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La vida suele ponerte barreras que debes aprender a atravesar, o simplemente a ignorar.
En la vida de los héroes las cosas no son para nada fáciles.
En la vida de Eijiro Kirishima, donde cada barrera esconde otra aun más alta, el deber...
Bakugou Katski siempre fue una persona que aspiraba a lo mas alto. Él seria el mejor, el héroe numero 1. Y lo lograría solo, nada ni nadie seria de ayuda.
Si le preguntabas a Bakugou que pensaba de las demás personas en general, contestaba que eran simples extras en su vida. Lo único mas cercano al amor que sintió en sus cortos 15 años fue a sus padres, aunque aveces, sea a quienes mas deteste. Ellos siempre se intentaron meter en todos los ámbitos de la vida de su hijo. Desde que nació prematuro, las preocupaciones sus mentes no cesaron. El Obstetra que los atendió hasta el parto les advirtió que un niño que nació con solo 6 meses de gestación podría presentar dislexia o leves síntomas de autismo, y que también no deberían sorprenderse si le costaba más de lo normal empezar a caminar o decir sus primeras palabras. Mismo el tema de sociabilizar, no seria raro que le cueste acercarse o dejar que se acerquen compañeritos del jardín.
Mitsuki Bakugou no se separo ni un segundo de su retoño. Los cuatro meses que estuvo internado en terapia intensiva siendo apenas un recién nacido le dejo muy malos recuerdos. Masaru Bakugou se mostraba lo mas relajado posible ante la horrible situación familiar. Su primer hijo, prematuro, internado siendo un bebé, con intravenosas en ambos brazos y conectado a un tubo de oxigeno porque no podía respirar bien del todo por su cuenta.. Si superaban esto, superarían cualquier cosa que les depare la vida.
Para suerte de todos, su hijo no presento ningún problema en torno al aprendizaje. Aunque si le costo más empezar a caminar y a hablar.
A los 3 años logro por fin, pararse solo y dar siete pasos sin caerse hasta su papá que lo esperaba de brazos abiertos sentado en el piso. Mitsuki grababa todo conteniendo sus lagrimas de felicidad por el gran logro de su hijo. Y no fue el único... A los cuatro años soltó su primer palabra sin taradear -Porquería- Si... no era la que hubieran preferido sus padres, pero Masaru no se sorprendió en lo mas mínimo.. Su pequeño hombrecito saco la personalidad de su hermosa esposa, la cual le pego bien fuerte en su cabecita (ignorando la corta edad de su bebé) -Si vas a empezar a hablar, habla bien. Maldito mocoso- Luego lo abrazo, en forma de felicitación. Masaru miraba la escena con una sonrisa de felicidad inundando su rostro mientras sostenía la misma cámara con la que su mujer grabo sus primeros pasos. Llego muy justo al momento, siempre que el pequeño Katsuki taradeaba intentando modular ellos buscaban la cámara para que tengan grabado su posiblemente primer palabra, hasta que por fin sucedió.
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Paso el tiempo y la preocupación porque su hijo no diera buenos frutos en el aprendizaje desapareció. Aunque por si las dudas, desde que empezaron a enseñarle a leer en la escuela primaria, ellos llenaron su cuarto con libros de todo tipo: Historia, aventura, ciencia ficción, magia... Su hijo solo se presento interesado en los de ciencia ficción donde los personajes eran Héroes con grandes músculos y radiantes sonrisas que salvaban a las personas de las peores catástrofes. Aunque, como es típico en los cuentos, siempre había un personaje secundario seguido del principal, el cual el Héroe hacia hincapié en salvar, demostrando a final los sentimientos que los unían. Katsuki no entendía eso, intento relacionarlo con el cariño que él tenia por sus padres, pero sintió que no era de ese tipo de sentimiento a lo que se referían las historias.
