the 1 | ❝Dalia Robinson no es la típica chica que se deja derrotar. Y mucho menos por la sociedad de hoy en día. En el momento en el que su vida se cruza con la de Brick Armstrong, intentará cambiarlo con el fin de convertirlo en alguien mejor, aunq...
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DELUXE | doce
ㅤ Aparqué el coche de mi padre en el primer sitio libre que vi, dejé mi móvil en el coche y salí de ahí.
ㅤ Era sábado, el día en el que el lava perros iba a ser, y estaba a unos metros de allí.
ㅤ Al final, acompañé a Brick a su combate y lo hizo genial, de hecho, ganó. Él me lo había agradecido mil millones de veces porque suponía que le había hecho ilusión que fuese alguien a verlo. Me contó que ni siquiera Magnolia había ido a verlo.
ㅤ Empezaba a caerme mal aquella chica. No la conocía demasiado, así que no podía opinar sobre ella lo suficiente, pero a juzgar por todo lo que había hecho, no tenía muchas papeletas. Era una persona con mucho aire de superioridad, y no me gustaba nada tener que compartir las siguientes horas junto a ellas en ese evento, pero todo fuese por Patty.
ㅤ Me había negado rotundamente a ponerme un bikini porque no me parecía muy buena idea, así que opté por un bañador azul claro que dejaba mi espalda al aire y, por encima, un pantalón corto negro de modo que solo se me viese la parte de arriba del bañador.
ㅤ A la entrada, había un cartel grande azul en el que se leía: "Lava perros en bikini". Y justo debajo para quién estaba organizado.
ㅤ Un montón de chicas alzaban carteles en mitad de la carretera. La música estaba alta y bastante gente llevaba sus perros atados con las correas.
ㅤ Les había comentado a mis padres el evento, por lo tanto los Feder lo sabían, pero no tenía ni idea de si iban a ir con su gran pastor alemán suizo.
ㅤ Muchísimos perros de todo tipo de razas pasaban por mi lado junto a sus dueños mientras buscaba a Patty con la mirada.
ㅤ En cuanto la vi, me acerqué. Estaba junto a Nonnie pintando un cartel en el que había escrito un anuncio, pero no llevaba el bikini puesto.
ㅤ—Chicas —las saludé sonriendo. Ellas giraron su cabeza fijándose en mí y me respondieron amablemente.
ㅤ—¡Dalia! —exclamó Patty al verme. Dejó el lápiz sobre la mesa y me abrazó. Me sorprendí un poco, pero terminé respondiéndole del mismo modo—. Gracias por venir.
ㅤ—De nada —contesté, alejándonos.
ㅤ—¿Y tu... bikini? —me preguntó Patty, paseando su mirada por mi cuerpo con el ceño fruncido.
ㅤ—Oh —titubeé—. No creía que fuese una buena idea.
ㅤ—Ves —la encaró su mejor amiga, dándome la razón. Ninguna de las dos se había quitado la ropa aún, así que no podían echarme nada en cara.
ㅤ—¡Chiquis! —exclamó una voz aguda por detrás de mí.
ㅤ—Esto no pinta bien —susurró Patty. Me di la vuelta lentamente esperándome lo peor.
ㅤ—Tenéis que hidrataros bien y protegeros de esos cancerígenos rayos súper violetas —dijo Dixie arrastrando un carrito lleno de botes.
ㅤ—Dixie —carraspeó Patty—. ¿Qué haces tú aquí?
ㅤ—Oh, venga —respondió ella—. Lo pasado pasado está. Déjame que te ponga crema en la espalda —se agachó y agarró uno de los botes para después levantarse de nuevo—. Venga, Dalia. Date la vuelta —añadió girando su dedo índice.
ㅤ—Dixie, no —advertí—. De todos modos ya me he echado en casa.
ㅤ—No me hagas obligarte —me respondió sonriendo.
ㅤ—No —le dije cortante—. Vete a echárselo a tu madre, aunque no creo que en la cárcel la necesite mucho.
ㅤ—Estúp... —empezó a decir, con su expresión totalmente seria, pero alguien la cortó.
ㅤ—Dixie, ¿tú aquí? —preguntó retóricamente Magnolia. Llevaba un bikini morado y unas cadenas alrededor de su cuello que llegaban hasta la cintura. Ni siquiera se molestó en saludar—. Esperaba que viniera más gente —se dirigió esta vez a Patty, encogiendo los hombros.
ㅤ—¿Sabéis qué atrae a más gente que unas chicas en bikini? —habló de nuevo Dixie.
ㅤ—¿Comida? —dije, elevando las cejas.
ㅤ—Chicas en bikini dándose aceite entre ellas —explicó pasando de mí, para luego echarle a Magnolia por su tripa.
ㅤ—Bueno, tiene razón —habló Nonnie. Me giré arqueando una ceja.
ㅤ—¿Y os parece bien sexualizarnos? —preguntó Patty.
ㅤ—Mala idea —dije, a la misma vez que ella.
ㅤ—¡Claro! —exclamó Magnolia y le quitó el bote de las manos a Dixie—. Tía... ¡chicas! Coged un bote de aceite, nos vamos al directo —añadió levantando su móvil y chillando eufórica.
ㅤ Rodé los ojos. No me lo podía creer.
ㅤ—Creo... —empecé a decir, intentando escaquearme— que iré por ahí a lavar perros.
ㅤ No les dejé tiempo para contestar porque me largué de allí.
ㅤ A pesar de que Magnolia dijese que esperaba a más gente, el evento estaba lleno y aún no dejaban de aparecer más personas.
ㅤ Como no conocía a casi nadie de allí, tan solo de vista, intenté buscar algún lugar libre para lavar perros, porque para eso había venido, no para hacerme fotos mientras me echaba aceite por el cuerpo.
ㅤ Cada vez que me cruzaba con alguien, revisaba que lo conociese. Esperaba poder hablar o estar con alguien que de verdad me cayese bien y disfrutase estar con él o ella, pero las opciones estaban muy reducidas.
ㅤ De repente, me di la vuelta y vi a Brick con un perrito blanco entre sus brazos. Dejé mi búsqueda y fui tras él. Me sacaba un gran trozo así que empecé a andar más rápido. No pensaba correr porque me podía llevar a un perro por delante.
ㅤ Cuando lo alcancé, él se había parado delante de Magnolia y sus amigas.
ㅤ—¿Cuánto por uno deluxe y otra oportunidad? —le preguntó Brick inocentemente.
ㅤ—¿Ese perro no es un poco joven? —respondió ella, dejando de hacerse fotos con el móvil—. Creía que te gustaban las ultra viejas. Largo de mi vista.
ㅤ Brick se quedó sorprendido y dio media vuelta para irse, pero chocó conmigo. Relamí mis labios incómodamente y le sonreí.
ㅤ—No importa —le susurré, poniendo mi mano sobre sus hombros—. Pasa de ella —añadí.
ㅤ—Ojalá poder —contestó. Sus ojos mostraban decepción y dolor, y su expresión no era buena tampoco.
ㅤ Me di la vuelta ya que estaba frente a él y me puse a su lado. Los dos comenzamos a andar alejándonos del grupito de Magnolia. Cuando ya estábamos lo suficientemente lejos, volví a hablar.
ㅤ—Yo puedo hacerte el deluxe si quieres —añadí, intentando cambiar sus ánimos—. Puedo asegurarte que tu perro no olerá a jabalí muerto y estará mucho más guapo que yo, aunque sea difícil.
ㅤ Él rió, levemente pero lo hizo, y yo sonreí. Le mostré una sonrisa totalmente sincera. Mordió su labio inferior mientras me miraba y asintió.
ㅤ—Esa oferta suena muy tentadora —contestó—. Aunque va a ser difícil que esté más guapo que tú.
ㅤ No pude evitar sonrojarme. Él se quedó observándome mientras sonreía. Estaba a punto de derretirme en ese momento, pero mi conciencia me lo impidió con una duda enorme. ¿Y si me estaba enamorando de Brick Armstrong?
