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—En primer lugar, felicidades por tu bebé —dijo Dina abrazando a ____ — y en segundo lugar, lo siento por la situación por la que estas pasando. Pero yo creo que ahora debes consentrate en la investigación que estas haciendo con Jack. Creo que es más importante ahora conseguir esa cura que está matando a todas esas personas.

____ sabía que Dina tenía razón, importaba más eso, pero, personalmente no podía sacarse la situación de Jack y Toby de la cabeza. Por el momento no vería a Toby, en cambio a Jack lo tenía que ver a diario. Sabía que las cosas se complicarían.

_____ y Dina caminaban juntas por una grande plaza que estaba a unas cuadras del hospital, cuando de pronto, por lo distraída que iba ____, chocó el hombro con alguien

—Disculpe, yo... no me fijé —dijo levantando ______ la mirada

—¡_____! Que grata sorpresa —dijo Amy con una gran sonrisa —y no te preocupes por eso, fue mi culpa

—Amy, que coincidencia ¿qué haces aquí?
—Digamos que me he tenido que mudar aquí por cuestiones de trabajo
—Oh, bueno. Ammm —tartamudeó un poco —Amy ella es Dina, Dina ella es Amy. La conozco de la secundaria

Dina y Amy se dieron la mano.

—Mucho gusto —dijo Dina fingiendo una sonrisa y con tono indiferente.
—Igualmente —sonrió Amy de manera extraña, hasta tétrica se podría decir.

—Y ¿cómo siguió tu tobillo? —preguntó _____ amablemente.
—Mucho mejor, ahora ya puedo caminar un poco mejor —respondió Amy de forma agradable.
Ella siempre fue muy tierna y simpática. Recuerdo que en la secundaria tenía muchos pretendientes, pues tiene rasgos muy  finos que la hacen ver muy linda, eso y su manera de ser, para muchos sería la mujer perfecta. No me sorprendería que estuviera casada, o al menos tuviera novio. Aunque ahora que lo pienso,  se me hace bastante extraño haberla encontrado sola en el hospital, y ahora otra vez sola.
Pero, debe haber una explicación que no es de mi incumbencia.

—Bueno me encantaría quedarme un poco más con ustedes, pero tengo que irme, voy tarde a una cita con una amiga.

Se despidió de ambas y se marchó.

Casi se terminaba su turno cotidiano, así que tenía que volver al hospital para cubrir su turno fuera del área de emergencias.

Dina y _____ se despidieron y _____ volvió al hospital.
Fue hacia el área de laboratorio y análisis.

Entré en la habitación y ya estaba Jack ahí, en el pequeño espacio que separaba el lugar en donde se hacían las pruebas y todo lo necesario, de esa área. Y en donde antes de entrar ahí tienes que dejar tus cosas, como en mi caso mi bolsa, y ponerte el uniforme requerido.

—Bien ,_____. Yo sé que es difícil la situación por la que estas pasando —me miró serio —pero te necesito concentrada en esto. Todas esas personas que están en riesgo de enfermarse, incluso los que ya están enfermos te necesitan.

—Lo sé, Jack. Estaré atenta y concentrada. Después de todo estoy aquí para ayudarte y creeme que estaré en un cien por siento contigo y la investigación.

—Bien —contestó —cuando cruces esa puerta, quiero que dejes todo aquí afuera y lo único en que pienses sea en el trabajo que tenemos.

Pasaron unas horas y hacíamos lo que podíamos. Jack me explicó que con las diferentes pruebas que teníamos que hacer las teníamos que observar en el microscopio y ver que resultado obteníamos al este estar en contacto con una gota de sangre infectada.

Jack y yo fuimos a comprar un café.
Me ofrecí a llevarlo a su casa, dado que gracias a mi su auto ya no servía. Era sólo mientras conseguía otro.
Se negó durante un buen rato, pero al final logré convencerlo.
Cuando llegamos vi que tenía una linda casa, algo grande para alguien que vivía solo.

Antes de irse sentí su mirada, apagué el auto y lo miré

—¿Qué pasa? —pregunté riendo un poco.
—Nada, es sólo que quería mirarte un poco como lo solía hacer cuando eramos adolescentes.
No supe qué decir.
Lo miré fijamente y me perdí en sus ojos. Esas puertas de su alma que escondían tanto y demostraban poco.
Me di cuenta de que se estaba acercando a mí.

Me besó.

Fue un beso lento, con miedo a ser rechazado.
Ambos cerramos los ojos y lo disfrutamos. Un beso pequeño, beso que expresó tanto.
A veces pienso en como es que un simple acto del tacto puede expresar tanto. Como una cachetada, desprecio. Como tocar las manos, aprecio. Como juntar los labios, amor o deseo.
Como a veces la presencia del tacto no es necesaria, como cruzar la mirada te dice lo que la voz no puede, lo que un nudo en la garganta impide.

—Lo siento —fue todo lo que dijo y salió del auto.

No Te Alejes De Mi (Ticci Toby y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora