6. Me gustas.

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"Creo que si nos conocimos una vez, estamos destinados a encontrarnos de nuevo."

El esperado fin de semana había llegado y ya no había marcha atrás. Un empleado del abuelo de Dave vino a recogernos en una furgoneta. El viaje fue tardío y cansado. Hablamos de temas sin importancia y, en medio camino, Kate se quedó dormida recargando su cabeza en el hombro de Thomas. Dave, al notar como veía la escena, cogió mi mano y le sonreí agradeciendole.

El lugar era realmente cómodo y agradable. Se sentía tranquilo y silencioso. Dave me ayudó con mi pequeña maleta llevándola a la casa de sus abuelos. Para mí mala suerte, iba a compartir cuarto con Kate y, al parecer, a ella tampoco le agradaba, pero no podíamos comportarnos como niñas pequeñas y menos aquí, que no era nuestra casa.

Dave me presentó frente a sus abuelos como su novia lo que me incomodó aún más. Descansamos un poco por el viaje antes de comenzar el trabajo en el huerto.

-Tu novio es muy raro, querida -dijo Kate mientras cepillaba su cabello.

Acababa de cerrar los párpados para dormir, pero tuve que contestar. Aunque no fue exactamente una pregunta.- Yo pensaba lo mismo de él al principio, pero es muy divertido.

-Y guapo -su manera de decirlo me hizo voltear a verla, ¡Kate estaba con la mirada baja y sonriendo apenada!- lo siento, es tu novio.

Reí.- No te preocupes -fue lo último que dije antes de quedarme dormida.

El descanso terminó y nos dirigimos al huerto, mi boca se abrió sorprendida al ver los frondosos árboles de manzana, naranja, entre otras plantas. Kate y Dave estaban en el invernadero y, Thomas y yo en el huerto de árboles. En mi cabeza seguía la confesión (sí se le puede nombrar así) de Kate. No le importó que yo fuera la "novia" de Dave y amiga de Thomas. Esa chica cada día me sorprendía más.

Recogía manzanas arriba de una escalera. Busqué a Thomas con la vista y él me miraba. La desvíe y seguí con mi tarea. Sentía la presión de su mirada observandome, mis mejillas se encendieron y me maldecí por ello. Decidí bajar de la escalera, pero pisé mal y resbale. Cerré los ojos por inercia y los abrí esperando verme tendida en la tierra. No lo estaba, Thomas me cargaba y me miraba preocupado.

-¿Pasó algo? Escuchamos un grito -Dave y Kate nos miraron y no les importó nuestra posición.

Thomas me ayudó a sostenerme en la tierra húmeda.- Estoy bien, resbalé de la escalera y Thomas alcanzó a sostenerme.

-Sí, e-so pa-só.

¿Thomas estaba nervioso?

-Por cierto, perdón Thomas. Debo pesar mucho.

-No pesas, Zoé -dijo, ¿Enojado?

Bipolar.

-¡Es hora de cenar! -gritó la abuela de Dave desde la casa.

El silencio entre los cuatro en la mesa era muy incómodo. Estaba claro que nadie quería hablar primero. Comimos en silencio el pollo frito. Pero Thomas no comía.

-¿Por qué no comes? -pregunté rompiendo el silencio.

-¿Eh? No me gusta el pollo.

-Oh, lo siento, Thomas. Ahora te traigo otra cosa para que comas -dijo Dave.

Más tarde, regresó Dave con un sándwich diciendo que era lo único que podía preparar de inmediato. Fue lo último que se habló en la mesa.

Salí a tomar un poco de aire antes de dormir. Quería despejar mi cabeza y disfrutar del aire fresco que se podía respirar aquí. Sólo habían pasado unas horas y yo ya estaba enamorada de éste lugar tan confortable.

Tears are Falling | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora