"Hola, Millie :)" —escribió Isabela, tratando de romper el silencio.
"¿Ah, ahora sí me hablas?" —respondió Millie, con una mezcla de sarcasmo y molestia.
"Necesitaba hablar con alguien..." —admitió Isabela, intentando suavizar el tono.
"Hablamos después. Ya tengo dos horas de detención, y no quiero otra más por andar pasando notitas en clase." —contestó Millie, tajante, como si no quisiera perder más tiempo en esa conversación.
[...]
"Deberías seguir mandándole notas, se ve muy desanimada desde que paraste." —le comentó Millie a Sapito, intentando hacerle cambiar de opinión.
"No. Ella fue la que me pidió que la dejara en paz. Eso es lo que haré." —respondió Sapito, con dureza y rabia contenida, como si las palabras le quemaran en la garganta.