5: ¿Qué pasa conmigo?

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Dominick

¡Maldición!

Ha resultado imposible ver al estúpido niño desde ese día, he ido incontables veces a la manada BlackNight y ha resultado una total pérdida de tiempo.

Demasiado custodiada la entrada como para no cargar con la amenaza de ser descubierto.

Pero...-No importa lo que haga o cuánto tiempo tarde, lo encontrare-. Han pasado ya un par de semanas desde que lo vi aquella mañana recogiendo flores y aun no puedo olvidar aquel hipnótico aroma a jazmín y frambuesas, ese aroma que rompió todo auto-control en mí liberando inconscientemente mis instintos. Instintos que había suprimido por años.

En una de mis tantas idas a la manada logre escuchar que esa misma noche llegaba la luna de celo para los lobos, algo que no me intereso, lo que realmente me sorprendió fue lo que sentí esa noche.

De un momento a otro mi cuerpo se puso extraño... caliente y ósea soy un vampiro, mi cuerpo es frío como el hielo y el hecho de que de un momento a otro mi cuerpo quemara y mi polla doliera de excitación, me inquieto de muchas maneras. Tuve el fuerte impulso de tocarme y no pude evitarlo, -una ducha fría no era opción-.

Libere mi polla he inicie un lento masaje de arriba abajo, el alivio inmediato que sentí me hizo suspirar. Sin embargo no era suficiente, algo faltaba, ¿pero qué?, no tengo idea.

De nuevo como casi todos los días desde que lo vi, vino a mi mente la imagen de ese chiquillo de labios besables, -Oh si, sus labios-, esos abultados y rosas labios. Mi cabeza comenzó a imaginar diferentes situaciones, situaciones que nos involucraban a él y a mí, -y a sus labios-. Lo imaginaba sobre mí restregándose contra mi erección. Lo imaginaba decir mi nombre en susurros. Pero sobre todo imaginaba sus rosas labios volviéndose rojo cereza al chupar con fuerza mi polla. Acelere el ritmo de mi mano y no tarde mucho en venirme con la imagen de la cara del chico bañada en semen grabada en mi mente.

-¿Pero qué carajos?-

Luego de tranquilizarme un poco y guardar mi polla dentro de los pantalones, medite un poco lo que acababa de pasar. Tengo más de 500 años de existencia y puedo afirmar, jurar y patentar que esto nunca me había pasado. Me rompo la cabeza por un rato más tratando de averiguar o aunque sea especular que es lo que me pasa, pero nada llega a mi cerrada mente. Decido mejor deshacerme de esos pensamientos.

Por ahora lo único que me queda es esperar a que ese mocoso salga del hoyo en el que se metió. Presiento que él es la respuesta a todo esto. La respuesta a lo que me paso esa mañana en el bosque y a lo que me acaba de pasar ahora mismo.

~•~

Por otro lado está el asunto de mi estadía en tierra de lobos, como única y estratégica opción me vi obligado a tomar una de las tantas cuevas ubicadas en las montañas rocosas que rodean el valle de los cuatro territorios, especialmente una de las tantas que permiten el fácil avistamiento de la manada BlackNight.

La única tarea que me ha resultado realmente difícil en territorio de lobos, es el alimentarme. Es una odisea cazar sin dejar rastro con el que puedan identificarme, después de todo son uno perros, saben seguir el rastro. Si ellos llegaran a saber de mi cercanía para con las manadas, seria presa fácil, mi deficiente alimentación de los últimos días deja mucho que desear. Un ciervo y un conejo en dos semanas, si sigo así pronto no podré moverme.

— Necesito encontrar cuanto antes a ese niño — y eso solo lo lograre entrando a la manada BlackNight.

Lo que será difícil con esos centinelas vigilando día y noche que ninguna amenaza se acerca.

Pero algo tiene que haber estoy seguro. Un hueco entres toda esa vigilancia, esa seguridad, y yo lo encontrare.

~•~

—Sí, por fin.

Tras un par de semana más de vigilancia fui testigo de un cambio entre los centinelas que resguardan la entrada, un territorio cercado, con una sola entrada una sola salida.

Gracias a ese cambio pude darme cuenta de que los nuevos toman un descanso de cinco minutos cada cuatro horas y cambian de turno cada ocho. En los que dejan sin vigilancia por lo menos otros cinco minutos.

Ahora sabiendo eso y teniendo bien aprendido el horario y hábitos de los nuevos, como por ejemplo que el de la madrigada con frecuencia se queda dormido, será más fácil entrar y salir sin ser visto.

Ya lo he decidió... entrare, tomare al chico y lo llevare conmigo.

No me queda de otra, si realmente quiero averiguar que son estas nuevas, inquietantes y de algún modo agradables sensaciones, debo hacerlo.

Quiero descubrir que está pasando conmigo.

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❣❣ bye bye ❣❣

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora