Mi Belieber Favorita Terminada

Capítulo 58

Me sentía un poco cansada luego del trabajo. Lily varias veces me había dirigido miradas reconfortantes y otras cómplices.

No me sentía con ánimos de nada; ni siquiera de leer, así que llegué a casa y me recosté inmediatamente a descansar un poco.

—No, no. Hazla tú, por favor—escuché que una voz lejana decía esas confusas palabras.

Me removí un poco en la cama e intenté abrir los ojos.

—Shh.. shh..—escuché esta vez.

Abrí los ojos de golpe, asustada, y vi que Justin se encontraba frente mío.

—No..—Yo tenía los ojos completamente abiertos, como si no entendiera qué pasaba. —No era mi intención despertarte—dijo Justin.

¿Despertarme? ¿Había estado durmiendo?

Justin se acercó a mí y me dio un beso en la frente.

Yo seguía sin hablar nada.

—Te ves cansada.. ¿Qué ha pasado?—preguntó con el ceño fruncido.

—Nada—sonreí.

—Bien, veo que no quieres contarme— Justin se acostó junto a mí y estiró sus brazos para que yo me juntara con él, lo cual hice con gusto.

—¿Con quién hablabas hace poco?—dije mientras Justin hacía pequeños masajes en mi cabeza.

—Con Jenn.—Yo suspiré. —____, ¿Qué pasa? Me estás asustando.

—Nada—dije nuevamente.

—Bien, pero si sigues preocupándome llamaré al doctor.

—Me tomaré alguna pastilla, tranquilo. Ya me siento mucho mejor—sonreí.

Fui al baño he hice esto.

Me miré al espejo y.. no podía creer que esa era yo.

Si bien había bajado muchísimo peso desde un par de meses, pero me veía espantosa.

Tenía unas ojeras tremendas, se me marcaban demasiado los huesos del pecho y del cuello. Mi pelo parecía paja.

Sentí una lágrima caer por mi rostro.

Levanté mi blusa para ver mi vientre. Se veía normal. No estaba demasiado delgada.

Limpié mis lágrimas y salí del baño.

Justin ya no se encontraba en la habitación, pero entró enseguida al escucharme salir del baño.

—____, he inv--—vio mis ojos un poco rojos al igual que mi nariz entonces dijo: —¿Qué pasa?

—No.. Justin, ¿me encuentras distinta?—pregunté.

—No, amor. Estás igual que siempre.. cada día más perfecta—suspiré y asentí.

—¿Qué me ibas a decir?

—Que invité a un amigo a cenar, pero si quieres le digo que no venga.—Sonreí.

Él nunca traía a sus amigos aquí y yo no arruinaría su noche.

—Tranquilo. Yo ya estoy mucho mejor... sólo era cansancio y como dormí un poco ya pasó.

—¿Segura?—preguntó frunciendo el ceño.

Yo asentí mientras me hacía una coleta.

Fui al caño nuevamente a arreglarme un poco, ya que no estaría toda desastrada cuando llegara su amigo.