FICTOBER 2018 || Boku no Hero Academia ||

Día 27: Trueno ||Random||

Fictober Día 27

Autor: Soy_AntiCoral

Shipp o personaje: Pues ¿Cómo te explico?... Esto... Enjoy.

 Tema:

T R U E N O

Ella los observaba en la distancia entre la multitud de asesinos, entre los cadáveres de los suyos, del enemigo a vencer, de todo aquello que destruye una paz que no será eterna, alguien más iniciara el caos, alguien más deseará más que nadie. Por el deseo el mundo avanza, progresa y muere, eso es lo que decía siempre Tsuyu, la chica que tiene en su regazo con la vista perdida a un cielo que ya no es ni negro ni azul, es un manchón de una luz extraña.
—Tenemos que avanzar —dijo Midoriya tan pronto volvió a su lado, por un momento la chica quiere abrazarle y llorar, pero le evita la mirada, es por lo dicho, es porque Tsuyu está en su regazo muerta, tan muerta como todo el resto. Han llorado muchos muertos ya, uno más no debe ser diferente, pero lo es…
Bakugou la sostiene con fuerza por el brazo, la arrastra a la batalla de nuevo, que siga luchando, mientras el cuerpo hace un ruido hueco al caer al suelo, pero ni uno de los tres voltea, siguen avanzando.
La castaña se suelta del agarre y vuelve a invocar un hechizo de fuego, ya no existe el alquimista de dos elementos, murió junto a su amado hace tres rugido de dragón y su bestia magnifica también va por ese camino. Ella lo sabe, ellos dos son los únicos que le quedan, todos han caído hace tres rugidos de guargos, se han extinguido en la última llamarada de la noche, se han consumido junto al sol, han dado su último aliento suplicante deseando vivir más.
Eijirou ruge en la lejanía, ha perdido a su jinete, al único humano que amo, un dragón sin jinete y alma gemela sólo morirá de soledad, entonces busca venganza, se llevara a todo lo que pueda, pero no será suficiente, no fueron suficientes cien dragones, con uno no abra gran diferencia, caerá y ella lo sabe, está esperando su último ráfaga de fuego para iniciar el fin.

—¡Cara redonda! —Escuchó llamarla, ella asintió y extendió su bastón convocando uno de sus hechizos de paralización, es consciente que ni uno de los dos sabe lo que planea, tampoco es que pueda mencionárselo ya que los conoce y no lo aceptaran, prefieren morir ahí antes de más sacrificio, sobre todo si es el de ella, pero sus muertes serán igual de inútiles.
«Tres muertes más no significaran nada, pero una sí» pensó mientras golpea al nigromante frente suyo, usa una espada corta para rebanarle el cuello, sacudió la sangre del filo siguiendo a sus chicos, se siente protegida, siempre ha sido así, estando atrás protegiéndolos con su magia, pero no hoy, no más. Vuelve alzar su bastón convocando golems.
—Sólo una es necesaria —susurró para ella mientras buscó entre su bolsillo una piedra de color arcoíris, una que no existe. Una que sólo se ha escuchado en leyendas entre nigromantes y hechiceros. Mira a Izuku y Katsuki que luchan codo a codo, como hermanos, como mejores amigos, como amantes y como sus seremos más preciados, los únicos que le quedan, nada le espera al acabar esto, nadie más que ellos.

Es ahí cuando el último estallido de un volcán eclipsa el cielo en rojo, el gran dragón rojo ha caído, Eijirou partirá junto a su jinete y ese es el momento de alzar sus manos al cielo aun naranja.
—Convoco a los antiguos dioses destructores de deseos y asesinos de la piedad —masculló mientras besaba la piedra esta cambio de color; primero roja seguido negra—. Yo Ochako Uraraka proclamo mi deseo, mi necesidad y mi racionalidad ante ustedes.
La castaña se atravesó el pecho con su espada sin miramientos, escupió sangre y por un segundo estuvo por colapsar ahí, pero el hechizo invocado antes por ella logró que pudiera moverse aun con la sangre brotando como fuente del pecho, deslizó el arma lo suficiente para poder tener un orificio en el cual incrustarse la piedra en el corazón.
—Mi cuerpo es de su pertenencia, mi magia y existencia es suya desde este momento —seguía susurrando mientras trataba de divisar la figura de las dos personas que más amaba—. No hay camino más que el suyo donde no existe y existe oscuridad, maldad, bondad, ni luz, todo es lo que se desea.
Mientras proclamaba el manifiesto el cuerpo de Uraraka se transformaba, ella no lo notaba, ella había perdido la sensibilidad desde que su corazón se volvió de cristal, sus orejas se habían caído, su cabello creció un poco más y de este comenzaron a emanar algo similar al petróleo, la piel de sus brazos y piernas se volvía azul y negra a la vez, parecía cambiar por la luz.
—El único camino es el fin de lo efímero, por ello mi alma es sólo una parte de lo que por derecho es suyo —Le crecieron cuernos al momento de decir esas palabras, una corona de fuego entre ellos apareció. La sangre que aun brotaba de su boca y pecho se había vuelto oro. Los ojos cambiaban en miles de formas, parecían los ojos de distintos animales, pero nunca dejaban de ser castaños, ella alzó sus manos al cielo y proclamó las últimas palabras, su deseo eterno al mundo, a esos dos únicos dos seres deseados.
—Todo será consumido, menos lo más amado.

Izuku dio un brinco tan pronto cayó un rayo tan cerca de él que pudo sentir la electricidad por su espada, Bakugou estaba igual que él. Vinieron los truenos, el cielo sin nubes tronaba como si una canción del fin del mundo sonara ahí arriba. Los truenos, ni los rayos podían surgir desde hace tiempo, no existían nubes y aun así comenzaron resonar y a caer uno tras otro, como lluvia, pero no los tocaba a ellos.
—¡Uraraka! —Gritó tan pronto reaccionó a la situación, llevaba rato sin pista de ella, nunca se alejaba demasiado y no se percató que los hechizos dejaron de aparecer, la distracción en la batalla era lo peor, lo había demostrado las muertes de su héroe, de sus mejores amigos, de todo.
—¡Esa idiota! ¡Le dije mil veces que no se apartara de nosotros! —Quitó a dos bestias que estaban yendo por él mientras regresaba por el camino donde a la vieron por última vez, estaba siempre cerca, ¿cómo mierdas era posible que desapareciera de un segundo para otro? Ella no podía, ni debía estar perdida.

Midoriya apartó al rubio porque cayó un rayo, los truenos eran más seguidos, constantes, casi avisándoles que estaban cerca de su destino, pero una cortina de humo negro y denso no los dejaba atravesarlo.
—¡¿Qué mierda…
El trueno más largo hasta el momento calló los gritos del rubio, el cielo se iluminó como si el sol volviera existir, es ahí cuando ven una figura entre ella, pero es todo, la luz consume todo, hace que tengan que mantener los ojos cerrados y para cuando los abren sólo queda una tierra llena de cadáveres.
—El… sol… —Los dos observaron embobados como si de una mariposa fuera el surgimiento de un sol en el cielo y un último trueno resonó para que el último rayo detrás de ellos dejara algo más impresionante que volver a surgir el día y la noche ante sus ojos. Uraraka estaba ahí.

Los dioses antiguos no la consumieron como todas las veces, no la maldijeron, no provocaron caos como las veces anteriores. La razones por las que existían criaturas malas o porque el sol murió fue por gente, que como ella, quería derrotar algo más fuerte que su frágil ser. Otorgados con la gema del reinicio debían desear, necesitar y sentir, muchos eran consumidos y sus deseos se transformaban en los monstruos que acaban con todo lo que amaban. Uraraka no era diferente a muchos otros incautos, pero ella tuvo la suerte de que los dioses tuvieran el capricho de cumplirle a la miserable criatura su deseo de amor. La devolvieron al mundo, pero ya no era ni humana, ni estaba bendecida con la diversión de unos dioses que no les importa.

Ochako era una figura atrapada entre la vida y muerte, su cuerpo entero estaba hecho de mármol, su corazón seguía siendo de piedra preciosa, los cuernos ahora eran dos astas de ciervo y la corona eran miles de flores adornando la figura de mármol. Se le oye respirar despacio, pero no se mueve ya que sus piernas son parte del suelo y naturaleza que hace de ella. Es una musa dormida y en un par de años dos lapidas la acompañaran y a veces lágrimas de oro escurren por sus ojos cerrados porque aun sueña con ellos.

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Comentario por Soy_AntiCoral:

Ni puta idea de lo que escribí, sólo lo hice. LOL
Al tema, espero les guste y si no, yo los entiendo, no tiene pies ni cabeza. LOL
Lean y comenten los demás días, por favor. Estos días míos sí que son muy random.

Larga vida y prosperidad.

Comentario por mi parte:

Pues bien random y todo me encanta de verdad.
No me quejo para nada xD
¡Ya estoy al día! ♥

-DaniChan_3