí que se me bajó la tensión—mentí, aunque pensadolo bien el feeling no era muy distinto.

—¿Te sientes mal? ¿Nos vamos? ¿Quieres agua con azúcar?—se preocupó agarrándome la cara.

—Sí, mamá, toy' bien, ya—respondí quitando las manos.

—Hmmm, bueno, ya sabes, dentro de un rato nos vamos igual, si no llevo el carro a la hora mi mamá me jode.

—Si va.

Dejé a Seokjin en la cocina cuando llegó la comida. Como que a todo el mundo se le prendió la alarma al ver a la señora con la bandeja llena de tequeños y salchichas con salsa rosada. El marico e' Seokjin quedó sepultado en el gentío.

Pendejo.

Regresé a la pista de baile más relajado. Taehyung no andaba por ahí ni nada.
El ambiente cambió cuando el dj colocó trap del lentico. Pusieron una vieja pero legendaria "La ocasión".  Apagaron las luces y ahora sí que no se veía un coño. Todo el mundo agarró su pareja, novio, novia, cuadre, culo, zampe, cacho, mete, trío, ganado y se lo llevo pa' la pared. Habían también parejas bailando en el medio, hasta Hoseok estaba bailando con alguien arriba de la mesa. Yo pasaba apretado entre las parejas bastante fuera de lugar. Iría a buscar a algunos de los muchachos donde fuera que estuvieran, estaba decidido a darme vuelta e irme hasta que sentí que me jalaron del brazo y me pegaron contra una esquina.

Un cuerpo flacucho se pegó al mío en la oscuridad. Bien bueno, me gané a una loca.

—¿Qué pasa, Jungkook? ¿Me dejas fastidiarte un rato?—habló cerca de mi oído haciendo mi piel erizar. Esa definitivamente no era un voz de mujer. Era mucho más gruesa. Muchísimo más.

—¿T-Taehyung?-

—Chhhhts—me calló poniendo su pulgar en mi boca—baila conmigo.

qUÉ.

—Marico, no—intenté controlar el tono patético de mi voz teniendo en cuenta cuan cerca estaba de mí-

—¿Por qué no?—preguntó aún más bajo. Por los clavos de Cristo.

—Soy hombre—señalé ese detalle importante—además yo no te caigo bien, y estás borracho.

—Relajate, Jungkook, nadie está viendo, nadie amenazará tu masculinidad frágil...—susurró.

Iba a reclamar, con otros argumentos labiosos dignos de admirar, como los que doy en mis exposiciones, pero entonces comenzó a moverse.

Chavez, ¿qué está pasando?

Tomó mis caderas y comenzó a bailarme. UN HOMBRE ESTABA BAILÁNDOME  DE MANERA NO IRÓNICA, y no solo un hombre ¡Era Taehyung! El coño e' su madre. Iba a quitarme, ¡Por mi madre que iba a quitarme! Pero no sé si era por la cantidad de alcohol en mi organismo o por lo bien que se movía el marico este frente a mí, que no me moví y me quede ahí parado como el propio guevón.

Jungkook, qué verga haces.

Cuando Taehyung se dio cuenta que no iba a salir corriendo empezó a moverse más lento. Y acercarse más. Pegó su sudada frente a la mía a tal punto de distancia que nuestras respiraciones se ligaron. Cálmate Jungkook, son sólo experiencias, cálmate. Intenté relajarme, pasé mis brazos por sus hombros y puse mis manos en su nuca. Comencé a moverme también.

Mierda mierda mierda. Qué coño. ¿Por qué no estoy parando?

Las dos nos movíamos al ritmo de la canción chocando lentamente nuestros cuerpos, y se suponía que solo debía calentarme al bailar reggeatón con una chama, pero ahí estaba. Taehyung se movía tal experto y como si fuera posible se pegaba cada vez más a mi. Se estaba acercando mucho, si yo fuera una chama ya me hubiera mojado y enamorado, pero era un chamo. Totalmente seguro de mis gustos.

Entonces me besó.

Me quedé quieto, con los ojos abiertos y en total shock como si fuese los reflectores del José Pérez Colmenares. Sus labios sabían salados por el sudor en ellos y supongo que los míos estaban igual, comenzó a mover sus labios lentamente sin importarle que yo estaba teniendo un ataque. Eso no estaba bien, coño ¡Nada estaba bien! Pero lo peor de todo no fue eso, marico.

Lo peor de todo fue que le correspondí.

¿Quién es Jungkook? Porque yo no lo conozco, no exite.

Pero es que maldita sea no sé por qué no puedo meterle un coñazo o salir corriendo si todo se siente tan incorrecto. 

¿Saben qué? Le echaré la culpa al alcohol, a la mierda.

Enrede mi manos en su cabello, y moví mis labios acorde a los suyos. No habíamos dejado de bailar, la canción era larga  y no sabía que tan bueno o malo era eso. Malvada sea Jungkook, ¿qué estas pensando? No. Tomaba mis caderas y las manejaba a su gusto,  nuestras lenguas se encontraron e hicieron una batalla en nuestras bocas. El calor se había elevado muchísimo, y las cosas ya se estaban saliendo de control. Taehyung comenzó a besar mi cuello y yo no sabía ya ni que coño con mi existencia, pero tomaba con fuerza su nuca para que no se alejara. Volvió a mi boca y regresamos a lo mismo de hace un momento por un rato más. Para desgracia de quien sea, la canción terminó y me separé de él. Todo cayó en mí de coñazo.

QUÉ COÑO ACABO DE HACER.

Tenía que irme, tenía que huir antes de que las luces se encendieran y viera la cagada que había hecho en alta definición. Me fui corriendo a la cocina llevándome a ochenta personas por delante.

—¡Seokjin!—grité buscando al mamaguevo ese—¡Seokjin!

—¡Aquí, pendejo!—me lanzó un cojín. Estaba tirado en el piso con Namjoon recostado en sus piernas. Namjoon se veía como la mierda.

—¿Qué le pasó?—le pregunté acercandome.

—Está mareado, no importa, ayudame a pararlo, ya nos vamos.

Gracias a Dios.

***

Buscar a Hoseok no había sido muy difícil. Estaba llorando mientras abrazaba la botella vacía de anís y cantaba vallenato a todo pulmón. Yoongi y Jimin aparecieron del más allá, Yoongi estaba borracho en la madre, más dormido que despierto, Jimin estaba burda de serio y actuando extraño, ni hablaba y literal casi que se fue corriendo al carro cuando salimos. En todo ese trayecto no me conseguí a Taehyung, y literal no sabría con qué cara verlo después de lo que pasó. Tenía que pensar en eso luego.

Y también pensar en el lío que tenía en mis pantalones porque tampoco eso debía ser normal.

—Y bueno...—habló Seokjin al volante—¿Qué tal la pasaron?

Namjoon gruñó, Hoseok sollozó, Yoongi roncó, Jimin no dijo nada y yo solo suspiré.

—Verga—dijo—que fino.

Arrancó y nos fuimos.


________

Me inspiré, bro.





e, ×.

¡Saranghae, coño e' tu madre! [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora