La Luna de Celo, algo normal entre los lobos, sin embargo un suceso sumamente importante para ellos, pues significa muchas cosas. Representa la conexión con los instintos animales, la liberación de la forma interna. También significa en muchos casos la unión con la alma gemela y en muchos otros el encuentro de dicha alma, además de que significa la unión de toda la raza lobuna, pues no hay ningún lobo que llegado a la madurez no experimente el celo.
Y ese era el caso de Samuel, en el momento que cumplió los 15 años experimento su primer celo. Con ayuda de su hermano logro protegerse de todo aquel alfa que intento saciar su calor con su cuerpo. Lo que no fue fácil, pues su hermano también estaba pasando por el mismo, dando como resultado una lucha interna dentro de Max, una lucha entre sus instintos y el amor y deseo de proteger a su hermanito. Por muy poco Max logro vencer sus instintos y mantener a salvo a Sam, pues ante él no era solo un omega a quien proteger, era su hermano, su pequeño hermanito a quien juro proteger de todo y de todos.
De esa experiencia, Sam aprendió, que cada luna de celo era su deber protegerse, cuidarse así mismo, no podía permitirse el nuevamente meter en problemas a su hermano, además de que tarde o temprano Max encontraría a su mate y sería mucho más importante proteger a su pareja que a su hermano. Sam creía firmemente en eso, creía que nadie lo protegería por siempre, pues existen cosas más importantes a su ver, asimismo Sam no lo deseaba, no deseaba ser cuidado y protegido, mucho menos por un alfa.
~•~
Las cosas en la manada BlackNight estaban yendo de maravilla. El futuro alfa líder había pedido en matrimonio a la hermosa hermana del alfa Anderson, quien entres lágrimas y sonrisas acepto gustosa.
Sí, todo iba de maravilla con la manada, pero no con Sam.
•Tres semanas atrás•
Como era costumbre, Sam se encerró en su habitación impidiendo que la puerta se abriera, las ventanas no le preocupaban, pues estas contaban con barras de hierro forjado decorativo que protegían que nadie entrara por ellas.
Todo tomo su curso normal, hasta que caída la noche los lobos dieron inicio a la carrera de la luna de celo, tradición en cada una de las manadas, tradición que Sam nunca había seguido. Terminada la carrera, poco más de una hora después de la media noche, un tumulto de aullidos se dejó oír haciendo eco.
El celo estaba haciendo estragos en el cuerpo de Sam, calentándolo, sacándole gemidos al menor roce de sus ropas. Razón por la cual se deshizo de ellas, quedando desnudo sobre su cama. Sam sabía bien que tras unas cuantas pajas su celo disminuiría, sería más llevadero, masturbarse no era algo significativo para él. Entonces, así lo hizo, toco su miembro ya erecto por el celo, se masturbo con un ritmo constante de subir y bajar, por lo que le pareció una hora sin lograr correrse, eso estaba preocupando al desconcertado omega, más no quiso entrar en pánico.
Luego de un rato más de tocar con afán su miembro, llego a una sola conclusión, no se correría, —algo falta—, su mente le gritaba. No importaba cuanto se tocara o cuan roja estuviera la punta de su pene por la sangre contenida, no se correría.
Sin ver otra salida más que esta, empapo tres de sus dedos en saliva, una vez húmedos los dirigió a su fruncida entrada, que ya se contraía de excitación, esta sería la primera vez que tocaba ahí, esta era su última salida, si con esto no lograba correrse entraría en pánico.
Sam
Adentro el primer dedo, este se desliza lentamente en mi interior, la saliva ayuda y no me resulta tan doloroso. Comienzo con un lento entrar y salir, luego de varios minutos doy entrada al segundo y mi agujero se queja, este me ha dolido, -se siente raro-. Poco a poco mi entrada se va aflojando y llega el momento de adentrar el tercer y último dedo. Siguiendo el mismo proceso de doy entrada, un jadeo ahogado se atora en mi garganta y me hacer mantener la boca abierta, una nueva sensación me invade. Siento el sudor cubrir por completo mi cuerpo, mi miembro palpitar, mi cabeza va a estallar y aun así doy inicio a la lenta auto penetración. Busco con desespero ese tan ansiado punto en mi interior. Ruego por la liberación.
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¿Por qué tú?
Vampiro♦SEGUNDA PARTE DE LA SAGA "UN DESTINO, UNA MANADA"♦ Samuel Moore o como el prefiere ser llamado, Sam, un chico de tan solo 19 años de edad. Un chico en el que apariencia y personalidad nadan tiene que ver, pues el podrá verse tranquilo, tierno y sum...