— Yo soy tuyo Sam, yo te amo — hablo Dominick tomando entre sus brazos a un tembloroso Sam.
— Yo también te amo — confeso, se abrazaron con fuerza, tanta que el vampiro no pudo reprimir un quejido de dolor — Tus heridas, lo siento, ¿Estás bien?
— Si, no te preocupes, todo está bien.
— Pero el chico ese dijo algo sobre revisar tus heridas — no pudo evitar el tono despectivo, no terminaba de caerle bien el brujo, sobre todo después de ver como se sujetaba a su vampiro.
— Estoy bien.
— Pero — paro abruptamente al notar su entorno, una habitación desconocida, pero extrañamente familiar — ¿Dominick dónde estamos?
— Mmmm, sobre eso estamos en casa de...
— ¿Cómo que no puedo entrar?, esta es mi casa Niko, si Sam ya despertó quiero verlo — se escuchó tras de la puerta antes de que fuera abierta con brusquedad.
— ¿Harry?
— Sam, ¡por fin despiertas! — Harry se acercó a él y lo abrazo con cariño, para él Sam era como su pequeño hermanito — Estaba tan preocupado.
— Es-toy bien solo creo que esas noches en vela me pasaron factura — apenas y podía hablar entre los brazos de Harry.
— ¿Noches en vela Sam?, ¿acaso te has visto en un espejo estos días?— dijo Harry sin ánimos de ofender a Sam, su aspecto hablaba por sí solo.
— Perdón Harry, pero tenía cosas más importantes de que preocuparme además de mirarme al espejo — Sam no quería molestarse, pero no imagino que lo primero que Harry le diría es que se viera al espejo.
— Pues deberías hacerlo Sam, tu aspecto no es producto de noches en vela, solo mírate ¡y tú míralo también! — señalo a Dominick.
— ¡Ya lo vi!, desde el primer momento lo vi, ya sé que es mi culpa, no necesito que me lo eches en cara — tras escuchar lo dicho por Dominick, Sam se acercó al espejo de cuerpo completo situado en una de las esquinas de la habitación y después de verse por fin pudo entenderlo.
— Ahora me entiendes, no trataba de ofenderte simplemente me preocupo por ti, pero a todo esto, ¿Dónde está Max?, por qué permitió que llegaras a verte así — Harry estaba entrando en terreno peligroso y doloroso para Sam.
— No lo sé, desde que se enteró que un vampiro es mi pareja se alejó de mí, no me habla — esa era la verdad Max se había apartado de Sam, las cosas ya no eran iguales y eso resultaba demasiado doloroso para Sam, extrañaba a su hermano, necesitaba su apoyo.
— Calma Sam, todo estará bien, las cosas se arreglaran con tu hermano — apoyo Dominick, tomando las manos de Sam.
— Claro que se arreglaran las cosas, en este memento saldré a buscarlo y lo traeré aquí, no sin antes darle unos buenos golpes para que entre en razón, como pudo permitir que las cosas llegaran a este punto, acaso ya olvido la promesa que hizo — Harry salió hecho una furia de su casa, pero no sin antes — Y tú — refiriéndose a Dominick — Deja de hacerte el tonto y díselo de una vez, comienzas a perder sangre de nuevo.
— De que habla Dom... ¡DOMINICK! — grito Sam al ver la mancha de sangre que comenzaba extenderse por el pecho de Dominick.
— Tranquilo Sam yo lo ayudare — intervino Niko acercándose a Dominick y descubriendo la herida que para ese momento había perdido la sutura y tal parecía que nunca la hubieran hecho.
— Por dios Dominick, ¿¡Qué te hicieron!?
— No te preocupes Sam, estoy bien, no es nada — dijo Dominick aunque su semblante decía algo muy distinto.
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¿Por qué tú?
Vampiros♦SEGUNDA PARTE DE LA SAGA "UN DESTINO, UNA MANADA"♦ Samuel Moore o como el prefiere ser llamado, Sam, un chico de tan solo 19 años de edad. Un chico en el que apariencia y personalidad nadan tiene que ver, pues el podrá verse tranquilo, tierno y sum...