Assassin's Creed: Briana

Capítulo 12

Me encontraba acechando a una persona, debía matarla, cuando esta se acercó a mí yo le saltaba encima y le apuñalaba tal como había hecho con el guardia, pero cuando miraba su rostro en lugar de ver los ojos de él miraba los míos, miraba mi rostro manchado con sangre... Desperté agitada, me incorporé y salí al tejado. Podía ver los techos de la ciudadela y la luna brillando, iluminando la noche, llevabamos una semana durmiendo en una casa abandonada. Sin falta cada noche tenía pesadillas, a veces era él quien me apuñalaba y otras era yo. Me sentía sola, extrañaba a mi madre, extrañaba a Owen...

Pude sentir los pasos de Cálum acercándose y limpié mis ojos eliminando las lágrimas que amenazaban con salir, este se sentó a mi lado y observó el infinito paisaje que se extendía a nuestros pies.
-¿Mala noche?- yo solo forcé una mueca que aparentaba ser una sonrisa- Mañana saldremos de esta infernal ciudad.
Sabía que Cálum odiaba ese lugar, pero no se había movido preocupado por mi bienestar
-Viajaremos a León- le miré sorprendida, realmente era una ciudad muy lejana- será mejor que vayas a dormir, partiremos al amanecer.
Dicho eso desapareció de mi vista, sin embargo yo permanecí ahí hasta que el sol comenzó a disipar la oscuridad de la noche.
Ese mismo día partimos hasta los márgenes de Burgos, al llegar ahí habías tres hombres esperándonos, nuevamente mi vista comenzó a nublarse y solo se enfocó en el rostro de uno de ellos que parecía murmurar algo, nuevamente no pude identificarle, pero estaba segura de que se trataba de él.
Cuando nos acercamos lo suficiente ellos comenzaron a marchar dejando atrás un caballo delgado y viejo. Miré a Cálum dudosa, evidentemente ese pobre animal no nos soportaría a ambos. Él pasó por alto ese pequeño detalle y se montó sobre el animal tendiéndome la mano y emprendimos viaje intentando seguirles el paso a nuestros nuevos compañeros de viaje, pero luego de una hora les perdimos totalmente la pista. Al rato nos paramos a las orillas del río Arlanzón, Cálum acerco al caballo para que bebiera mientras yo me recosté en la sombra.
-Hoy nos quedaremos en Palencia, la bestia no aguantará mucho más- el caballo como sabiendo que hablaban de el lanzó un bufido.

Luego de media hora de camino llegamos al pequeño pueblo donde nos quedamos en una especie de venta. Cálum se alejó de mí para dirigirse a la barra a su lado se sentó un sujeto vestido de atuendo blanco, me acerqué sigilosamente para oírlos.
-Para mañana debemos estar en León, según me han informado el Jefe de la guardia partirá al anochecer, debemos interceptarlo antes de que parta.
-¿Qué hay de la niña?
-Yo no me preocuparía de ella, ya viste que se puede defender.
-Pronto sabrá todo
-Lo sé, no está preparada para eso

Me desconecté un momento, sabía que todo el mundo me ocultaba cosas, creían que no soy lo suficientemente fuerte para aguantarlo, pero lo soy.