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PRINCESA ROBINSON | veinticuatro

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PRINCESA ROBINSON | veinticuatro

ㅤ Me apoyé en el marco de la puerta de la habitación de Brick y suspiré. Recordé todos los momentos en los que habíamos estado juntos ahí jugando o incluso viendo películas, como la anterior semana. Casi llevábamos un mes juntos, y el tiempo parecía volar.

ㅤ Aún no había pasado nada más que simples besos entre nosotros. No sabía si íbamos demasiado lento, pero quería que surgiese natural, no algo que forzásemos.

ㅤArreglé mi coleta despeinada y desarrugué mi pijama de flash.

ㅤ—Gracias otra vez —dijo Patty mirando a Brick mientras ponían las sábanas de su cama. Esa noche ella dormiría allí, ya que había tenido un problema con Cristiano y estaba asustada. No me importaba a decir verdad, lo único era que tendríamos que dormir en el sofá. También podría haberme quedado en mi casa, pero ya me estaba acostumbrando a dormir con él—. Por dejarme tu habitación. Ya me siento a salvo.

ㅤ—Sí —dijo Brick, poniendo sobre la cama unas mantas—, has hecho bien en llamar. Está claro que Cristiano no ha captado el mensaje, así que toma esto —puso sobre sus manos un pequeño aparato azul—. Mi madre lo compró en las clases de auto defensa —pulsó un botón y dejó escapar una chispa de electricidad—. Lo dejarás grogui durante treinta minutos.

ㅤ—Gracias —respondió ella—, dormiré con él bajo la almohada.

ㅤ—Cuidado —intervine—. No vayas a electrocutarte sola.

ㅤ—Me pasó una vez y no me gustó —añadió Brick. No pude evitar reír—. Hay más toallas en el baño y mi madre, Dalia y yo estaremos abajo, así que si necesitas, llama.

ㅤSonreí y me di la vuelta dispuesta a bajar al salón. Sin embargo, Brick no me acompañó, sino que se quedó en la habitación. Me acerqué unos pasos para esperarle.

ㅤ—¿Te importaría pasar la noche conmigo, como amigos? Sigo un poco asustada y... —escuché decir a Patty.

ㅤ—Eh —titubeó él—, no es buena idea Patty. Tú y yo tuvimos algo, y ahora estoy con Dalia...

ㅤ—De acuerdo, vale, lo entiendo —dijo ella—. Buenas noches Brick.

ㅤNo escuché su respuesta, así que apoyé mi espalda en la pared y esperé a que saliese de la habitación. Una mano me agarró del brazo y me acercó a él.

ㅤLevanté la mirada y observé sus ojos. Sonreí.

ㅤ—¿Tienes sueño? —me preguntó. Negué con la cabeza y empecé a andar hacia las escaleras.

ㅤ—¿Y tú?

ㅤ—Para nada —respondió. Llegamos a las escaleras y comenzamos a bajarlas, aún con su brazo alrededor de mi cintura.

ㅤ—Podrías haberte quedado con Patty —dije de repente.

ㅤ—¿Lo has escuchado? —preguntó mirándome.

ㅤ—Sí —asentí—. Está asustada, y solo sois amigos. No me habría importado.

ㅤ—Si le pasa algo puede llamarnos, además, es casi imposible que Cristiano sepa que ella está aquí.

ㅤ—¿Y si lo sabe? —le dije, parándome y quedándome frente a él, justo en mitad del salón.

ㅤ—No lo creo —contestó simplemente—. De todos modos, si necesita ayuda tiene el taser, y puede llamarnos, iremos a ayudarla. Tampoco estamos a cien kilómetros.

ㅤ—Bueno, de acuerdo —cedí—. Pero que sepas que no me habría importado.

ㅤ—Lo sé —respondió, acercándome a él—. Eres genial, ¿sabías?

ㅤ—¿De nuevo con eso? ¡Para! Lo odio —reí—. Hoy duermes en el sofá.

ㅤ—Ya lo iba a hacer de todos modos.

ㅤ—Idiota —rió él esta vez.

ㅤ—¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? —preguntó—. Me llamaste idiota. En el bebidas y más, cuando rechacé a Patty porque estaba gorda.

ㅤ—Y luego también lo hice en la gala que organizaron tus padres por el cáncer anal.

ㅤ—Recuerdo ese día a la perfección. Llevabas un vestido negro de encaje que te quedaba de muerte. Subimos al balcón y tuvimos una gran conversación. ¿Necesitas que te recuerde que te llevé allí porque sabía que odiabas estar entre tanta gente que no conocías? —dijo, pero no me dio tiempo a responder—. Creo que vamos 0-2 —lo miré confusa sin saber de lo que me hablaba—. Aquel día en el Starbucks, cuando nos enfrentamos con saber quién sabía más del otro.

ㅤ—Vale, creo que has ganado entonces —confesé—. Pero yo también me acuerdo de un montón de cosas. Como el día que viniste a recogerme para la fiesta del cumpleaños de Patty, cuando nos besamos por primera vez.

ㅤ—Esa era fácil —debatió él—. ¿A que no te acuerdas del día que salimos a correr y se te cayó el agua por encima porque intentabas beber a la par que corrías?

ㅤ—¡Oye! —golpeé su pecho mientras él reía—. Lo pasé fatal, casi me atraganto.

ㅤ—Fue genial.

ㅤ—Te odio.

ㅤ—Sabes que no lo haces —respondió él—. Me quieres, y mucho.

ㅤ—No lo puedo negar —sonreí.

ㅤ—Venga vamos a dormir, anda.

ㅤ—O a ver una película —volví a sonreír, intentando sonar como una niña pequeña intentando conseguir una piruleta.

ㅤ—Como usted prefiera, princesa Robinson —hizo una reverencia y rió.

ㅤ—Calla anda —se levantó y me miró detenidamente.

ㅤSe acercó demasiado lentamente a mí, y deseé que lo hiciese más rápido. Sus labios chocaron con los míos en el mismo momento en el que empezaba a desesperarse.

ㅤ—Lo necesitaba —se intentó excusar cuando nos separamos.

ㅤ—Yo también —contesté, para después abrazarlo.

the 1    ❛brick armstrong❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora