capítulo 15; hard feelings.

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Necesitaba su dosis de felicidad, así que se puso de acuerdo con Luka para verse, a lo que él la invitó a su casa-barco, ella aceptó, sería después de clases y su tarea no le importaba, así que tendría todo el tiempo libre.

Estarán las amigas de mi hermana, espero que no importe mucho, me encargaré de que no molesten.

Su error fue no prestar la atención necesaria a ese último mensaje, al principió pensó si en verdad Juleka tenía amigas, quizá solo estarían ahí Rose y Mylene, nada de qué preocuparse, ellas no hacían mucho después de todo.

Así que se dirigió para allá, se moría de ganas por ver a Luka aunque lo hubiera visto hace apenas dos días, la necesidad de tenerlo cerca aún seguía presente. Quería abrazarlo de nuevo, tocar su mano, y si tenía mucha suerte (él claramente) quizá podría volver a probar sus labios nuevamente, es lo que más anhelaba.

En cuanto llegó, Anarka recibió con entusiasmo a Chloé y llamó a su hijo, diciéndole que lo esperaban, y la invitó a pasar, lo que ella no se esperaba es que en la sala antes de la habitación de Luka, estaría Marinette cargando con un tazón de palomitas.

—¿Qué haces aquí?

Preguntaron las dos al unísono, lo que le extrañó al chico que salía de su habitación.

Y entonces lo recordó, Marinette había rechazado a Luka antes, lo cuál la hizo enfadar.

—¡Ya veo! No tienen nada qué explicar, quizás llegué muy temprano, sigan en lo suyo.

Mencionó enfadada, con los brazos cruzados, dispuesta a irse, a lo que él corrió tras ella, sujetándola sin aplicar mucha fuerza del brazo.

—Chloé no, te dije que las amigas de mi hermana estaban aquí...

Cierto.

—¿y tenía que ser específicamente Marinette? ugh.

—¿qué tiene ella?

—¿me crees tan tonta como para no saber?

Marinette, quien ya sentía que sobraba ahí, se retiró hacia el cuarto de Juleka sin hacer mucho ruido. No quería problemas ni causarlos, aunque ahora se dio cuenta que a ese chico se refería, los celos estaban presentes. Qué tonta se sentía.

—Linda, por favor, eso quedó muy en el pasado, ¿por qué habría darle importancia a algo que está muerto? Yo...te quiero a ti.

—¿Significó para ti solo la réplica de alguien que amaste? ¿Alguien que hiciste para reemplazarla?

Se refería a que, él en cierto punto hizo que cambiara un poco, seguía siendo cruel, pero no tanto como antes.

—¿qué? no, no, nada de eso, ¿qué dices?

—Me has dicho tantas veces que puedo ser buena, que sabes que lo soy y ahora sé por qué, querías que fuera igual de buena que ella, ¿no? Apuesto a que esa era tu intención. Como ella no quiso estar contigo, querías estar con una persona que al menos se le pareciera...

—No.

Respondió sin dudar.

—Cuando te he dicho eso es porque quiero creer que es verdad, no porque quiera compararte o algo por el estilo. Eres única, Chloé.

—Sí, seguro le dices eso a todas, no me lo tragaré tan fácil. ¿Puedes prestarme el baño? No tardaré mucho.

Y es que ese nudo en la garganta ya no iba a poder soportarlo mucho.

—...Claro, está por allá.

Y señaló una puerta no muy lejana de ahí, a lo que Chloé se aproximó rápidamente.

Y la oportunidad que Marinette esperaba se presentó.

—Luka, lo lamento, siempre soy tan torpe y no quería causar problemas entre ustedes, ni siquiera lo sabía...

Jugar a la víctima se le daba bien.

—No te preocupes, no es tu culpa, es mía, por nunca explicarle bien las cosas.

—Aún así, en serio lo siento, si hay alguna manera en que ayude lo haré.

Puso su mano sobre el hombro del contrario, dirigiéndole una sonrisa cómplice. Él no supo qué quería decir, pero quitó su mano que estaba sobre él, si la rubia los veía, solo lo metería en más problemas.

—Tranquila, mejor sigue viendo películas con tus amigas, no pasa nada.

Entonces se escuchó que la puerta del baño se abrió, por lo que Marinette se apresuró y tomó con ambas manos el rostro de Luka con fuerza para atraerlo al de ella, así la escena que recibiera a Chloé sería la de ellos dos inmersos en un beso.

—Lo sabía, solo era cuestión de esperar, ¿no?

Con escuchar la voz de la fémina, el peliazul se separó rápidamente, intentando buscar una excusa mientras Marinette sonreía complacida; si Chloé no era suya, no iba a ser de nadie.

—¡Ahora sí lo arruinaste, Couffaine! Ni te atrevas a buscarme.

Y corrió a la salida, no quería verlo, no quería sus disculpas, nada. Como siempre, ella debía terminar sola, así estaba escrito.

Gran error, rompiste la más dulce promesa que nunca debiste hacer. Estás llamando pero no pienso responder, lo arruinaste mucho y no volveremos a estar bien después de esto. Qué desperdicio de tiempo, MI tiempo.

Hard Feelings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora