Pijamada

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Como un cuento de hadas, donde el caballero siempre salva a la princesa

Donde spiderman resguarda los días de su amada

Yoongi no era perfecto, pero desde que conoció a Hoseok y después de ese día en el parque quiso cuidarlo, protegerlo, a pesar de no ser alguien fuerte, sino que su apariencia era mas bien un tanto adorable, menuda y frágil

Por lo general era Hoseok quien terminaba defendiendole, ese pequeño podía mostrarse sumiso y adorable, pero no titubeaba para levantar sus puños, aunque en ocasiones los resultados no fueran buenos y ambos tuvieran que salir corriendo

En fin, cuando Yoongi cumplió nueve pasó la desgracia, la muerte llego sin aviso, y sin consideración arrebató la vida de su madre

El lloraba en medio de una calle solitaria, abrazando el cuerpo desfigurado y bañado en sangre de su madre. A las pocas horas llego una patrulla, una ambulancia y cuando estuvo en el hospital mientras le hacían curación en su pierna, llego su padre junto a sus hermanos

Yoongi se volvió alguien más serio, la culpa le comía día a día, las fotografías con su madre lo volvian loco, y al unico que dejaba entrar a su habitación era a Hoseok, quien se encargaba de consolarle, de decirle que no pasaba nada y que el estaría para él

— No fue tu culpa Yoongi, fue un accidente, yo estoy para ti, por favor ya no sientas mas culpa, desahógate en mí.

Era un niño que sentía el peso de la muerte de su madre, un niño que no sabía que hacer, que se encerraba en las tinieblas de la culpa, y lo peor era que se refugiaba en otro pequeño, igual de inexperto que él

Lloraba, lloraba a diario, pero la presencia de Hoseok hacía que su bruma se disipara de poco a poco, Hoseok quitaba las nubes grises de la tormenta y traía consigo la iluminación de un hermoso sol acompañado de un arcoíris, y hermosas nubles blancas redondas

Hoseok le alegraba los días, Hoseok estaba para él, Hoseok se convirtió en un todo para Yoongi y Yoongi sin dudar le dió todas las herramientas en manos de Hoseok para que pudiera destruir su corazón si este lo deseaba

Porque estaba bien, si Hoseok lo hacía estaba bien, aunque sabía que no lo haría, o eso siempre es lo que quiso creer

Pasaron los años, ahora con catorce años reflejados en los cuerpos de ambos, tirados en el césped del patio trasero de la casa de los Min

Ambos miraban el cielo, y jugaban a darle forma a las nubes, ambos tenían sus facciones más marcadas y Yoongi solo pensaba que Hoseok se veía realmente hermoso cada que se reía prácticamente gritando y moviéndose de un lado a otro, mostrando sus grandes dientes y la forma en la que ese corazón se marcaba más en sus labios

— ¡Mira mira Yoongi! ¡Esa tiene forma de pene!.- se soltó a reír y Yoongi también, porque era verdad, una maldita nube en forma de pene

— Búscale las bolas Hoseok.- sus risas hacían un conjunto gracioso y escandaloso que alejaba a las palomas que se acercaban a beber del agua de la fuente

— ¡Yah! No tiene, creo que es infertil

Tan solo chiquillos que no hacen mas que decir tonterías, pararon de reír, limpiando las lágrimas que se les habían salido por ello y entonces ambos se regresaron a ver, sus semblantes se volvieron más profundos, tan solo examinándose

Yoongi admiraba cada facción de Hoseok, la lentitud con la que pestañeaba, sus delgadas y un poco rizadas pestañas, su fina nariz, sus mofletes regordetes, el cabello cayendo con gracia en su frente, sus labios rojizos adornados con un lindo lunar.

Admiraba la forma en la que Hoseok se relamía los labios y la manera en la que su manzana de Adan aun no del todo bien definida, se elevaba dando a conocer el paso de su saliva

— Si voy a quedarme Yoongi.- habló Hoseok llevando su mano a los cabellos negros de Yoongi y acariciarlos.— Al fin voy a saber con que shampoo te bañas.- se soltó a reír.- Yo también quiero mi cabello suave y sedoso como el tuyo

— Eres un idiota Hoseok.- sonrío mostrando sus encías, y de igual forma llevo su mano a los cabellos de Hoseok dándoles caricias, el corazón le latía con fuerza, y no, Yoongi no estaba en el típico conjunto de historias donde no saben que clase de sentimiento era ese, Yoongi lo sabía a pesar de ser tan joven, pero si había algo que temía y era ser alejado del único ser que le había cobijado en brazos de esperanza trayéndole vida a sus días

— Se hace noche, hagamos palomitas y subamos a tu cuarto.- se levantó del pasto y se acercó al ventanal para entrar a la casa.— Apúrate Yoongi, a menos que quieras agarrar un resfriado.- soltó una risilla

Yoongi se quedo un rato en el césped, suspiró, mordió su labio inferior y cuando se sintió tranquilo corrió detrás de Hoseok, quien para su sorpresa ya había hecho las palomitas y seguramente estaba en su cama envuelto hasta la cabeza con su cobija de kumamon con el televisor encendido. Y si, así era. Lo comprobó una vez lo vió.

— ¡Hoseok! Yo iba a poner la película.- el mencionado sonrió con un puño de palomitas en su boca

— Do.. t-e.. apu-rraste.

— ¿Que?

— Que no te apuraste, y aparte a ti solo te gusta el terror.- sus labios formaron un triángulo.

Al final Yoongi puso otra película, Hoseok gritaba cada que, en alguna escena salía el tipo de la motosierra. Enterraba su cabeza en el pecho de Yoongi y apretaba su mano con fuerza

A eso de las once Hoseok se quedo profundamente dormido, sin deshacer el agarre con sus dedos entrelazados a los de Yoongi.

Un "descansa Yoongi" fue lo que salió de sus labios antes de caer en brazos de morfeo

Y un "te quiero Hoseoki" fue lo que salió de los la labios de Yoongi, apagando el televisor y acurrucándose con el chico en la cama

Con sus manos entrelazadas durante toda la noche, Yoongi no pudo dormir, porque simplemente disfrutaba de aquello

Aunque claro, amaneció con unas ojeras de aquellas...

BUS || YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora