Movitos

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Habían pasado 3 días desde que la misión para salvar a Gaara había acabado, Deidara había muerto en batalla al igual que el Jinchuriki de una cola.Chiyo entendió que la nueva generación era la que debía mantener el orden y la paz, en sus últimos momentos de vida trató de resucitar a ella Jinchuriki de la arena pero al parecer no le había alcanzado el chakra ni el tiempo para poder hacerlo, por lo que aún con todos sus intentos Gaara seguía en coma, o de plano se podría decir que está muerto.El primer día se habían dedicado a descansar y a curarse de todas las heridas que se dieron en el combate. El segundo día fue el entierro de Chiyo, a esta ceremonia asistieron varias personas importantes: El Kazekage, Kankurō, Temari, los consejeros de Suna, el hermano de Chiyo y algunas otras personas.Naruto, Yugito y Fū también habían asistido, cada uno con diferentes pensamientos y diferentes motivos. Por otra parte Gaara no había sido enterrado, su familia tenía la esperanza de que en las próximas horas, días o semanas despertara al fin de una aparente muerte.•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••Fū tomó un descanso de todo este asunto, de todas las personas presentes era la que más había quedado marcada ante esta experiencia, había sido la primera vez que alguien murió frente a sus ojos, un compañero ninja y sobre todo un hermano Jinchuriki.También había sido la primera vez que veía a alguien hacer un sacrificio tan noble como el de la vieja Chiyo, se preguntaba si así deberían ser todos los ninjas.La peliverde salió a dar un paseo por el caluroso desierto, necesitaba estar a solas un buen rato para tratar de asimilar todas las cosas que habían sufrido en los últimos días. Llegó finalmente a una roca alta, su visita consistía en el inmenso desierto, tan caliente como el mismo infierno, pero de noche podía ser tan frío como la muerte.Sentándose en una roca miró hacia abajo, los pequeños granos de arena se confundían entre sí, perdiéndose entre la nada y el todo. Fū dejó caer una lágrima que coloreo la arena de un color más opaco, de esa lágrima salió una más, seguida de otra y otra hasta que finalmente la pequeña Jinchuriki desbordó en llanto.Trato de relajarse un poco pensando en las cosas positivas que le había regalado este viaje, la experiencia de haber tenido una verdadera batalla, el ver a sus dos maestros luchar con toda su fuerza... El sacrificio de Gaara para ayudar a detener al Akatsuki.Sacudiendo su cabeza de ese recuerdo pasó a otro tema, los ninjas de Suna. Todos se habían portado muy amables con ella, se sentía aceptada y contenta. El Kazekage no era esa persona seria la cual se imaginaba, Temari había sido como una hermana mayor para ella en estos días, Kankurō era una persona valiente y sin miedos, a excepción del pavor que le tenía a Temari cuando esta se enojaba; todos los Shinobis eran comprometidos y estaban dispuestos a dar su vida para defender a la aldea contra todo peligro, dispuestos a sacrificarse para salvar a otro compañero... Al igual que lo había hecho la abuela Chiyo.Volvió a sacudir su cabeza para alejar los pensamientos negativos pero cada nueva cosa en la que trataba de centrarse le recordaba a lo hecho por los dos ninjas de la Arena que habían dejado su vida por un bien mayor.Tuvo que agachar la cabeza cuando una fuerte corriente de aire llegó al lugar arrastrando pequeños granos de arena consigo. Justo en esos momentos recordó a su madre, un viento similar se había sentido el día que ella se sacrificó para asegurar su vida. El último recuerdo que tenía de ella era una vaga melodía, un pequeño canto para dormir. Fū no tenía muchos recuerdos de su madre, pero tenía claro que ella era uno de sus principales motivos para seguir adelante, para que, donde quiera que esté, se sienta orgullosa de ella.- 🎵 La, la, la, la, la, la, la.... - recostandose en la arena caliente empezó a tararear la canción que le cantaba su madre, o al menos de lo poco que se acordaba, algunas lágrimas salían de sus ojos anaranjados, pasando por sus mejillas y terminando su recorrido en la arena donde se mezclaban con ella.Poco a poco fue cerrando sus párpados hasta que terminó en el mundo de los sueños, donde ella está protegida de cualquier peligro y de cualquier persona que le quisiera hacer daño.•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••Fū despertó en un lugar vacío, lo único que había era oscuridad y un silencio aterrador. Se preguntó dónde estaba, lo último que recordaba era que estaba en el desierto de Suna, recordó haberse quedado dormida y ahora estaba en este lugar.Estuvo tentada a gritar, pero un halo de luz la cegó momentáneamente, cuando la luz se volvió más tenue la siguió, de todas maneras no le quedaba nada más que hacer. Luego de algunos minutos llegó a un lugar con un poco más de luz que el anterior pero aún así seguía muy oscuro.La luz que la estaba guiando se posó sobre una roca que está a a unos cuantos metros de ella, se fue formando la silueta de una persona, más específicamente la de una mujer, que eventualmente se vio a una mujer de unos 32 años más o menos, su pelo verde y sus ojos anaranjados eran lo que más resaltaba en ella.Fū vio a esta persona y unos cuantos recuerdos llegaron a su mente, recuerdos borrosos de cuando ella apenas era una bebé, estaba en los brazos de su madre pero no la lograba reconocer, no tenía más recuerdos de ella después.- 🎵 La, la, la, la, la... - Fū salió de su trance cuando la melodía empezó a salir de la mujer desconocida, intentó completar la canción para ver que la mujer también se la sabía, esto le hizo llegar a una conclusión.- ¡MADRE! - Gritó emocionada la Jinchuriki del Nanabi mientras que salió corriendo para saltar a sus brazos en un gran abrazo.Su madre la recibió con los brazos abiertos dándole un abrazo maternal, para Fū era la primera vez que la veía, claro que la había visto antes pero ella era muy pequeña por lo que las lágrimas no se hicieron esperar.•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••Después de varios minutos de lágrimas ambas se sentaron en la roca para hablar, después de haberse conocido mejor, la madre de Fū empezó con un tema que había estado golpeando el corazón de su pequeña.- ¿Qué es lo que tanto te está consumiendo, hija? - preguntó la peliverde mayor a lo que Fū solo pudo agachar la cabeza, no podía dejar atrás el dilema del sacrificio de Gaara y de Chiyo.La Jinchuriki quedó en completo silencio y su madre pudo interpretarlo a la perfección, al fin y al cabo era su madre y siempre sabía lo que le duele a su pequeña niña.- Tengo claro el porque me hice ninja, estoy siendo lo que siempre quise ser, demostrando lo que valgo, pero tengo miedo - Respondió la pequeña genin.Su madre la miró cálidamente, puso su brazo en la espalda de su hija para empezar a darle cariño maternal acompañado de silencio para que siga contándole su miedo.- ¿Todos los ninjas tenemos que sacrificarnos?, ¿Nos volvemos fuertes para acabar así?, ¿Acaso todo lo que pasamos no vale la pena?. - preguntó con lágrimas en los ojos.La mujer mayor dió una pequeña sonrisa a su hija mientras la recostaba en su pecho, acariciándola lentamente.- Fū, escucha con atención lo que te voy a decir. Sé que no he podido estar contigo pero quiero darte unos consejos para que puedas afrontar la vida - Fū miró hacia arriba a ese rostro hermoso de su madre mientras guardaba silencio para escucharla, siempre quiso que le diera un consejo y hoy era el día que tanto había anhelado.- No debes apresurarte con tus decisiones, recuerda que no es mejor el que antes llega, ni tropieza el que es peor, no debes tener miedo a equivocarte, es una parte natural de la vida - Fū recordó las historias que le habían contado sus maestros, recordó que a ambos les costó trabajo llegar al nivel que están, no llegaron de la noche a la mañana y eso significaba que debieron recorrer un largo camino.- Nunca te dejes guiar por el miedo, si bien es de cobardes, hasta el más fuerte lo siente cuando está pasando un mal momento, pero aún así no dejes que ese temor te supere ni supere todas tus metas -Está vez la mente de Fū la llevó a recordar más específicamente a Naruto, algunas personas lo conocían como el hombre sin miedo, y ella alguna vez lo llegó a creer de esa manera pero recordó que alguna vez les contó que tenía miedo de fallar a sus seres amados y por eso siempre seguía esforzándose hasta lograr cuidar de ellos.- Cuando todo esté nublado tú mismo deberás ser tú sol, cuando pienses que no puedes seguir saca fuerzas de algo para no darte por vencido - Su mente pasó a recordar a Yugito, ella sabía que una buena parte de su infancia fue odiada por todo el pueblo, la mayoría de sus días fueron burlas hacía ella por no tener madre o padre y aún así ella logró salir de todos sus problemas para convertirse en una Kunoichi poderosa.- Ahora dime, ¿Quién hace lo correcto y quién lo incorrecto?, La vida es así de complicada y a la vez simple, pero tú eres la que decide cómo será la tuya, si quieres arriesgarte por algo, hazlo, si quieres dar unos pasos atrás para tomar impulso, hazlo, si quieres sacrificarte por alguien importante para ti, hazlo. -La mente de Fū fue bombardeada de información que caía en su cabeza, sus ojos empezaron a ver borroso y un fuerte dolor en su estómago empezó a hacer presión. De este salió una masa negra que tomó una silueta de un humano pero del cual no se le veía su rostro.Está masa negra salió disparado a una velocidad fascinante y le dió un golpe que la mandó a volar hacia la nada, no supo cuando la silueta volvió a ponerse detrás de ella para detenerla en seco con una patada en toda su espalda haciéndola caer al suelo en un golpe seco.Cuando se puso de pie intentó dar un contraataque pero la velocidad de su rival era tan asombrosa que desapareció en segundos y volvió a aparecer detrás de ella como si de una sombra de tratara. Liberando el chakra de Chōmei, sacando tres colas, volvió a cargar al ataque.Lanzó un puñetazo que su rival lo paró con un simple dedo, intentó dar una patada en las costillas que no hizo efecto alguno ya que su pie simplemente traspaso a su rival como si de un fantasma se tratara. La masa negra sonrimalévolamentete y volvió a darle un fuerte golpe a la Jinchuriki que seguía en shock por lo que estaba pasando.Buscando a sus alrededores vió a su madre preocupada por ella pero aún en la piedra donde hace unos minutos estaban, preguntándose por qué no la ayudaba sus dudas desaparecieron cuando ésta le dirigió unas palabras.- Lo siento hija, está es una batalla que sólo tú puedes ganar - habló para después cerrar los ojos y darle apoyo moral a su niña.Fū no entendía nada de lo que estaba pasando pero tuvo que volverse a la batalla para esquivar un golpe que venía por parte de su extraño rival, el golpe iba tan potente que hizo que la peliverde retrocediera varios metros.La batalla transcurría con el mismo son que antes, con una Fū intentando esquivar todos los embates de su rival dinero éxito ya que este era demasiado rápido como para poder esquivarlo, q intentó bloquear sus ataques pero estos llevaban una potencia que pudiera aterrorizar hasta al más fuerte de todas las aldeas elementales. Su último plan era atacar a él para que no tuviera oportunidad de defenderse pero también resultó inútil cuando se dio cuenta de que atacara como atacará sus ataques solamente lo atravesaban.Fū estaba de rodillas con lágrimas en los ojos, todos sus intentos habían sido en vano, no había sido nada contra alguien con un poder tan bestial y ahora estaba resignada a perder la vida en este combate, pero su madre tenía otros planes para ella.- Fū, te tengo una última enseñanza, recuerda que quien no conoce su historia está condenado a repetirla - habló la peliverde mayor segundos antes de que se desvaneciera en ella aire.Fū vió esto, las últimas palabras que le dejó su madre le abrieron los ojos para no rendirse aquí. En esos momentos tomó conciencia de lo que significaba su lucha, tal vez no podía ganar pero si esta cosa, sea lo que sea, sale del lugar puede ser un problema para todo el mundo ninja, incluyendo sus amigos.Por su mente pasó a los amigos que había hecho en la academia, a Hanabi y Konohamaru, quienes se habían convertido en una familia más para ella; a Kushina y Tori, a quienes consideraba como sus abuelas, por último paso en su mente sus dos maestros que le habían enseñado tantas cosas y no quería que les pasará nada.Fū tomó fuerzas de estos recuerdos y logró parar en el último segundo una patada de su rival para después mandarlo a volar por los aires. Volvió a liberar tres colas de Nanabi y cargó contra su enemigo con la diferencia de que esta vez sí pudo conectar un golpe certero.Esto le dio rienda suelta para hacer algo que nunca pensó hacer, concentrándose lo mejor que pudo empezó a liberar más y más colas de su Bijū hasta que contó con las 7 correspondientes a Chōmei por lo que pasó a liberar a la bestia de siete colas.Ya transformada tomó el cuerpo de su rival que luchaba por liberarse de la presión ejercida pero sin resultado alguno. El cuerpo del Nanabi empezó a brillar y a hincharse en gran medida.En su interior, la peliverde estaba segura de esto que estaba haciendo, ahora entendía lo que le quería decir su madre y lo que que querían hacer, tanto Gaara como Chiyo, lo único importante era asegurar el bien de las personas a las cuales ama. Esto le dió el valor para dar un último suspiro antes de lo inevitable."Bijūhatsu" (Explosión de bestia con cola)Todo el lugar se rodeó de una brillante luz que acabó con todo lo que estaba presente, incluyendo a el extraño monstruo que aterrorizó a Fū.•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••La peliverde despertó alterada en el mismo desierto donde antes estaba, sin embargo no estaba sola, junto a ella estaba Naruto Uzumaki, su maestro, el cual estaba muy preocupado por la niña.- Fū, ¿Estas bien? - preguntó con precaución de no poner peor las cosas.La susodicha miró extrañada todo, pero una vez que comprendió todo lo que había pasado pudo asentir con la cabeza.Naruto sonrió y se dio la vuelta para que la niña pudiera subirse a su espalda, cosa que Fū no dudo ni un segundo en hacer. Está era una de las cosas que más les gustaba en el mundo, ella consideraba a Naruto como un padre y a Yugito como su madre por lo que pasar tiempo con ellos era algo que siempre agradecía con todo su corazón.Recordando lo que había ocurrido miró al cielo y pudo sentir el amor que su madre le daba, juró por su vida que algún día su madre iba a estar orgullosa de ella y no descansaría hasta lograrlo.Poco tiempo después, Fū cayó dormida en los hombros de su maestro, había tenido un día agitado y necesitaba procesar toda la información. Naruto se dio cuenta de esto y sintió para el, sentía a la genin más segura y más decidida que antes, y tenía alguna idea de lo que había pasado para lograr esto.- Gracias, Chōmei - Susurró el Uzumaki con una sonrisa en su rostro mientras aceleraba un poco el paso para llegar a Sunagakure lo antes posible.Nanabi escuchó esto y sonrió por un momento para después volver a dormir dentro de su celda. •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Les dejo aquí un capítulo corto para compensar todo el tiempo que estuve inactivo, trataré de traer otro a lo largo de esta semana para que se, para la próxima semana esté listo el capitulo normal de la historia.

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Los Sabios de La Hoja [NaruYugi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora