Cuando aquel intento mal desarrollado de persona bostezó por tercera ocasión, Kyle puso su mentón sobre su mano izquierda (la derecha se mantenía atada al lápiz con borrador mordido) y lo observó de reojo.
El gordo de Cartman.
Sus mejillas estaban rojizas, tenía los ojos semi-cerrados y su cabello caía sobre su frente sin tocar las pestañas largas y curvadas.
Era la segunda clase de sexto. Faltaba todo un día para terminar pero hoy Kyle no se sentía con la suficiente agilidad mental para recibir valeroso a la siguiente clase de álgebra.
Buscó apoyo en su amigo Stan pero parecía más concentrado en escribir algo en su libreta. Su rostro delineado por facciones crecientes, víctimas de las hormonas, brillaba un poco por el solecito de la mañana que se veía en la ventana a su lado.
A Kyle una vez le llegó gustar su mejor amigo. Y todavía hoy siente un extraño apego a ese calorcillo en su pecho. Como si saber que aunque no sea algo real, fuera agradable tenerlo. Jamás fue un romance, tampoco alimentó ese sentimiento, solo dejó que fluyera, sonriendo al verlo sonreír y deseando que Wendy valorara al joven tesoro que babeaba por ella aún tras todo este tiempo.
El profesor borró lo de la pizarra pero Kyle ya lo tenía anotado, contestó con un leve "no" ante la pregunta "¿Hay dudas?" que emitió el maestro.
–Gracias Kahl por ser la voz del salón. –escuchó en seguida, era el gordo. Todavía no terminaba de trabajar su cerebro cuando sus ojos ya estaban cerrados por la molestia.
–¿Tienes alguna duda, Eric? –le llamó el docente pero el chico de cabello castaño se cruzó de brazos y recargó su espalda en la silla.
–Sí. ¿Quién nombró al judío como voz del salón?
–¡Contesté porque nadie más lo hizo, panzón! –se acaloró en seguida pero la presencia del profesor redujo la emoción creciente entre ambos.
–Suficiente. –Era algo paciente el nuevo maestro, había tomado un tiempo acoplarse a él pero muchos coincidían en que era mejor que los anteriores. Muy poco entrometido pero bastante serio y comprometido. Kyle tuvo que aguantar las burlas de Cartman por unos meses al mencionar que le agradaba bastante.
"¿Tu vestido será blanco? Porque no sé si la arena en tu vagina terminó por quitarte la virginidad, Kahl"
"Kyel y el profe se encierran solitos y cojen juntitos"
–Si no hay dudas... –los miró de nuevo, deteniéndose en Stan, quien no levantaba la cabeza por tan concentrada escritura, –Marsh... ¿Puedes ayudarme a recoger las tareas de matemáticas? –le solicitó acercándose un poco y revisando aquel cuaderno. Kyle supo que no había puesto atención apenas la expresión del profesor cambió a una de leve molestia.
–Sí, por supuesto. –le respondió en seguida, algo cohibido por ser atrapado. Sacó su propia libreta y la abrió en la página correspondiente, se puso en acción después.
Kyle suspiró cuando le recogió su cuaderno y sin decir nada más se alejó.–¡Por Cristo, decídete ya! –le dijo Cartman intentando bajar la voz pero igual de chillona que siempre. Que siempre desde quinto año, claro, cuando todos comenzaron con estiramientos de huesos, con cambios de voz, con crecimiento muscular... Con dolores en todo el cuerpo, con sueño, con molestias y con amores más desarrollados y cada vez menos comprensibles.

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Como cuando vas creciendo y el "yo nunca" se convierte en un "¡Joder!"
FanfictionEl término adolescencia puede interpretarse de distintas formas pero una que le gusta resaltar a Stan es el de "dolencia", una etapa en la que la persona sufre, le duele vivir. A Kyle no le gustaba esta interpretación pero comenzaba, poco a poco,a a...