En un río cerca de la cueva, 17:30 PM, Martes.
Había pasado una semana desde que Jack, Leigh y Perrie se habían ido y aún seguíamos sin tener noticias de ellos. No habían hablado por los walkie talkies . Habían desaparecido. Jesy y yo tratamos de buscarlos varias veces por zonas cercanas a la cueva y lo único que encontramos fue sus sacos de dormir, algo que no indicaba que fuera una buena señal. Me encontraba perdida en mis pensamientos mientras lavaba la ropa en el río, no podía esperar a verle. Me mordí el labio inferior nerviosa. ¿Y si no aparecía?. No, sólo fue una pelea estúpida. Volverá. O eso espero.
— Te he echado de menos, Jadey. — susurró alguien en mi oído.
Una sonrisa enorme apareció en mis labios y podía jurar que ahora mi cara estaba más que iluminada. Me giré y mi sonrisa se hizo aún más extensa — si eso podía ser posible —.
— Yo también. — seguí sonriendo al ver que él también.
Le abracé y más tarde bese.
Como lo había extrañado.
— Bueno, me tengo que ir o si no Jesy empezará a sospechar. — dije apresuradamente mientras recogía toda la ropa que había lavado.
Él puso una mano en mi cintura y me atrajo hacia el, tirando así toda la ropa al suelo. Lo miré con el entrecejo fruncido.
— Jade, tenemos que hablar sobre lo de ay...— se le veía enfadado pero el sonido de mi walkie talkie lo interrumpió.
Seguí observándolo sin expresión alguna mientras mis manos buscaban el pequeño objeto y lo acercaban a mi oído.
— Jade, vuelve, tenemos noticias de ellos. — me informó Jesy a traves de aquel aparato.
Lo volví a guardar sin dar respuesta alguna, no me sentía con muchas ganas de hacerlo.
— Me tengo que ir, hablamos mañana. — me despedí sin ánimos.
Él no respondió, seguía con la mano en mi cintura por lo que me atrajo y me dio un casto beso en los labios. Cogí la ropa — de nuevo — lo más rápido que pude y me fui. No quería volver a verle. Lo cual probaba lo cobrade que soy. Pero no lo soportaba, no soportaba la idea de que él pensara así de uno de mis amigos. Sacudí la cabeza con la intención de tirar aquellas ideas lejos de mi mente, lo cual es imposible. No podía creerle, ¿verdad?.
Bufé y caminé lo más rápido que pude hasta donde Jesy se encontraba. Tras haber puesto la ropa en su sitio, me acerqué a ella y le pregunté que sabía.
— Leigh me ha hablado por walkie talkie. — me miró seria. — Es hora de actuar. Mañana partiremos, ya he ordenado un poco lo básico, ayúdame a terminar para dejar todo preparado.
Asentí sin expresión en mi cara. Me sentía bien al saber que Leigh se encontraba bien, pero me sentía mal al no preguntar que le había dicho aun que no tuviera ánimos para nada. Empecé por recoger agua y comida y ponerla en mi saco. Más tarde guardé la ropa limpia en unas mochilas y tras dejarlo todo bien preparado, me senté al lado del fuego. Respiré lo más profundo que pude y dejé mi mirada perdida por algún punto del fuego.
— Leigh me ha dicho que está atrapada con el resto de humanos, así que mañana nos infiltraremos e intentaremos sacar el mayor número de mutantes. — me informó Jesy sentándose a mi lado.
— Vale. — dije tras haberme encogido de hombros.
— ¿Estas bien? — me abrazó sin más.
Agradecía a Jesy que me abrazara sin decirle nada pero no me apetecía nada hablar. Le respondí al abrazo y apoyé mi mentón en su hombro para dejar que pequeñas lágrimas rodaran por mis mejillas. Mi amiga me abrazó más fuerte y hundí mi rostro en su cuello para ahogar mis sollozos. Estaba cansada de todo eso, quería acabar con la estúpida guerra y quería resolver el problema que tenía con él.
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III World War
Teen FictionAcaba de explotar una bomba en el sur de Japón. Una bomba nuclear. Lo que hace morir a media pobloación mundial o mutarlos. Algunos salen ilesos. Ya que el número de ilesos es mayor que el de mutantes, la gente empieza a despreciar a los mutantes ha...