Capítulo 13

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La mafia. La maldita mafia y la relación que pudo tener Andrew con ellos. Eso fue lo que destruyó toda mi vida y terminó con la Andrew. ¿Por qué demonios querrían vengarse de Andy si ya estaba muerto? Lograron su cometido. Sin embargo, nada de lo que Mike estaba diciendo teniendo sentido.

—Creí que lo sabías —dijo confundido.

—¿Saber qué?

—Lo de Andrew...

Entre las sombras y la oscuridad de la noche pude observar una silueta aproximándose. Rogaba para que fuera Devin y dijera que Amber nos estaba esperando en algún lugar para irnos de una vez, pero no.

—¿Saber qué de Andrew?

La silueta que cada vez se acercaba más estaba preocupándome ya que no parecía ser Devin. Y cuando estaba lo suficientemente cerca, me di cuenta que por supuesto, todo esto tenía que ver con el demonio de cabello anaranjado. Alfred.

—Hola, Hailey. Cuánto tiempo.

Me quedé helada. Tenía miedo y coraje hacia él por lo que nos hizo la última vez a Andrew y a mí. El idiota me secuestró y creó todo un conflicto que terminó matando a Andrew hace dos años. Él coraje me consumía

—Creí que estabas en prisión.

Alfred solo sonrió egocéntricamente y extendió su mano hacia mí.

—Acompáñame, Hailey. Tengo cosas que en verdad te van a interesar.

—No lo hagas —dijo Mike.

—Te encantará saber el paradero de Andrew durante estos dos años de su supuesta muerte.

¿Supuesta muerte?

Definitivamente todos aquí sabían algo sobre Andrew que yo no, y necesitaba saber de qué se trataba.

—Iré contigo Alfred.

Así fue como llegué a una extraña bodega que estaba a tan solo uno metros del bar. Si el bar parecía ser un escenario de una película de terror, la bodega parecía ser uno de un ritual satánico en el cual yo sería el sacrificio. Comenzaba a creer que había sido mala idea acompañar a Alfred.

Cuando estábamos frente a la puerta de la bodega, él se detuvo en seco.

—La tengo —dijo el pelirrojo como si estuviera hablando solo.

De pronto salieron dos hombres encapuchados de entre los arbustos. Me tomaron bruscamente por los brazos y de inmediato sentí como golpearon mi cabeza por detrás.

Mike tenía razón. Todo era una trampa.

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