Cazafantasmas 3 - El Regreso

Capítulo 10: Hasta siempre, Cazanfantasmas

[1:15 - En un recóndito lugar de Nueva York]

En penumbra, un individuo de aspecto desaliñado, ojeroso, examina minuciosamente lo que se asemeja bastante a un medidor PKE. En realidad, lo es, únicamente presenta unas cuantas particularidades respecto al original: este es de un tono grisáceo, su disposición es horizontal, las manecillas en lugar de ser grises son de un azul celeste. Parece que esté incompleto pues una maraña de cables sobresale de su punto central, la pantalla de este, se sitúa en su extremo inferior. El artilugio está repleto de cinta aislante, en el extremo superior sobresale una de las placas base y uno de sus transmisores está prácticamente arrancado. Es más que evidente que la persona que trabaja sobre este medidor carece de materiales adecuados... pero no del conocimiento, dado que a su izquierda en uno de los tablones, se hallan gran cantidad de planos y bocetos técnicos del mismo artefacto y una serie de anotaciones de física cuántica y energía nuclear. El flexo situado a la esquina del polvoriento y destartalado escritorio dirige algo de luz al muro situado a las espaldas del individuo: fotos del equipo de Cazafantasmas, recortes de periódico, mapas... parece que conoce a ciencia cierta al equipo de héroes neoyorkino... en una estantería compuesta de ladrillos descansa una copia de la Guía de Espíritus Tobin.

El día siguiente...

[08:42 Central de los Cazafantasmas]

Las primeros rayos de sol atraviesan el pequeño ventanal de la habitación. Tras revolverse varias veces, Oscar es el primero en desvelarse. Con los ojos entreabiertos comprueba la hora. La alarma estaba programada para las 9, aún podría dormir algo más pero finalmente decide levantarse. Podría empezar con los preparativos, tienen mucho que hacer hoy. Es el último día que la Central permanece abierta, la despiden definitivamente y llevarán a cabo un acto especial durante todo el día con el que conmemorarán todos los actos de los Cazafantasmas y que hará también homenaje a Spengler y su labor durante todos estos años como científico. Podría decirse que toda la ciudad acudirá al evento.

Se abotona la camisa, calza sus zapatillas y abandona la habitación. En un vistazo rápido contempla todo prácticamente vacío. Con la mirada perdida, piensa que resulta sobrecogedor pensar que un lugar que ha sido tan aclamado por el público, que ha sido testigo de infinidad de aventuras y que ha recogido los mejores momentos de un equipo, de un grupo de amigos, que han luchado por tantos años combatiendo los acontecimientos paranormales... ahora se vea de tal manera, sin vida, apagado... que no como lo que solía ser. Su mente ahora divaga entre todos esos recuerdos de todos y cada uno de los días que pasó en aquel edificio, de dónde se encontraba cada objeto... finalmente vuelve en sí y en esta ocasión su mirada se centra en un punto.

Había oído infinidad de veces la historia de aquella noche de año nuevo en el que la positividad de toda Nueva York contribuyó a acabar con Vigo el Cárpato y en la que casi él mismo resultó poseido por él. Pensándolo bien se trataba de un enemigo bastante poderoso contando con la negatividad y el malestar que había en la ciudad, pero algo tan simple como un símbolo cambió todo. Nunca había tenido el placer de ver la obra en persona, el resultado de aquel acontecimiento... tras cerrarse el portal que conectaba los dos mundos. La tentación de destaparlo acrecentaba una vez estando situado al frente, para él era como un tesoro, de hecho para los Cazafantasmas lo era, representaba una victoria del equipo, de ahí su interés por conservarlo.

Finalmente y sin pensarlo mucho, retiró el revestimiento que cayó a sus pies. Quedó ensimismado contemplándolo. Detuvo su mirada en cada detalle, entre ellos los ojos de Egon y por un instante le pareció que cobraban vida y miraban hacia el lado izquierdo. Desde ese momento Ray le observaba desde el marco de la puerta, pero él no se había percatado. El chico se sobresaltó y volvió a mirar de nuevo... nada, habría sido su imaginación. Acto seguido se apresuró a volver a dejarlo como estaba, subió la escalera situada al lado derecho del lienzo y Ray llamó su atención: