Cazafantasmas 3 - El Regreso

Capítulo 9: Noche en la central II

[21:22 Central de los Cazafantasmas]

Tras colocar de nuevo el cuadro y dejarlo cubierto, tal y como estaba, Ray indicó a los demás que bajasen, alegando que aún tenía que revisar cual había sido la causa del cortocircuito, pero en realidad se acercó rápida y sigilosamente a las habitaciones para buscar un pequeño maletín de emergencia; De su interior sacó un medidor PKE. Lo activó y lo acercó al cuadro... y cuando este detectó radiaciones a un nivel medio; Ray soltó en acto reflejo el medidor y comenzó a preocuparse. Cogió el aparato, lo apagó y volvió a guardarlo en el maletín. Con los pensamientos aún inmersos en lo que acaba de ocurrir bajó las escaleras, se incorporó al resto y omitió contar lo que el medidor había reflejado. Quizá había sido un fallo del aparato... (Pensó para sí).

[21:45 Armand's restaurant]

El metre se aproximó a la mesa de Peter y Dana portando en sus manos diferentes platos que formaban parte de su comanda. Mientras se disponía a colocarlos cuidadosamente sobre la mesa recitaba cada uno de ellos para confirmar que eran los que habían pedido, las respuestas de Peter y Dana fueron afirmativas, el camarero completó su misión dejándolos sobre la mesa y se retiró para atender a otros clientes.

—Aquí siempre ponen más cubiertos de los que necesito para comer una vez más voy a optar por utilizar los clásicos tenedor y cuchillo.

—Bueno, cada uno cumple su función, ese de ahí es para el marisco, este otro es para... Peter besó a Dana para interrumpir su charla informativa demostrando el poco interés que tenía en esos utensilios. Pero ella tras acabar ese pequeño beso terminó su explicación.

—No hacía falta que te tomaras tantas molestias — Le dijo Venkman

—Al menos ahora sabes para qué sirve cada uno de ellos.

—Si, muy interesante, pero... Le respondió Peter. —¿Ves?  le dijo mientras pinchaba una parte de su entrecot, cumple la función satisfactoriamente, además si lo acompañado de este otro... cogió el cuchillo con la mano derecha y comenzó a cortar. —El resto, inútiles.

—Lo que tu quieras— le dijo Dana a Peter — mientras comenzaba a seccionar su entrecot.

Dos mesas más adelante un matrimonio degustaba un delicioso plato de Carpaccio. También parecían celebrar algo especial, como un aniversario de bodas. Entre tanto ella le dijo a él que no le traía buenos recuerdos ese lugar, que porqué la había llevado allí; Él algo aturdido le preguntó en torno a qué se debía esa sensación. Entonces su mujer comenzó a refrescarle la mente contándole cómo los Cazafantasmas arruinaron su velada aquella vez entrando a un restaurante como aquel con semejante apariencia recubiertos de una masa viscosa, un moco rosado que resultaba repugnante a la vista de los demás comensales entre los que ellos se encontraban, por si fuera poco ella misma fue salpicada con una larga baba de esa asquerosa mucosidad que cayó sobre su vestido nuevo.

—Por si fuera poco ni si quiera se dignaron a disculparse, o al menos haberme pagado la tintoteria, tuve que llevarlo 3 veces para lograr quitarle esa mancha... ¡Si tuvimos que llamar a un cura para que lo bendijera! ¿Ya no te acuerdas?

A medida que su marido iba recordando más entusiasmo mostraba. Tras finalizar el discurso de ella, él respondió euforicamente:

—¡Pero claro, claro que me acuerdo, fue buenísimo! Nunca habíamos podido ver a los cazafantasmas desde tan cerca, además de haber presenciado un fenómeno paranormal, ¡fue tan interesante...!

Ella respondió con una mirada furtiva. No entendía que podía resultar tan gracioso. La charla entre ambos seguía su curso sobre aquel día mientras cenaban.