Una pequeña bolita de papel cayó justo sobre la cabeza de Isabela. Al principio no le prestó atención, pensando que solo era un accidente, pero cuando vio que era una notita doblada con cuidado, decidió abrirla. Desdobló el papel y comenzó a leer.
"¿No crees que fuiste demasiado ruda con el pobre sapito?" —Millie.
Isabela suspiró, rodando los ojos con una mezcla de molestia y aburrimiento. Millie siempre tenía algo que decir sobre "sapito", y honestamente, ya estaba harta del tema. Tomó el lápiz que descansaba junto a su libreta y, sin pensarlo mucho, escribió una respuesta rápida y tajante.
"¿No crees que te estás metiendo demasiado en lo que no te importa?" —Isabela.
Con un movimiento calculado, aventó la notita hacia Millie. La bolita cayó justo frente a su amiga, quien la tomó con rapidez y la abrió, leyéndola en silencio. Durante un breve instante, Isabela la observó de reojo, esperando alguna reacción. Pero nada.
Millie no respondió.