Isabela,
Hola, aquí estoy de nuevo, escribiéndote. Me siento tan bien al hacerlo...
¿Puedo ser sincero? Ayer estabas deslumbrante con ese vestido rosa. Siempre te ves hermosa, pero ayer, definitivamente, brillabas aún más.
Me encanta verte sonreír; saber que estás feliz ilumina mi día. Nunca, nunca dejes de hacerlo, porque esa sonrisa tuya es lo que más amo en el mundo.
Con cariño,
Sapito