Elizabeth. Esa niña corría lejos de su casa.
Intentaba escapar. Escapar de los abusos y malos tratos.
Pobre ingenua, tomó el autobús menos indicado. Se dirigía al pueblo fantasma.
Varias señoras le advirtieron que allí sucedía algo extraño y maligno, pero simplemente se dedicó a ignorarlos.
Solo tenia su mochila, algunos dulces y ropa para dos o tres días.
Se las arreglaría para sobrevivir. Y así tomo el autobús con destino al infierno.
_____
Fue un viaje de tres horas.
Elizabeth sentía su cuerpo pesado, como si necesitara horas de sueño.
Quería sentir un suave y esponjoso colchón debajo de su cuerpo.
Nadie podía enterarse de que se había escapado de su casa.
Tomo un camino que la adentraba al bosque. La tarde comenzaba a caer y el helido viento comenzaba a soplar.
Las hojas secas y ramas estaban húmedos, como si ese mismo día hubiera llovido.
Elizabeth frotaba sus brazos para conseguir un poco de calor.
La luz ya casi era inexistente. Los ruidos de los animales nocturnos se hacían presentes.
El aullido de un lobo a lo lejos hizo alertarla. Comenzó a correr tan rápido como le diera su físico.
Sentía miedo. Y no era la primera vez.
Tropezó con las raíces de un árbol viejo callando al suelo y enterrandose en el muslo madera seca y rocas.
Se levanto como pudo pero ya no podía correr.
Su pierna dolía como la mierda, pero debía continuar.
Los ruidos del anochecer causaban escalofríos en el cuerpo de la chica.
Escuchó precisamente el ruido de un hacha siento clavado en la madera de un árbol.
Se dirigió hacia alli. Quizás alguien podría ayudarla.
La noche finalmente cayó. Podía distinguir una pequeña luz proveniente del mismo lugar que el ruido del hacha.
El radio de las ramas y hojas secas en el suelo advirtieron al hombre.
Alguien se acercaba a él. Siguió con su trabajo de lo más normal.
-Señor por favor ayúdame- esas palabras se incrustaron en el fondo del corazón de aquel hombre.
La voz sonaba cansada y triste.
Levantó su mirada y vio a una pequeña chica.
No era de ese pueblo, jamás la jabra visto.
-¿No es tarde para que andes sola por el bosque sabiendo lo que le pasó a aquellas chicas?-
Elizabeth sintió que no tendría ninguna ayuda por parte de ese hombre.
Dispuesta a marcharse y sentarse en la oscuridad del bosque siguió su caminada como pudo.
-Está bien. Iremos a mi casa, no queda muy lejos de aquí.- la chica sabía perfectamente que no era una de las mejores ideas irse con un hombre en el medio de un bosque por la noche.
Era eso o morirse comida por animales salvajes en aquel lugar.
Optó por seguir al leñador.
Éste cargaba grandes cantidades de madera en sus hombros, la chica estaba admirada de la fuerza.
Sin duda podía romper hueso sin realizar ningun tipo de esfuerzo.
Eso le causaba terror.
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The Forest [Completa✔]
RomantizmSolo quería escapar de su casa. No importa a donde, no importa con quién. Huir. La única palabra en su mente. Solo tuvo dos opciones. Morir en el bosque o vivir con aquel hombre. Tal vez no era mala idea después de todo.