Capítulo 7: La guardiana de la puerta

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Peter Venkman no había tardado mucho en llegar. A esa hora no había mucha gente visitando el museo. A la la izquierda un grupo reducido de unas 10 personas estaban siendo guiados hacia una de las salas de exposición. Peter encontró enseguida a Janosz y le preguntó por Dana. Estaba en la primera planta, zona de restauración.

—¡Peter, el identificador... ¡no te lo olvides! —Dijo Janosz de manera insistente con su característico acento.

—¡Lo llevo encima, está en el bosillo, ahora me lo pongo.—Respondio Venkman. Janosz se quedó por un momento observándolo con preocupación mientras subía las escaleras pero no tardo mucho en volver a atender a la visita guiada. Obviamente Venkman, como incontables veces no llevaba el identificador de "visitante". Peter alzó las cejas, como si no le conocieran en el museo...

Llegó a la planta de arriba y allí la encontró junto a los demás compañeros restaurando una de las piezas del nuevo proyecto del museo. Se acercó a ella y la abrazó desde detrás. Dana respondió encogiéndose y al ver que era él le apremió cariñosamente con un beso en la mejilla. Dejando su paleta sobre la mesa se giró hacia Venkman y se quitó las gafas cuidadosamente.

— ¿Qué haces aquí?

— Bueno, ya sabes que me gusta verte concentrada — le dijo a Dana mientras por medio de sus dedos dibujó en al aire unas gafas.— Dana sonrió y Peter le dio un pequeño paquete que ella abrió y en cuyo interior encontró unos pendientes de plata. Agradecida le dio un beso en la mejilla a Peter que acto seguido le sugirió un plan nocturno, una cena esa noche en torno a las 21:00h. Dana aceptó la propuesta y ambos se comunicaron con la mirada. Cenarían en el Armand's como en su primera cita tras "reconciliarse". Ella se colocó las gafas y se dispuso a continuar con su trabajo. Ambos se despidieron y Peter bajó de nuevo las escaleras. En ese mismo instante Janosz estaba atendiendo al que parecía un nuevo empleado dadas las explicaciones que le daba y como le mostraba el lugar.

— Bueno y eso es todo, en el hall no tengo nada mas que ensañarle. Venga conmigo —Dijo Janosz mientras apuntaba hacia el ascensor. En ese instante el individuo miró hacia atrás en busca del cazafantasmas que ya se encontraba frente a la puerta de acceso del edificio apunto de abandonar el hall.

[...]

Peter Venkman salió de la ducha, se enrolló una toalla a la cintura y acto seguido abrió uno de los compartimentos colocados detrás del espejo. Cogió una brocha, una maquinilla de afeitar y espuma que roció sobre su mano y empezó a rasurarse. Al terminar se aclaró y sacó una fragancia que únicamente usaba para las ocasiones especiales y esa era una de ellas, la destapó, vertió un poco sobre su mano y la extendió por su cuello. Salió del baño y observó a Dana que aún estaba a medio vestir.

— Hey, baby... aquí está tu hombre. — Le dijo Peter mientras se apoyaba en el marco de la puerta con su antebrazo y arqueaba una de sus cejas. Dana sonrió, ¿Eres el maestro de las llaves? — le preguntó divertida.— mientras le lanzaba un beso al aire y seguía colocándose las medias.

— Soy lo que tu quieras que sea... le dijo Peter mientras se aproximaba a ella, la cogía de la cintura y la abrazaba. Ella le cogió de las manos.

— ¿Cuándo has llegado? — Preguntó Venkman. Mientras se aproximaba a la cómoda para coger ropa interior.—

— Hará unos 15 minutos nada más. Te he llamado pero estabas duchándote y no me has oído, Además no quería interrumpir tu gran concierto. — Le respondió ella mientras terminaba de colocarse las medias y cogía uno de sus vestidos del armario. Peter dejo caer su traje sobre la cama descolgó la camisa de la percha y comenzó a vestirse. Dana entró en el baño ya vestida y abrió su neceser para maquillarse.

Cazafantasmas 3 - El RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora