Capítulo 22

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Andrew.

Pasar casi tres años sin poder ver el brillo de sus ojos, sin poder escuchar el timbre de su voz, sin poder abrazarla, fue terrible, como si mi mundo entero se convirtiera en blanco y negro. Sin embargo, en cuanto la vi, le devolvió por completo el color a mi vida.

Sentía que mi cuerpo temblaba. Había soñando tantas veces durante los casi tres años que estuve en prisión con este momento y muriendo de curiosidad, imaginando cuales serían sus respuestas a todas mis preguntas. Finalmente llegó ese momento el que nuestros ojos se encontraron de nuevo. Evidentemente, no era la situación en la que me gustaría, de hecho me destrozaba. Verla así, tan frágil, tirada en el suelo inconsciente y sin saber qué tipo de cosas le habían hecho esos bastardos definitivamente me derrumbaba; y lo hacía aún más el recordar que todo esto era por culpa mía.

Hailey se había desmayado, se encontraba en el suelo y aún así los hombres seguían apuntando hacia ella.

—No sean cobardes, hijos de puta. Ella es una persona totalmente pura que no tiene nada que ver en esto. Tengan cojones para intentar atacar al verdadero monstruo —dije sin dejar de apuntarlos.

A mi costado se encontraba Mike, él me estaba cuidando las espaldas mientras también apuntaba hacia otro de los chicos con su arma.

—Es tu debilidad, ¿no es así? —escuché una voz nueva a mis espaldas. O realmente, no tan nueva.

—¿De nuevo tú, Alfred? Mierda, acabo de salir de prisión ¿y ya tengo que ver tu maldita cara de nuevo?

Alfred se adentró más en la habitación mientras su mirada penetrante permanecía en mí. Era una situación llena de tensión, un hombre apuntando hacia Hailey, yo apuntandolo a él, Mike apuntando al otro hombre y viceversa. Al percatarse de esa escena Alfred rió.

—Vaya, al parecer habrá más de un muerto aquí —dijo entre risas.

—Me encargaré de que seas el primero —respondí yo.

Alfred se acercó peligrosamente a Hailey, quien yacía aún inconsciente. Se puso en cuclillas y después con una de sus manos jaló el cabello de ella, inclinando su rostro hacia arriba para que de esta manera yo pudiera observarla de mejor manera. De inmediato dirigí mi arma ahora hacia Alfred.

—Tan sólo déjenla. Arreglemos nuestros asuntos nosotros —volví a decir. Lo único que necesitaba para respirar era saber que Hailey iba a estar bien.

Alfred rió.

—Entiendo que quieras salvarla, pero esto es realmente divertido —dijo entre risas—. Realmente es tu kriptonita, súper hombre.

De pronto se escuchó un disparo a mi costado. Volteé de inmediato y me tope con que Mike había disparado su arma en contra de uno de los hombres. No lo pensé, de inmediato desarmé al otro y éste se refugió en Alfred.

Ahora contaba con dos armas en mis manos, así que amenacé a Alfred con dejar ir a Hailey o dispararía ahí mismo.

—Quiero ver que lo intentes, Stone —dijo el pelirrojo utilizando a Hailey como escudo humano.

Sin darme cuenta Mike ya se había avalanzado sobre Alfred para separarlo de Hailey, y entonces comenzaron a golpearse. Mike dejó caer su arma y el achichincle de Alfred la tomó para apuntarme a mí. No tuve otra opción, disparé en su pierna sin intenciones de hacerle daño y cuando éste cayó al suelo le quité el arma.

—Llévate a Hailey, Mike, yo me encargo de el cabeza de zanahoria —dije.

Mike tomó a Hailey entre sus brazos, y salió del lugar. Por fin podía respirar sabiendo que Hailey estaba fuera de peligro.

—¿Vas a matarme, Andrew?

—Debería.

El otro hombre permanecía inmóvil en el suelo debido al disparo que le había dado hace algunos segundos en la pierna, por lo que Alfred estaba prácticamente solo.

A pesar de todo, yo no era un asesino, así que pensé sobre qué hacer con Alfred hasta que por fin mi mente se iluminó.

—Sé que no morirás, pero al menos estaremos a mano —dije antes de jalar el gatillo. Le disparé en ambas piernas, casi igual que al otro hombre. Escuché su grito de dolor. Aquello no lo dañaría, pero por lo menos no podría moverse en un buen tiempo y con algo de suerte, terminaría en una silla de ruedas— Álejate de nosotros, Alfred. Soy un puto monstruo cuando se trata de defender a los que quiero y sobre todo si se trata de ella. La próxima vez te juro que no tendré piedad ni contigo, ni con nadie.

Salí finalmente del lugar, dejandolo ahí y dispuesto a abrazar a Hailey.

****Si les están gustando los capítulos no olviden votar y comentar! Denle apoyo a la novela, ya que últimamente he visto muy poquitos lectores:( *****

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