Mi Belieber Favorita Terminada

Capítulo 37

Ya habían pasado una hora y veinte minutos desde que habíamos llegado a este bar y ya nos íbamos.

Sus amigos tenían un sentido del humor bastante raro, pero al fin y al cabo eran sus amigos.

—¡Eh, Justin, espéranos!—Gritó Demsi.

Los esperamos a él y a Max en la puerta.

—¿Qué tal la pasaron?—Preguntó Demsi al llegar.

—Bien. Hace mucho que no nos veíamos.—Comentó el Señor Bieber mientras caminábamos hacia la salida.

—Cierto. Y dime, ¿qué son exactamente ustedes dos?—Preguntó Max.

El Señor Bieber me miró y abrió la boca para responder, pero me adelanté.

—Amigos. Somos amigos—Respondí. La verdad es que no habíamos hablado acerca de decir en público lo que éramos, así que antes de meter la para contesté eso.

Max me miró incrédulo.

—¿Amigos?—Preguntó con gracia, como si no lo creyera.

Yo sólo asentí con la cabeza.

—Bien, nos vemos luego chicos—Dijo Demsi alejándose, dejándonos a nosotros tres solos caminando por la acera, hacia nuestros respectivos vehículos.

—Así que.. no estás ocupada—Me dijo un poco bajo Max.

—¿Perdón?—respondí.

—No estás con Justin, eso quiere decir que puedes salir con más chicos..

—Oh, no lo creo..—Miré hacia el frente. Sabía perfectamente que el Señor Bieber nos estaba mirando y prestando atención a nuestra conversación.

—Oh, si lo creo..—Dijo buscando algo en su bolsillo. —Ten, éste es mi número, llámame cuando quieras, pero.. tu sabes.—Me guiñó el ojo y dobló la calle.

Yo me quedé helada. Él había flirteado conmigo, en frente del Señor Bieber.

¡Qué descarado!

—¿Y no lo vas a botar?—Me preguntó el Señor Bieber, ya dentro del auto al ver que yo seguía con el papel en las manos. —¿Habías... considerado su propuesta? Es.. ¡Es increíble!—dijo con una risa irónica.

—No. Yo sí lo iba a botar, pero no iba a ensuciar la calle.

—Ah, y ahora te preocupas por el medioambiente. ¡Qué ridículo!

—¿Qué tiene de ridículo?—Dije molesta.

—Más encima dijiste que éramos 'amigos' ¿No sabes lo humillante que es eso?—ups.

—¿Tan mal está tener amigas mujeres?—Pregunté irritada.

—¡Sí! Digo.. ¡No! Pero es que ___, ¡Nosotros no somos amigos!

—¿Ah, no? ¿y qué somos?—grité.

—Somos.. mierda, ___.—Dijo pasando varias veces la mano por su pelo.

—Qué lindo. Somos mierda, me gusta.—Dije irónica.

Él suspiró y se acercó a mí.

—Yo.. lo siento. La he cagado muchas veces hoy y.. no sé que me pasa. Tú eres mi novia, ____. A ningún chico que gusta que su novia lo niegue y que coquetee con otros.

Cerré los ojos y empecé a tratar de respirar normal.

—Yo también lo siento..—dije.—y yo no coqueteé con él.

—No, no debes sentir nada. Yo fui un estúpido por criticarte cosas..—dio un suspiro. —yo sé que tu no lo hiciste. No quise decir eso, amor.

—¿amor? Me gusta eso—dije.

—Sí,—ronroneó, acercándose.—mi amor. Amor, amor, amor.

Se acercó hasta que no hubieron milímetros entre nosotros. La distancia de nuestros labios no era necesaria, ni respirar ni tener los ojos abiertos. Sólo podíamos disfrutar en uno del otro, como tanto nos gustaba.

—¿Pero tú no estabas interesada en salir con él, verdad?—se separó de repente, dejándome con los ojos abiertos y con los labios como un pez—¿no consideraste esa opción, verdaaaaad?

—No, mi amor—dije— no lo hice. Yo te quiero a tiiiiii—le copié la forma de alargar la última palabra, como un niño chiquito.

—Yo no quiero dejar de quererte..—Me dijo acercándose a mí y dejando un pequeño camino de besos desde mi mandíbula hasta la punta de mi nariz.

Lo miré desconcertada. ¿Él.. ya no me quería?

—Quiero negarlo aún—Su voz se había convertido en una áspera y ronca pero el susto invadía mi corazón.—Quiero pensar que no te quiero como lo hago—sus labios dejaron cortos besos en los míos, separando cada beso por una frase diferente.—Quiero pretender que sólo te quiero—Sus dulces labios me confundían aún más. Me estaba diciendo que ya no me quería y me estaba besando a la vez.

Mi cerebro no podía con tanto.

—Quiero pretender que aún no te amo— Ahora a parte de dar cortos besos, mordía mi labio inferior de una manera suave y placentera. Yo no podía concentrarme en sus palabras.

—Cuando sé que en el fondo de mi corazón, que.. te amo—iba a darme otro beso, pero yo alejé mi cara.

Él me había dicho que me amaba.

Amor.

Él.

Amor.

Hacia mí.

Él.

Lo miré unos segundos y comprendí todo.

Comprendí lo que era él para mí.

Me apoderé rápidamente de sus labios, y él me correspondió.

Yo estaba al mando de ese beso y se sentía jodidamente bien.

Rodeé con mis brazos su cabeza y comencé a juguetear con el pelo de su nuca.

Él había tomado mis caderas y me había posicionado encima de suyo.

Mordí levemente su labio inferior haciéndolo gemir. Me acercó aún más a su cuerpo y nuestras lenguas se entrelazaron.

Luego de unos segundos de guerra entre nuestras lenguas, me separé de él por falta de aire.

—Creo.. creo que me estoy enamorando de ti—dije entrecortado.