capítulo 12; sin vuelta atrás.

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—...no sé de lo que hablas.

Finalizó Marinette, bajando su mirada, sentía una pizca de culpa dentro de ella.

—No, claro que no sabes...

Negó con la cabeza y se dirigió a sentarse en su lugar, con todas las miradas encima de la rubia pero nadie se atrevía a preguntar acerca de qué se refería, solo se alcanzaban a escuchar unos cuantos murmullos.

Se sentía tonta, estúpida, era un desastre, una perdedora, y todos los insultos más que se le cruzaran por la mente.

El día siguió con total normalidad, aún cuando todos hablaban a espaldas de la chica sobre lo que sucedió.

Entonces se encontraba recostada sobre el pecho del guitarrista, ese día se sentía pésimo y decidió ver al chico, aún cuando no tenía ganas de hablar, pero sentir el calor de su piel le bastaba, ¿era injusto darle esperanzas así a él? Lo estaba usando para sentirse un poco mejor, para no estar sola.

Para no sentirse sola.

Entonces se reincorporó, y miró fijamente aquellos celestes ojos.

—¿Por qué eres tan bueno conmigo?

—Chloé, sé que debajo de toda esa fachada de chica sin interés alguno hay una persona muy buena, y haré lo que sea con comprobar mi teoría, quizá el problema siempre ha sido que no has estado con la gente correcta y no has podido dar lo mejor de ti. Pero yo daré lo mejor de mi, para ver lo excepcional que puedes ser.

El sonrojo en sus mejillas era notorio, se golpeó mentalmente, ¿una Bourgeois sonrojada? Era una tontería.

—Nadie me había dicho algo como eso.

—Porque nadie había sido capaz de verte de la manera en que yo lo hago.

El brazo del mayor ahora rodeaba la cintura de la contraria, atrayéndola más a él, así teniendo su rostro a tan pocos centímetros como para poder disfrutar del calor que emanaba su respiración en ese frío atardecer de noviembre.

Los pensamientos de Chloé gritaban que se moviera de esa cercanía pero su cuerpo se negaba a obedecer, le agradaba estar así, en ese momento, se estaba olvidando de todo, toda la humillación que pasó, toda esa ira que guardaba, Luka parecía su ruta de escape.

Y sin pensarlo más, su delicada mano acariciaba del mentón del chico, y en un impulso, provocó que sus labios chocaran. El beso fue correspondido al instante, mientras su piel se erizaba por aquél choque eléctrico que le causaba por todo el cuerpo. Ese era su lugar, justo ahí, con él. Su piel lo exigía.

Luka, sin dejar de besarla, la tomó fuerte de su pequeña cintura, y la levantó un poco solo para colocarla sobre su regazo, lo que hizo que Chloé tuviera más cercanía con él para poder abrazar y besar a la vez, y se sentía tan bien con eso. No quería palabras, no quería un cuento de amor con él, lo único que quería era ese contacto físico que la dejaba suspirando, era eso lo que necesitaba, una simple probada y sabía que sería adicta a esa droga, y sin duda volvería por más.

Couffaine, ¿qué me hiciste?

Hard Feelings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora