[Cementerio de Nueva York 13:00 p.m]
Viento hastío, nostalgia. El vapor de agua se extendía emulando un grisáceo manto por todo el cielo.
Cuatro científicos salvaron el mundo en más de una ocasión pero cabe destacar los peligros que tuvieron tal magnitud que hubieran podido acabar con la ciudad e incluso expandirse: el enfrentamiento a Goozer la Gozeriana y Vigo el azote de los Cárpatos. Alcanzaron la gloria, tuvieron fama y éxito y dedicaron la gran parte de su tiempo al oficio de Cazafantasmas; No había nadie más que pudiese conseguir tales hazañas propias de héroes, la gente empezó a creer en ellos. Trabajaron con determinación; Incluso llegaron a viajar por todo el mundo, pues estos casos no sólo acontecían en la ciudad. Se engalanaban en distintivos uniformes, monos de trabajo que ahora conforman un residuo más en el edificio que albergó tanta esperanza a su ciudad; Allí junto a todas las herramientas que en otros tiempos cumplieron con creces sus funciones hacia lo paranormal.
Ese día hicieron acto de presencia en sus mentes tan intrigantes experiencias como momentos despertando melancolía y nostalgia. Ray, Peter y Winston rodeaban la lápida del que fue su amigo y compañero de trabajo: Egon Spengler. Nada podía despejar el sentimiento agrio que se evidenciaba; la amenaza de tormenta y el destello de rayos que se sucedieron en nubes no muy lejanas pasó inadvertido para ellos. Comenzó a tronar y un fulminante y amplio destello dividió el cielo, parecía como si el equipo de protones de Egon hubiera sido activado una vez más.
Los tres clavaron sus miradas en el granito que componía la piedra del descanso eterno. Leían una y otra vez la inscripción puntillosamente esculpida: Egon Spengler [1962—2014]. El mismo viento resultaba excesivo en consecuencia al sepulcral silencio que atestiguaba el lugar. Ninguno era capaz de expresarse verbalmente; las palabras eran innecesarias ya que la propia quietud desvelaba sus sentimientos. Finalmente Ray acabó con el silencio:
—No sé si podré seguir adelante.
—Ray, saldremos. Por mucho que tuviéramos esperanza estábamos advertidos desde hace tiempo... ¡Sabíamos podía llegar! —gritó Venkman zarandeando a Ray, que se manifestaba impasible. — Seguidamente se llevó las manos a la cabeza y se colocó de espaldas a ellos.
—¡Eh, Pete deja que se desahogue! — Respondió Winston. Se dirigió a Ray y situó su mano derecha sobre su hombro.
—Tranquilo, Winston. Contestó Ray virándose hacia él Winston asintió.
Venkman se había dado la vuelta para dejar de reprimirse, unas tímidas lágrimas se abrieron paso desde sus ojos.
—Aún recuerdo la última vez que fui a verle, parecía que iba a mejorar... — Pronunció Ray.
—Sí, le llevamos un par de Twinkies ese día — Respondió Winston con una leve sonrisa.
—Se mantuvo fuerte hasta el final por nosotros —dijo Venkman mientras se aproximaba a ambos.
Los tres seguían observando la piedra apesadumbrados; pero más aún Ray... Si bien todos eran un equipo unido, Ray tenía una conexión especial con Spengler, compartían el amor por la ciencia y el desafío de resolver incógnitas juntos, para él era como un hermano.
—Creo que va siendo hora de guardar los monos, para siempre. —Comentó Venkman.
—Quizá sea lo más sensato. — Respondió Winston—
—No se qué decir. —Contestó Ray indiferente.
—Sinceramente y sin ánimo de poner malos cuerpos a nadie: somos ya algo mayorcitos. Este momento nos aguardaba y es ahora. No podemos seguir con esto.
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Cazafantasmas 3 - El Regreso
Ciencia Ficción30 años después [1989-2014] los Cazafantasmas cerrarán una etapa que marcó sus vidas. ¿Que ocurrió tras haber derrotado a Vigo El Cárpato? ¿Crearon nuevos dispositivos? ¿Siguieron juntos Peter y Dana? ¿Conservó Ray su trabajo a cargo de su librería...