La pelota subía y bajaba a sus manos fiel mientras Kyle compartía miradas con su mejor amigo Stan. Los dos observaban la tranquilidad con la que Kenny manejaba la pelota y jugueteaba, estaba a punto de pasar algo importante pero el rubio no lo sabía, Kyle se preguntaba si estaría igual de relajado. Algunas veces lo vio mal pero eran tan escasas esas situaciones como los momentos en que les regalaba un mal gesto. Seguían charlando en las gradas del gimnasio, pasando el tiempo muerto de la clase porque el profesor estaba ausente.
Lo único que había pedido el maestro para no llevar un suplente, es que no hicieran problemas. Todos aceptaron gustosos mirando con recelo a Cartman, amenazándolo desde antes de que se le ocurriera incluso arruinarlo con algo. Kyle no lo hizo.
Todo el día había olvidado lo demás, estaba muy preocupado por lo que sucedería hoy, con lo que había conversado con Leopold, con la forma en que trató de ayudarlo. No estaba seguro de haberlo hecho bien y muy en el fondo tiene miedo de hacer enojar a Kenny y... y... ¡¿Y si se enojara con él?! ¡¿Empezaría de nuevo todo su infierno?!
De todos modos no era tiempo de hacerse traumas mentales, solo suspiró y Stan comenzó una conversación para relajar sus músculos, aportando apenas algo mientras seguía dándole vueltas al asunto, viendo a Kenny sonreír y literalmente recostarse en las gradas por la carcajada a veces.
Kenny era esos chicos que parecen buscar ser positivos, no por ser hipócritas o por no conocer la desgracia, era un tipo de esos que parece que la vida... o espera mucho de él o lo jode porque quiere... era de esos que conocen lo que es esforzarse y recibir menos de lo que merece. Pero siguen. Kenny es de los que siguen.
Nunca ha hablado con él de nada, siempre terminan asintiendo y dejando que lleve su vida, en un contrato invisible, vacío de palabras y lleno de acciones, tal como él le había dicho a Heidi algunos días antes.
Fue en primaria cuando se dieron cuenta, como quien tiene una venda en los ojos y se la quita, o como cuando estás buscando y buscando unos anteojos, abres cajones, bajas y subes por las escaleras, gritas, te enojas, revisas en todos lados hasta tres veces y luego... te das cuenta que los tienes puestos. Así de obvio y pendejo fue cuando se dieron cuenta del hambre que tenía que callar. De la ropa usada y desgastada. De la falta de útiles escolares, zapatos, accesorios... de que Kenny era pobre. Y sí, suena estúpido, porque Cartman lo decía y se burlaba, pero nunca fue un tema de interés, nunca opacó la sonrisa relajada, confiada y que transmitía paz de Kenny.
Aquel día en primaria, mucho antes de la gran desgracia (la pelea con Stan) surgió la "revelación divina" por obra de... válganos el cielo... de Cartman. Aunque claro, a pesar de darse cuenta él primero, fue el que menos dijo algo. El que ni siquiera parecía unirse al "plan" que después harían ellos para Kenny.
Era una tarde helada, con el cielo oculto tras nubes grises que amenazaban con congelar todo aún más. Era tan frío que a pesar de estar acostumbrados a su típico clima, Kyle tuvo que regresar a su casa en la mañana para ponerse ropa debajo de la que ya llevaba. Con playera de manga larga, suéter, otro suéter y su chaqueta, bufanda, guantes, botas, pantalón debajo del pantalón, doble calcetín. Todos eran unos agradables gorditos andantes andando a la escuela con prisa, nadie tenía ganas de fugarse de la escuela, preferían estar calientes en el salón.
Ya estaban por salir, abriendo sus paraguas y compartiéndolas o yéndose solos, algunos iban sus padres por ellos, otros iban en grupos. Kyle ya estaba dando pasos refugiado con su propia sombrilla cuando escuchó su voz. Y en ese entonces, pequeño y algo ciego de la realidad de su vida, no se dio cuenta de que sus oídos se activaban apenas escuchaba esa voz del gordo, no tomaba como algo importante el hecho de que querer verlo, de buscarle, de que sus ojos lo encontraran siempre, de que tuviera que saber que efectivamente era él y que estaba ahí y además saber qué estaba haciendo. En ese entonces, no importaba, solo pasaba.
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Como cuando vas creciendo y el "yo nunca" se convierte en un "¡Joder!"
FanfictionEl término adolescencia puede interpretarse de distintas formas pero una que le gusta resaltar a Stan es el de "dolencia", una etapa en la que la persona sufre, le duele vivir. A Kyle no le gustaba esta interpretación pero comenzaba, poco a poco,a a...