2: Dulce Aroma

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Habiendo pasado ya más de 400 años en búsqueda de su alma gemela, aquella con la que pasaría su eternidad, sin encontrarla. Dominick se hallaba decaído y cada vez con menos ánimos y deseos de vivir, pues qué fin tiene pasar la eternidad solo, sin nadie que te entienda y te amé.

Decidido a dar fin a su existencia, viajo a las tierras de los lobos, pues como es bien sabido entre ambas especies siempre ha existido una rivalidad.

Luego de haber llegado a dichas tierras se dedicó a buscar una manada numerosa y provista de en su mayoría machos. El plan era enfurecer a la manada hasta que le dieran caza, pues en ocasiones pasadas cuando intento acabar con su vida se dio cuenta que, de algún modo no quería irse sin pelear, por esa razón buscaría la forma de morir luchando.

Paso horas en el bosque buscando cualquier indicio de alguna manada cercana, hasta que un olor, una aroma que jamás había sentido llego a su nariz haciendo los bellos de su cuello erizar, un aroma tan dulce y embriagador que lo hizo delirar.

Camino con cautela y se posiciono detrás de unos matorrales, dispuesta a averiguar de dónde provenía tan maravilloso aroma.

Dominick

Me escondo tras unos matorrales, no pienso irme sin antes averiguar de dónde proviene tan delicioso aroma.

Desde mi escondite puedo ver a un chico arrodillado en medio de un prado recogiendo flores y plantas para después depositarlas en una cesta. El chico esta tan concentrado en su tarea, que no percibe al depredador que está acechándolo, no me percibe.

Mientras observo al chico siento como algo camina sobre mi mano dejando un pequeño y desagradable cosquilleo, bajo la mirada y descubro un asqueroso ciempiés, agito mi mano con fuerza y lo arrojo lo más lejos de mí, -¡odio los insectos!-, sin darme cuenta el jaleo que arme alerto al chico de mi presencia.

Él se acerca, y a mí no me queda otra salida más que salir de mi escondite. Revelo mi presencia y el chico queda petrificado por varios segundos, y yo junto a él al sentir con mayor intensidad ese aroma que tanto me llama, un aroma a jazmín y frambuesas que llena por completo mis pulmones y me hace suspirar.

Observo con detenimiento al joven frente a mí, un muchachito de no más de 20 años, de piel clara, cabello marrón un poco largo y rebelde al frente que le da un toque y aspecto tierno, de cejas pobladas y obscuras, ojos verde olivo además de unos labios naturalmente rosas y abultados, -totalmente besables-. Sin darme cuenta mientras lo observo mis ojos van cambiando y solo logro adivinarlo cuando veo la expresión de absoluto terror en su rostro.

-No, no quiero que se asuste-.

Intento acercarme y hacerle saber que no quiero dañarle, pero en cuanto doy un paso, él retrocede arrastrándose por el suelo.

— ¡No te acerques a mí! — grita desesperado.

Retrocedo sin más ante su grito, no quiero asustarle.

Mala idea.

En cuanto me alejo unos pasos el chico se levanta y corre, -demasiado rápido para ser un humano-.

Dejo de pensar y corro tras de él, no puedo perderle, no quiero perder ese aroma, quiero saber por qué puedo sentirlo, pero sobre todo por qué lo siento con una intensidad tal hasta el punto de provocar el cambio inconsciente de mis ojos.

Lo sigo de cerca, estoy a punto de alcanzarlo, corro con más rapidez y logro tomarlo por uno de sus brazos, lo jalo y ambos caemos al suelo.

— Déjame, no me hagas daño — forcejea en un intento de liberarse de mi agarre.

Estoy a punto de decirle que no le haré daño, que jamás lo haría, cuando una lluvia de tierra en mis ojos me lo impide, el chico me había arrojado una considerable cantidad de tierra a la cara obstruyendo mi visión. Una vez logro quitar la mayor cantidad de esta, busco al chico con la mirada encontrándolo a varios metros alejado de mí, me levanto dispuesto a seguirlo y no darme por vencido, pero lo que pasa a continuación me deja completamente shockeado.

A unos metro de mí, el chico de cabellos rebeldes y labios besables, comienza una transformación, atrás queda el pequeño muchachito tierno para volverse un lobo de pelaje caramelo y ojos ámbar.

Él es un...

Lobo.

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❣❣ bye bye ❣❣

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