Cazafantasmas 3 - El Regreso

Capítulo 3: Un nuevo inquilino

De camino a casa aquellos con los que se cruzó Peter Venkman le saludaban y le daban el pésame. A pesar de que siempre parecía ser el "menos sentimental" del grupo, su mente divagaba entre recuerdos de todas y cada una de las experiencias que habían vivido juntos. El ambiente de Nueva York aquel día tampoco ayudaba, aunque la ciudad apenas había cambiado, quizás fuese la sugestión propia de los sentimientos.

Era casi la hora de comer y el hambre se abría paso en su estómago de tal manera que el cazafantasmas paró en una tienda ambulante de perritos calientes. El aroma de las salchichas llegó hasta una de las rendijas de la trampa en la que se encontraba Moquete y este empezó a revolverse desesperadamente.

El tendero no apartaba la vista de la trampa mientras le entregaba el perrito a Venkman; Este consiguió salir del paso diciendo que lleva dos hámsters rabiosos para una revisión en el veterinario. El hombre lo miró incrédulo cuando Peter comenzó a alejarse.

Ya encontrándose más lejano del puesto regañó entre dientes al fantasma y asestó un pequeño golpe a la trampa; Moquete suspiró y los movimientos cesaron. Degustando el perrito sus pensamientos se centraron en el abrazo que le había dado Oscar esa mañana. Sabía que horas más tarde tenía programado un test de acceso al Kenneth y lo cierto es que estaba sintiendo curiosidad por cómo le había ido a pesar de que nunca estuvo de acuerdo en que se decantase por esa carrera.

[644 Broadway, 10012, Apartamento de Peter y Dana.]

Abrió la puerta del piso, dejó la chaqueta sobre el perchero y colocó la trampa encima de la mesita de la entrada. Atrás quedó aquel piso de soltero destartalado donde había ropa por todos lados, caos y desorden... la mudanza de Dana había sido algo positivo para el lugar, no es que Peter no se hubiera vuelto más responsable desde que adoptó la figura de padre, pero era cierto que la mayoría del orden que allí había se lo debía a ella.

Peter se dejó caer de espaldas a la cama y recordó la noche en que su vida empezó a cambiar; La bañera asesina del piso de Dana, Janosz Poha convertido en una horripilante niñera... aunque no fue mala manera de empezar el año, resultaba divertido recordarlo: una pequeña fiesta de bienvenida con unos cuantos mocos psicomagnotéricos por medio, un tipo del medievo grande como un armario ropero, un paseíto con "la dama de la libertad" y la guinda del pastel recuperando a la que era su novia y con un pequeño en la familia. No resultó nada mal... Peter rememoró el momento en que tuvo miedo de comprometerse con Dana, lo que fue motivo de la ruptura entre ambos... realmente la quería y simplemente se dejó llevar en ese momento por miedo al fracaso en el matrimonio, pero todo fue mejor después.

Moquete comenzó a revolverse en el interior del artilugio que cayó al suelo y el fantasma emitió ruidos que produjeron incomodidad Venkman; Se incorporó y se acercó a cogerlo.

-Oye, no armes escándalo... ¿quieres que nos pillen? Te voy a sacar, pero quiero que te comportes, ¿entendido?

Moquete emitió un sonido en señal de afirmación.

-Muy bien, allá vamos... -. Venkman colocó la trampa en la encimera de la cocina y cuidadosamente la abrió. Moquete salió sigilosamente de ella, se puso frente a él y le chistó. Las babas inundaron la cara de Peter.

-Ya has infringido una norma, nada de babear. ¡Estate quieto! -Pronunció asqueado. -Ven conmigo. -Moquete siguió a Peter y se dirigieron a una de las habitaciones, con un armario lo suficientemente grande para él.

-Este será tu nuevo hogar, podrás salir cuando tengas mi permiso. Si te portas bien incluso te dejaré salir cuando no haya nadie en el apartamento y siempre y cuando no toques nada ni hagas travesuras, además te traeré algo de sobras cada día para que sacies esa voracidad fatal... Moquete, ya dentro del armario sonrió y su aliento ascendió hasta las fosas nasales de Venkman que reaccionó echándose hacia atrás y dándose un golpe con una de las estanterías de la habitación. Era un aliento tan sumamente fétido que podría deshojar todo un campo de flores. Peter pasó su mano por la zona del golpe intentando aliviar el dolor en pequeña medida.