10 ➼ Fight for love

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Un gran silencio inundó el comedor de los Muñoz, al igual qué una qué otra mirada qué se lanzaban los progenitores de ambos jóvenes

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Un gran silencio inundó el comedor de los Muñoz, al igual qué una qué otra mirada qué se lanzaban los progenitores de ambos jóvenes. Mía intentaba vanamente captar qué estarían por expresar, sin embargo, aquello no le duró demasiado, ya qué, su padre, había tomado la palabra, luego de aclarar su garganta para llamar la atención de su hijo.

—Ya sabemos qué...Eres gai —expresó su padre, entrelazando sus manos con cierto nerviosismo—.

—Gay —lo corrigió su mujer, observando con una pequeña sonrisa a Ander, quién se hallaba acabando tranquilamente su croissant—.

—Y qué no pasa nada —concluyó Antonio, encogiéndose de hombros—.

Mía observaba la escena bastante entretenida y aún más, cuando su hermano tomó la palabra.

—¿Habéis fisgado en mi ordenador? —cuestionó el castaño, un tanto molesto con tal solo imaginarse aquella vergonzosa situación—.

—No ha echo falta —lo tranquilizó su madre, proporcionándole una cálida sonrisa al acabar la oración—.

—Hijo, qué está todo bien —replicó el hombre, tomando nuevamente la palabra—. Vamos, yo a su edad le decía a mi padre qué era maricón...Y me cruzaba la cara.

—Ibas bien papá, no lo arruines —lo interrumpió Mía, interviniendo por primera vez en la conversación—.

Al oír aquello, su padre asintió.

—Lo qué quiero decir es qué no jodas tu futuro por eso...¿Vale? —complementó el hombre, posando toda su atención en su primogénito—. El tenis no es como el fútbol, vamos, no es el paraíso de la tolerancia, pero, puedes pasar a la historia por ser el primer chico gay en ganar el Rolland Garros, piénsalo.

Mía no pudo evitar rodar sus ojos, le era imposible aceptar el echo de qué, el mundo de su padre tan solo se centrara en relación al tenis. No obstante, en cuanto iba a expresar su notable desacuerdo, Ander tomó la palabra.

—Vale...¿Entonces puedo follarme a tíos, mientras siga siendo un campeón? —cuestionó él, empleando cierto tono de voz sarcástico y por ende, provocando qué su hermana embozará una pequeña sonrisa—.

Aquel comentario no generó otro aspecto qué desconcierto en sus padres, quiénes se limitaron a acabar su café con caóticas miradas plasmadas en sus rostros. Mía, por su parte, le proporcionó un pequeño asentimiento de cabeza, en signo de qué estaba orgullosa de él.

[...]

—¿Por qué no haz respondido ni uno de mis mensajes? —cuestionó Tomás, incorporándose al tranquilo paso de su ex novia, la cual al verlo, no hizo otra cosa qué proporcionarle una indiferente mirada—.

➼ Secrets [Élite;Samuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora