Capítulo seis - cien/cien-hombre/Dios

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Nuestra fe y esperanza está basada en que Jesús el enviado del cielo es nuestro salvador y quien murió por nosotros. Sabiendo que es él, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, él es el único capaz de saciar la sed de justicia de Dios.

En Jesús es donde muchas religiones fallan. Si nos tratamos de poner de acuerdo acerca de Dios con otras religiones tal vez pudiéramos estarlo en muchos aspectos, pero al tocar la persona de Cristo es ahí donde todo varía. Para muchos Jesús solo fue un profeta, para otros, un maestro, pero para muy pocos es el salvador y el mismo Dios.

En (1 de Pedro 1:20) la palabra revela que Jesús ya estaba destinado desde antes de la fundación del mundo "ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros," Recordemos estudios anteriores donde Adán y Eva pecaron, Dios cubrió su pecado con vestimentas hechas de piel de animales, es decir, Dios estaba dando el conocimiento que para perdonar los pecados del hombre tendría que haber un sacrificio. Ese sacrificio ya estaba destinado que sería Cristo Jesús. Pero lo importante en este versículo es que si Jesús estaba desde antes de la fundación del mundo entonces Jesús no era un simple hombre, sino también era Dios, lo vemos en (Juan 1:1-2) "en el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios"  la palabra "verbo" hace alusión a Cristo.

El significado de la palabra verbo es logos, y Juan utiliza esta palabra puesto que en los años que se vivió dicha escritura había un movimiento en el cual Heraclio definió logos como la "razón, la palabra, la inteligencia universal" que está por encima de todo, y varios escépticos tomaron esta definición para decir que todos somos parte de esta razón universal que nos hace dioses y desacreditando la existencia de un solo Dios. 

Juan convierte ese logos "la razón, la palabra y la inteligencia" diciendo que ese logos es  Jesús, haciéndoles ver que él ya existía aún antes de la fundación del mundo, y que el universo no existió sin él. Tanto así que Jesús hizo declaraciones como "en verdad, en verdad os digo: antes que Abraham fuese, yo soy" para los fariseos esto era una de las blasfemias más grande hecha por un hombre, pero Cristo no solo era hombre sino también Dios.

"Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como el unigénito del padre) lleno de gracia y de verdad" ese verbo, ese logos, esa razón, esa palabra y esa inteligencia divina se hizo carne, habitando entre nosotros, pero no como hombre sino aquel que tiene en sí mismo la gloria como el hijo de Dios.

Nunca antes se ha podido explicar la trinidad, el hecho de que Padre, Hijo, y Espíritu Santo sean uno solo, no tiene una explicación lógica, pero esto así es, siendo tres pero también siendo uno comparten decisiones y funciones. Jesús tuvo una función muy especial aquí en la tierra.

Recordemos que antes para el perdón de pecados se tenía que hacer el sacrificio de un cordero limpio de impurezas e imperfecciones. Año con año se realizaban estos sacrificios, pero ninguno de ellos saciaba la sed de justicia de parte de Dios, ya que el hombre tenía que pagar una condena, y esa condena no se podía afianzar.

Para esto cuando Juan dijo: "este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" se refería a Cristo dado como provisión tal cual sucedió en la petición de Dios para Abraham pidiendo como sacrificio a su hijo Isaac. Sin embargo Dios muestra al mundo que no tenía que morir ni un hombre como sacrificio a Dios, que él mismo daría la provisión de ese cordero. Entonces nace Jesús. Pero como el cordero no tenía que tener defecto ni pecado alguno, Jesús tiene que nacer por obra divina a través de una virgen (Mateo 1:18), dando nacimiento al hombre más perfecto que pisó este planeta. Jesús no cometió pecado alguno (1 Pedro 1:22-24), aún siendo tentado en todo, manteniéndose virgen y puro hasta su muerte.

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