capítulo 11; te descubrí.

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Y aunque Luka no tenía la culpa, Chloé aún se sentía un tanto humillada por lo que pasó con Ladybug, habían pasado ya casi tres meses y lo daba por superado, pero esa pequeña llama de enojo dentro de ella seguía encendida. Por fin había dejado su ciego amor detrás y podía darse de la terrible persona que era su heroína, apostaba a que a Ladybug no le gustaría que se impresionaran de tal manera al conocer su identidad.
Así que toda su ira iría en contra de Luka, era la víctima perfecta, ¿no?
Aunque, por fin, después de años, había conseguido llevarse bien con alguien más que Adrien, Sabrina y Pollen, una punzada en su corazón tenía cada vez que pensaba en lastimar al teñido, pero su ego la obligaba a hacerlo.

La rubia entró al salón de clases llena de odio, todos los que ya se encontraban ahí notaron su mal humor, se podía notar a kilómetros, lo que provocó que varios desviarán la mirada, otros escondían su rostro detrás de algún libro y otros simplemente salían huyendo del salón. Sabían que si Chloé estando de buen humor fastidiaba a todos, estando de malas sería aún peor. Marinette y Alya no se inmutaron ni un poco, habían aprendido a no temerle a la joven, lo cuál la fastidiaba más.

—¿Pueden callarse? No me dejan escuchar mis pensamientos.

Gritó la de gafas sobre su cabello, dirigiéndose al par de amigas que se encontraba del otro lado mientras masajeaba su cíen, fingiendo irritación.

—Espera, espera, ¿acaso sabes pensar?

Dijo Alya, a lo que seguido soltó una carcajada a la cuál pronto su amiga se unió, mientras Sabrina intentaba aguantar la risa, pero su mejor amiga le dio una mirada asesina y calló por completo.

—Ni siquiera estábamos hablando tan fuerte, encargate de tus asuntos.

Finalizó la azabache.

La hija del alcalde tomó una bocanada de aire, dispuesta a darle su mejor respuesta pero sabía que no valía la pena.

Al final de cuentas, estaba enojada con ella misma por no poner en orden sus propios pensamientos, ¿qué quería hacer? ¿a quién quería? ¿en verdad sabía querer?

El descanso llegó pronto, o eso imaginó ella ya que durante las primeras clases, se colocó sus gafas de sol y fingió poner mucha atención a lo que su maestra decía, aunque realmente estaba dormida y creía que los lentes lo disimulaban, aún así, Miss Bustier se preguntaba el por qué Chloé babeaba cuando prestaba mucha atención.
En cuanto dieron autorización de salir al receso, todos los del grupo salieron del aula, Sabrina esperaba a su amiga.

—Esperame afuera, no tardo.

La pelirroja obedeció y salió.

—¿Pasa algo, su majestad?

Preguntó la suave voz de Pollen, saliendo de su escondite tras encontrarse ambas solas.

—Es solo que— dio un gran suspiro— estoy tan enojada conmigo misma, no tengo idea de qué hacer.

—Sigue tu corazón, reina. Siempre lo has hecho, ¿y nunca te ha fallado, verdad?

Una risa nostálgica brotó de los labios de la rubia.

—...¡vaya, qué adorable juguete!
Entró por sorpresa Kim, sin darle tiempo a Pollen de esconderse por lo que la kwami decidió tomar una posición rígida, como si de un juguete se tratase —¿entonces aún hablas con tus figuritas que papi te compra?

Chloé palideció, no exactamente por lo que había dicho, estaba en problemas su identidad ahora.

—¡Largo!

Y en cuanto Kim se esfumó empujado por Chloé hasta la puerta, ella asimiló un poco la situación y entonces cayó, todo parecía tan familiar, como aquella vez que encontró aquél extraño juguete de Marinette, ahora que lo recuerda era como...

Y en cuanto Kim se esfumó empujado por Chloé hasta la puerta, ella asimiló un poco la situación y entonces cayó, todo parecía tan familiar, como aquella vez que encontró aquél extraño juguete de Marinette, ahora que lo recuerda era como

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—¡Pollen! — inició alterada —¿conoces a los demás kwamis?

—Claro que sí, corazón. Tengo muchos siglos conociéndolos, de hecho, Wayzz y yo...

—¿Cómo son los demás? ¿Puedo saberlo?— puso su mejor sonrisa para convencerla de darle esa información, lo que terminó siendo una mueca por sus ansias de saber.

—Bien, te contaré. Plagg es el kwami de Chat Noir, es como un pequeño gato negro y tiene ojos verdes

Descartado.

—Después está Trixx, el de Rena Rouge, como puedes saber, es como un pequeño zorro anaranjado con blanco...

Continuó describiendo la apariencia de muchos kwamis, la muchacha descartó a cada uno de ellos.

—¡Qué tonta soy! Olvidé a Tikki— dijo Pollen riendo un poco —ella es la kwami de Ladybug, es roja, y tiene una mota sobre su frente.

Oh no....

—¡Pollen, transformame!

Y entonces, ahí estaba Queen Bee, sentada al borde de la torre Eiffel,  intentando procesar lo que acababa de enterarse, ¿cómo lo enfrentaría ahora? Ni siquiera le importó abandonar sus clases, su mente estaba por explotar.
Entonces su celular vibró. Tres mensajes.

Chloé, ¿cuándo podremos vernos de nuevo? Tenemos días sin hablar.

Linda, recuerda que me debes un pequeño concierto privado.

Rubia, ¿estás bien?

Le dolía el corazón por ignorar a Luka, pero justo ahora no estaba en su mejor posición para responder, así que bloqueó su celular nuevamente.
Con ayuda de su trompo, tomó camino de vuelta a la escuela, sí, era una Bourgeois, así que no se iba a quedar callada, estaba por hacer una tontería.

Entró, nuevamente, aún más enojada que antes al salón, interrumpiendo totalmente la clase, dejando a todos boquiabiertos. Lo primero que hizo fue acercarse directamente a la mesa de Marinette, azotando esta con su mano, causando así un estruendo, todos miraban sin creer lo que estaba pasando.

—¡Así que fuiste tú siempre, eh!

—Chloé, calmate...— intentó tranquilizar Adrien, tomándola del brazo, cosa que ella ignoró.

—¡Pero claro, ahora tooodo tiene sentido! ¿Por qué no se lo dices a todos? Vamos, Marinette Dupain-Cheng, levantate, pasa al frente y cuentanos tu secreto, ¿o tienes miedo de cuál será la impresión de todos?— limpió las lágrimas que caían por sus mejillas a causa del coraje —¿por qué no eres lo suficientemente valiente como yo lo fui? No eres la chica que todos piensan, los vas a decepcionar, la misma decepción que tuviste tú de mi, la tendrán ellos...

Marinette miraba incrédula e incómoda.

—Chloé, yo...

Hard Feelings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora