El secreto de mi novio

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El secreto de Sirius

Musicalización de capítulo: Deep Purple – hush (1968)

Un anuncio cursi y rosado se erguía a mitad el vestíbulo del castillo. Dos serafines encantados iban revoloteando, entregando tarjetas promocionales a cualquier alumno incauto que fuera a curiosear cercano al anuncio, en su mayoría eran niñas risueñas y tontillas que daban saltitos de emoción.

"Asiste al convite en conmemoración del día del amor y la amistad en Hogwarts".

Esbocé una sonrisa. Tomé la tarjeta que me tendía el serafín y enseguida me encaminé al comedor inyectada de un ánimo que hacía ya lejano.

Me acerqué directo a la segunda mesa de la izquierda, Gryffindor, donde ya se encontraban desayunando mis compañeras. Las pillé a mitad de una charla privada que no me importó interrumpir.

— Ejem, ejem—Me aclaré la garganta poco sutil y fui a posar la tarjeta de San Valentín delante de ellas.

Sus cuchicheos cesaron de golpe para atenderme. Repararon en la tarjetilla que había colocado entre sus platos. No podían ignorarla, era de rosa chillón y había un corazón que era continuamente atravesado por una flecha; se dibujaban el título en letras grandes: "Fiesta de San Valentín 1977".

—La fiesta anual de San Valentín —observó Marlene cepillando con su pupila la tarjeta. —... ¿Irás con Sirius?.

Me senté en el banquillo frente a ellas y me relamí los labios.

—No, Iré con ustedes —Informaba con una sonrisa determinante que no admitía negativas. Y con la misma firmeza las escrute en alerta de la primera objeción. —Nada de chicos, nada de citas —decreté terminante.

Desde que había comenzado a salir con Sirius me sentía exiliada. No solo porque me había distanciado de James Potter (y por tanto del equipo de Quidditch), también había notado brechas cada vez más largas entre mis compañeras de habitación.

Al principio, como suele pasar en cualquier situación similar, tuve que emplear ese tiempo dedicado a ellas para volcarlo a mi "relación" (mejor dicho, tiempo para esos encuentros íntimos con Black); Pero al paso de las semanas me había dado cuenta de que el tiempo con mis amigas era nulo, prácticamente estaba marginada del grupo.

Sospechaba que las chicas se traían algo turbio entre manos. Había notado que el aspecto de Marlene desmejoraba con los días. Ambas se presentaban al dormitorio a horas cada vez más tardías para dormir, a menudo con una pestilencia a tabaco impregnada en sus ropas. ¿Desde cuándo habían adoptado el vicio?... ¿Por qué habían adoptado el vicio?  Era más y más frecuente que Marlene y Lily secretearan, y discutieran en lo bajo, intercambiaran recados entre clase, y siempre mantuvieran ese halo de secretismo e importancia mientras lo hacían.

Intenté involucrarme, enterarme de ello, pero me evadían por completo. Callaban al momento que me hacía presente como si cuidaran que ni una sola palabra escapara a mis oídos, y se limitaban hablar sobre clases y tareas, con obligación, cuando estábamos las tres juntas, como si fuera una completa extraña. De vez en cuando me preguntaban sobre cómo iba la cosa con Sirius, aunque sospechaba que si lo hacían era una medida de distracción para cambiar el tema de conversación. Pero ¿Qué podía contar sobre Sirius?, ¿Lo mala que era la relación? ¿O que nos limitábamos a lo físico? Tampoco podía contarles que me había peleado con James, porque entonces tendría que ponerlas al tanto del suceso del lago. Ya me juzgaban demasiado, no quería darles más motivos; además tratar el tema "James Potter" con Lily no era algo que me complaciera mucho. Consecuentemente tampoco había tenido oportunidad de comentarles sobre mi renuncia al Quidditch (y Merlín sabía que me hacía falta un hombro en el cual llorar aquello).

Amiga de James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora