Capítulo 23

4.3K 498 1.3K
                                    

Hay días en los que despiertas mal y días en los que despiertas bien. Por lo general, recordamos más los días en que uno se despierta mal, siendo injustos con los montones de días en que uno despierta bastante bien. Kyle no quiso serlo esa mañana, tras un extraño sueño más con Eric. Uno que no lo hizo levantarse y correr a la ducha, si no quedarse en la cama, con sus brazos debajo de su cabeza y mirando el techo mientras escucha el reloj despertador ya sin la alarma, porque despertó antes.

En su sueño, estaba en camino a los pasillos de la escuela; como en los sueños la lógica es diferente y sabes cosas sin que se tenga razón de ello, Kyle sabía que era un mundo donde no se pelearon él y Stan y entonces nada de lo que conocía pasó. Solo eran los mismos de antes, pero en secundaria. Él hablaba de algo, ahora no recuerda de qué, con Stan, pero recuerda que estaba molestándose poco a poco por algo que repetía su amigo mientras veía a Kenny y Cartman esperándoles, literalmente, mirándoles fijamente mientras ellos se acercaban.

Recuerda reconocer un aroma al acercarse a Kenny, un aroma que le hizo sentir tranquilo y a pesar de que en su sueño ya sabía que era un sueño, no se preocupó por ese pensamiento y continuó con todo. Los cuatro se adentraban al pasillo cuando las luces del lugar se apagaron, el cielo se oscureció y aunque se giró presuroso, las penumbras consumieron a todos por igual, dejándolo completamente solo.

Ahí fue cuando cerró los ojos intentando despertar pero escuchó la voz de Cartman llamándole, le buscó y una luz le cegó por unos segundos mientras el gordo se reía, iluminándose ahora él mismo con aquella linterna.

-¿Qué? ¿Miedo? –le había preguntado burlesco y luego comenzaría a olfatear en esa oscuridad. Kyle le seguiría asustado.

-Hay que encontrar a Stan y Kenny.

-Vamos a la cafetería, huele a pollito.

-¡Cartman! ¡No jodas, nos necesitan! –le intentó detener pero la luz se apagaba apenas tocaba el cuerpo del otro. –Quiero estar con ellos también.

-Khal, cada quien debe encontrar su propia luz. –su tono le había erizado la piel, fue como un susurró cariñoso en medio de la batalla por regresar o irse.

-¿Y no estás tú para iluminarnos? –le preguntó mientras pensaba que era una pregunta mal dirigida considerando la frase anterior. Se sentía estúpido mientras el otro le miraba con una ceja alzada.

-No puedo iluminarnos a todos.

-¿Y por qué a mí sí?

-Te equivocas.

-¿Qué?

-No te doy luz, es mía.

-... Pero puedo verte.

-Porque es mía. –repitió con infantil impaciencia mientras se relamía por el aroma que Kyle no podía encontrar en las penumbras.

-... ¿Y tú me ves?

Le preguntó pero ahí despertó.

Era un sueño estúpido, raro y bastante revuelto, con aires de misterio que Kyle una vez despierto quiso despreciar pero no por eso salió de entre las cobijas y su colchón, porque era tan vívido. Es como cuando estas a segundos de despertar y todavía tienes esa sensación de haberlo vivido, Kyle siente el aroma de Cartman en sus fosas nasales y su voz aún resuena, poco a poco dispersándose a pesar de la angustia interna que el rostro de Kyle no demuestra en esa reflexión matutina.

¿La luz no sería el camino de cada quién? ¿O su libertad? ¿Su identidad? ¿Cartman tiene bien definida su identidad? Puede significar muchas cosas o nada, depende de lo que él quiera. Eso es lo que le molesta de los sueños y por lo cual Kyle no puede darse el lujo de creer en supersticiones, siempre es lo que uno quiere. Aunque hoy le parece algo llamativo considerando las últimas frases.

Como cuando vas creciendo y el "yo nunca" se convierte en un "¡Joder!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora